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No pude dormir bien. Suga ya había llegado. De seguro se encuentra camino a su departamento.
Para calmarme un poco, Dani me hizo crepas de desayunar. Sabe que me encantan, y como la ansiedad me consumía, no sentí remordimiento de comerlas y romper la dieta (que no tenía).
Como casi siempre, se fue sin decir nada. Me quede sola. Me metí a bañar y me arregle para ir con Min. No suelo arreglarme mucho, así que un pantalón de mezclilla y una blusa bonita junto con tenis fueron los escogidos para mi outfit de hoy.

Mi bebé, ¿estás lista?
Ya voy para allá😘😘
1:34 p.m.

Si, ya estoy lista
😘🤗
1:34 p.m.

Okay, en unos minutos
llego
1:35 p.m.

Esta bien. Te espero
1:35 p.m.

Ahora me sentía muy nerviosa. Me puse a caminar de un lado a otro de la sala, esperando a que llegara. Checaba en el espejo, si me veía bien. En eso sono el timbre. Casi grito pero me contuve. Fui a abrir y ahí estaba. Esos pequeños ojos brillantes, su sonrisita y su piel tan blanca. Lucía más guapo de lo que recordaba.

— ¡HOLA BEBÉ! — me cargó y por inercia enrede mis piernas en su cintura. Realmente estabamos felices de vernos.
— ¿Cómo estás?
— Bien — dijo sobre mis labios. No pude aguantar, y comencé a besarlo un tanto desesperada. Sonrió un poco por mi reacción, pero me siguió el beso. Volver a sentir esos labios era como volver a sentir la gloria. Tanto mi estómago como mi cerebro eran un desastre, pero me sentía extremadamente feliz.

Asi estuvimos durante pocos minutos hasta que él se separó.

— ¿Nos vamos?
— Si, vámonos — me tomó de la mano y salimos rumbo al carro. En el camino a la plaza me dijo que me habia extrañado mucho. Tanto como yo a él. Y que sus amigos estaban muy felices de que por fin estuviera saliendo con alguien.
Cuando llegamos a la plaza, fuimos directamente al restaurante donde ya había reservado una mesa para ambos. Un restaurante argentino que me gusta mucho.

— Oye ¿no crees que el mesero te mira mucho?
— No lo sé. No me he fijado.
— Mmm, pues lo hace. Y no me gusta que vean a mi bebé con ojos que delatan sus sucias intenciones.
— Te recuerdo que así era como me veías antes de conocernos.
— Sí, pero ahora es diferente.
— Claro, lo que digas.

Intenté hacerme la indiferente ante sus celos. Creía que los odiaba, pero cada que me cela, ya sea con Dani, con algún amigo o, en este caso, con el mesero, me da un no se qué. Algo entre ternura y cariño. Se me hace algo gracioso, también.

Por insistencia mía le dejó al mesero la propina que, según él, no se merecía por estarme viendo. Al final accedió con la condición de que saliendo de ahí fueramos al cine. Y así fue.  
En cuanto salimos nos dirigimos directamente al cine. Pago los boletos en sala VIP. Aun faltaban pocos minutos para que iniciara, pero quiso que nos fueramos metiendo para que "nadie nos ganara el lugar".

— Espera — me detuvo de la muñeca justo antes de entrar — ¿te puedo hacer una prueba de confianza?
— ¿Qué? — estaba confundida. No sabia a que se refería.
— Lo tomaré como un sí — me vendo los ojos y susurró en mi oído — ahora sigue mi voz.
— ¿Qué? No, espera
— Shh. Confía en mí.
— Bueno.

Caminamos lento, porque estaba algo nerviosa, y se detuvo en seco antes de dar la vuelta rumbo los asientos.

— Espera. Yo te digo cuando te puedes quitar la venda — sentí que se alejo de mí y sentí más miedo — ¡ya!
En cuanto me la quite vi que el espacio entre la pantalla y los asientos habia muchas flores, peluches y globos y en la pantalla un enorme letrero que decía:

" ¿Quieres ser mi novia?"

Me quede atónita. Suga esperaba en frente de mi con una sonrisa de oreja a oreja .

— ¡SI! ¡CLARO QUE QUIERO SER TU NOVIA!! — dije cuando salí de mi trance. En eso muchos ¡wuuu! y aplausos se escucharon en la sala. Volteé a atrás y vi que todos nuestros conocidos estaban ahí. Dani, Caro, Vale, Sofi, Emiliano, más amigos míos. Sus amigos. Mis papás, algunos de mis primos, etc.
Me sorprendió ver a tantos ahí. El me sostenía en sus brazos sin apartar la mirada de mi cara. Voltee y nos dimos un beso chiquito. Todos volvieron a aplaudir.

