Capítulo 26

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El cielo estaba claro, ni una sola nube hacia presencia en el cielo, haciendo que su hermoso color azul brillara con intensidad

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El cielo estaba claro, ni una sola nube hacia presencia en el cielo, haciendo que su hermoso color azul brillara con intensidad.

Bajo este gran manto azul, caminaba un psíquico con una bolsa de papel entre sus brazos. Regresaba de un mandado, como cualquier buen hijo que ayudaba a su madre.

Caminaba por las aceras mientras escuchaba las habituales voces que rondaban su mente.

"Voy tarde", "ella es tan aburrida","¿Cuánto falta para llegar?", "Quiero gelatina de café"

Oh, creo que ese último pensamiento era de él.

Por suerte, había comprado unas cuantas cuando fue a la tienda y las tenía en aquella bolsa.

Al llegar a casa, dejar las cosas en la cocina y luego comer una deliciosa gelatina de café era su plan.

Pero al estar parado en la puerta de su casa y oír la voz de su padre en su cabeza diciendo "mamá es tan linda", supo que eso no sería posible.

Hoy será uno de esos días.

El chico decidió alejarse unos 150mts cuando mucho para tratar de ignorar la fastidiosa y empalagosa conversación entre sus padres y comer una gelatina de café.

Se preguntaba si esa era mejor idea que teletransportarse a Jamaica.

Era como si algo extraño en su interior le dijera que se quedara.

Caminó hasta un lugar para sentarse y comer su gelatina, sintiéndose un poco raro de estar ahí, en el aire libre viendo y escuchando a las personas.

Personas sinceras, mentirosas, ruidosas, calladas, felices, tristes, podía saber eso con tan solo prestar atención a su al rededor.

De pronto, algo llamó su atención; unos niños.

Oh no.

En efecto, eran Mera y sus hermanos acompañados por la chica adicta al café.

Quién era él para decir eso.

Con tan solo oír sus pensamientos, sabía el contexto del porque estaban ahí.

¿Debería huir?

Mientras pensaba, su mejor opción fue usar su hipnosis.

Veía como los niños corrían de un lugar a otro, como los animales salvajes.
Luego de unos minutos, observó cómo estos mismos se acercaban a las dos chicas que se encontraban sentadas en otro lugar, vigilándolos.

Los pequeños jalaban de sus manos para invitarlas a jugar junto a ellos.

Lo cual aceptaron con una sonrisa.

Ahora el psíquico se encontraba mirando esa escena, desde una distancia segura.

Era curioso verlos, como la adicta al café dejaba de verse como una adolescente para parecerse a una niña, una niña adicta a la cafeína.

𝐶𝑎𝑓𝑒í𝑛𝑎〈𝑆𝑎𝑖𝑘𝑖 𝐾𝑢𝑠𝑢𝑜〉Where stories live. Discover now