040517

1.7K 135 51
                                    

Es bastante noche. Jueves, por cierto.
He estado en recuperación durante tres semanas y va de maravilla. Ya está semana pude regresar a clases normal y justo estamos arreglando las maletas para mañana tomar el avión a Las Vegas. En cuanto salgamos de clases vamos a ir directamente al aeropuerto y volveremos hasta el lunes en la tarde.

Me emociona demasiado este viaje. Siento que algo muy bueno va a pasar.

- ¿Quieres pedir pizza? No tengo ganas de cocinar

- Si está bien - me dio risa su comentario, pero me compadezco de él. Ha sido como mi cocinero personal, aunque insista en qué no es necesario, sigue haciéndolo. - Estoy muy emocionada, ya quiero que sea mañana.

- También yo bebé - se acercó a mi y tomó mi cintura acercándome a él. Sentí las mariposas en el estómago. Como la primera vez que me besó tiernamente. - Tú corazón esta latiendo muy rápido, ¿te puse nerviosa? - puso su típica sonrisa ladina, de esa que es algo sexy pero que indica que se siente victorioso.

- ¿Nerviosa yo? Ja, iluso. - intenté separarlo pero su fuerza es superior a la mía.

- Hablé con tu ginecóloga ayer - cada vez se acercaba más a mí, estába entrando en terreno peligroso.

- ¿Y qué te dijo?

- Pues, que ya puedo darte todo el amor que no te he dado. - Comenzó a besar mi cuello delicadamente y posando sus manos en mi trasero.

- ¿No crees que aún hay riesgo?

- Obviamente no puedo ser salvaje. Solo despacio.

Me dejé llevar. Había pasado un mes desde que me operaron y la verdad moría de ganas de que él volviera a estar adentro de mi.

Sus besos eran lentos, profundos. Detonando deseo. Las yemas de sus dedos provocaban escalofríos en mi piel. Me llevó hasta el lado desocupado de la cama (porque en el otro estaban las maletas) y me dejó con cuidado. Fue a apagar las luces y en el camino de regreso se fue deshaciendo de su ropa. Lucía tan sexy mientras se quitaba la playera que pude sentir como mis pantis se mojaron. Miraba cada uno de sus movimientos mientras me tocaba, porque las ganas eran muchas.

Se puso sobre mi sin aplastarme. Con sus manos y su boca fue quitando mi ropa. Quería que el tuviera el control total está ocasión.

- No tienes idea de lo mucho que extrañe estar así contigo bebé. Te amo.

- Yo también... Daddy.

Me miró como tigre que asecha a su presa. Había descubierto que ese apodo lo excita bastante.
Inmediatamente bajó sus labios hasta mi clítoris. Comenzó lamiendo mis labios superiores. Metió su lengua dentro de mí para después succionar completamente toda esa parte. Desde donde me encontraba podía verlo perfectamente. Mi pelvis se contraía por la excitación. Perfecto, como siempre.
Mis piernas empezaron a temblar involuntariamente hasta llegar a mi primer orgasmo.

Subió besando mi tórax, luego mis senos hasta llegar a mis labios. Se fue introduciendo lentamente en mi. Sin causarme ningún dolor ni incomodidad.

— Si te lastimó, me dices para parar.

— Está bien daddy.

Me encanta que se siga preocupando por mi.
Se fue moviendo sin prisa. Nos mirábamos fijamente. Para muchos eso será raro, pero para nosotros solo hace el momento más íntimo.
Fue subiendo la velocidad de a poco, pero sin llegar a mucho. Aunque no iba rápido sentía demasiado placer. El también jadeaba cada vez con más dificultad. Dentro de poco sentí su semen llenar mi cavidad vaginal y a mis líquidos mojarlo a él un poco.
Por fin respiramos. Agitados obviamente. Salió de mi con cuidado.

— Gracias bebé.

— ¿Por?

— Por dejarme hacerte el amor otra vez, aunque te pude haber lastimado.

— No mi vida, no lo hiciste. Aparte es imposible negarme a ti.

Mientras se lo decía acariciaba su rostro y lo veía con ternura . En eso alguien timbro. Había llegado la comida que pidió.

— ¿Quién va?

— Yo, ahorita vuelvo preciosa.

Cenamos viendo un programa en la habitación. Luego nos dormimos. Mañana sería un día interesante.

Jugamos? - Min YoonGi (+18)Where stories live. Discover now