— Muchas gracias Leonora. No te vas a arrepentir. Te lo aseguro.

Me tomó de la mano y fuimos a nuestros asientos, que estaban justo en medio. Toda la película estuvo mimandome.

Cuando salimos, mi mamá me pidió hablar un poco conmigo.

— Me alegro muchísimo que te estes dando otra oportunidad hija — me dijo mientras me abrazaba orgullosa de mí.
— ¿Cómo es que los convenció?
— Él no nos convenció. Es un muy buen chico. Habló con nosotros el día de la fiesta de tu primo y nos pidió permiso de salir contigo. Tus abuelos, tus tíos y nosotros accedimos. Y nos contó su plan, asi que aqui estamos.
— Como tu padre te voy a dar un consejo — lo mire atenta — si te pide matrimonio, dile que sí.

¡QUÉ! — se limitaron a reír e irse.

YoonGi me esperaba en una banca.
— Deberías de hacerle caso a tu papá.
—¿ De qué?
— Lo de casarte conmigo. Pero ahorita no. Vamos paso a paso... ¿Quieres ir a algún lado? No es tan tarde.
— Hay que ir a tu casa. Pedimos algo a domicilio.
— Esta bien. Vamos.

Nos tomamos de la mano y caminamos al carro. Indirectamente, Suga me acababa de decir que tiene planes de matrimonio conmigo. Es muy apresurado, ya que solo tenemos 2 meses de conocernos, pero me emociona. Aunque estoy chica para eso, me gustaría que, apartir de ahora mi vida fuera con él.

Antes de entrar al carro me tomo del mentón y unió nuestros labios en un cálido y apasionado beso.
— Aún no puedo creer que me hallas dicho que sí. Me has hecho el hombre más feliz del mundo.
— Y tu me has hecho la mujer más feliz del mundo.
Nos subimos al carro y nos fuimos cantando.
Entramos al departamento tomados de la mano e inmediatamente depués de cerrar la puerta me empezó a besar tiernamente.

— Suga, ¿te puedo pedir un favor?
— Claro preciosa.
— Ahora somos novios — él asintió — quiero que me hagas tuya. Total y enteramente tuya.
— Esta bien, como ordenes.

Volvió a besar mis labios dulcemente. Mis manos acariciaban su cabello y sus manos viajaban de mi cintura a mi trasero. Yo ya estaba empapada. Ese hombre era capaz de ponerme mal con solo hablar cerca de mi oído; y ahora, más que nunca, sentía que me moría de ganas por tenerlo dentro de mí. Así que metí mi lengua en su boca, me siguió los pasos y aquel beso tierno se convirtió en uno caliente, pero sin acelerar el ritmo.
Me separé de él para quitarme la playera y el brassier.

— No tienes idea de lo mucho que amo tu cuerpo mujer. Me vuelves loco — se quito la playera. Y el conjunto de sus palabras y su torso desnudo hicieron que realmente me excitara. Mis bragas ya estaban empapadas. Me cargó y fuimos hasta su cama. Me depositó lentamente mientras masajeaba mis senos. Bajó hasta mi zona íntima llenadome de besos. Quitó mi pantalón y mis calzones lanzándolos lejos. En eso hicimos contacto visual. En sus ojos no había malas intenciones, sino una mirada llena de amor. Se acercó a mi oído susurrando con ese tono grave que me encanta.
— Leonora, te amo. Nunca lo olvides.
En eso volvió a bajar hasta mi zona. Primero beso delicadamente toda mi vagina. Desde el inició de los labios hasta el final. Yo lo veía y le acariciaba en cabello. Me encantaba esa escena. Volvió a mi clítoris, la chupaba y besaba. Siempre con los ojos cerrados. Empezó a hacer movimientos más rápidos sobre está e introdujo sus dedos en mi entrada, provocándome los primeros espásmos.
Pronto me vine por primera vez. Cambio su posición de manera que pudiera introducir su pene en mí. Lo metio lento. Sus embestidas eran suaves. No dejabamos de vernos a los ojos. Poco a poco aumento la velocidad, haciendo que mis gemidos y jadeos fueran más fuertes. Con cada movimiento decía su nombre, cada vez más alto. Se siguió moviendo hasta que se vino dentro de mí. Unos instantes después me vine yo. 
Se apoyo en mi relajando un poco el cuerpo. Me beso en los labios dulcemente.
— Ahora si bebé. Yo soy todo tuyo y tu eres toda mía. No hay vuelta atrás.
— Te amo YoonGi. Gracias.

A diferencia de otras ocasiones, esta era distinta. Sabía que no solo tuvimos sexo, sino que hicimos el amor.

Jugamos? - Min YoonGi (+18)Where stories live. Discover now