140416 - (parte 3)

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Nos fuimos en su carro. Prendió el radio y, al igual que la ocasión anterior, yo cantaba a todo pulmón como si me encontrara sola. El reía; su hermosa sonrisa me hacia perder un poco la cabeza, lo bueno que tenía la música que me distraía un poco.

Llegamos directamente al cine, lo cual es raro si hablamos de mi, ya que siempre me distraigo con las tiendas de ropa o música.

-Bueno, creo que la mejor es... ¿y el chino? - me había quedando viendo la cartelera, cuando iba a decir mi opción me percaté de su ausencia y vi que el ya iba muy decidido a comprar los boletos sin que me diera cuenta y sin tomar mi opinión, claro. Esto último no me pareció mucho, me quede con los brazos cruzados hasta que volvió y obviamente con cara de enojada (la cual fingía).

-¿qué pasa? ¿por qué esa cara?- se burló

-¿Por qué compras boletos sin si quiera preguntarme cual me gustaría ver?, a ver ¿ qué tal si tengo problemas del corazón y no puedo ver películas de terror por qué me da un paro?

-no te preocupes, no es de terror - señalando los boletos - aparte, eso es mentira, porque viste conmigo una película de terror en mi casa y no te paso absolutamente nada - ash, en eso tenía razón.

- No importa, es descortés. ¿Cuál vamos a ver?

-La jefa, es de comedia. Pero era la que menos público tenía.

-¿A si?, ¿cuántos?

-sólo nosotros - me miro pervertido.

-Y los que entren tarde, claro.

-Te encanta arruinarlo

-A eso me dedico. Pensé que ya te habías dado cuenta.

me miro y dio una pequeña risa soplada - vamos-.

Entramos 20 minutos tarde y, efectivamente, no había nadie, me sorprendí. Si bien la hora no es muy normal, ¿pero que en serio no halla nadie en la sala?, es tan raro.

Después de 10 minutos lo entendí. La película no era tan mala, pero tampoco era buena. Me estaba empezando a aburrir. Pero alguien muy cercano a mi se encargaría de quitármelo.

En cuanto di el primer bostezo, una cálida mano se posó en mi rodilla, dibujando circulitos con el pulgar; ahora todo tomaba un nuevo color, comprendía porqué no me dejó elegir la película y todo eso. Pero a pesar de que sus planes eran buenos, no me quedaría atrás. Empecé a acariciar el lóbulo de su oreja (siendo este un lugar bastante erótico, según los científicos de la tele), pero para mi sorpresa, fue bastante efectivo. Su pecho, poco a poco subía y bajaba con mas notoriedad, y su respiración se escuchaba descontrolada; subió más su mano, hasta la parte interna de mi muslo y siguió con el mismo movimiento pero más intenso. Ahora mis exhalaciones e inhalaciones eran más profundas, pero mi mirada seguía fija en la película. Por fin, una escena lograba sacarme una carcajada, pero se interrumpió por unos sedientos labios que rozaban la piel de mi cuello. El calor se aumentaba conforme mi piel iba siendo humedecida. Me voltee hacia él y empezó un delicioso juego carnal. Lo que jamás imagine que haría en una sala de cine.

El beso aumentó su intensidad y con ella las ganas de que me penetrara de una sola. Me baje de mi asiento y me puse enfrente de él a la altura de su entrepierna. Poco a poco baje su pantalón mientras besaba su abdomen, sus boxers revelaban un gran bulto al que le urgía salir. Lo besé un poco por arriba de la tela, pero me desesperaba a mi misma no tenerlo ya en mi boca, así que con gran maestría le despoje de esa molesta barrera y salió su amiguito con gran furia.

-Comételo ya - repetía con insistencia, lo lamí primero todo, quería saborearlo. Y después lo fui introduciendo a mi boca, era complicado. Muy grande y gordo para mi, pero el placer es lo que importa, así que me aguanté poquito y seguí mi trabajo. Lo hacía cada vez más rápido, pero el me ayudo poquito. Los gemidos inundaban la sala, el repitiendo mi nombra era tan excitante. Sin previo aviso se vino dentro de mi boca - trágatelo todo - me ordenó, lo cual hice, su sabor salado era delicioso y más aun con la adrenalina de hacerlo en un lugar público.

Después el me quito mi pantalón mientras besaba y masajeaba mis senos, haciéndome gemir alto. Me sentó en sus piernas y me fue penetrando lento, era bastante doloroso, pero placentero a la vez. Al principio fue bastante lento, pero aumento la velocidad drásticamente, lo que me hizo gritar de placer, ahora su nombre retumbaba en el recinto. Faltaba poco para que terminara la función cuando me dio la última embestida. Definitivamente conocerlo ha sido de lo mejor que me ha pasado.

Salimos del cine, tomados de la mano.

-Fue genial, preciosa - dijo, depositando un delicado beso en mi mejilla.

-Ahora entiendo porqué decidiste por ti la película.

-No era que no te tomara en cuenta, era que quería saldar el haberte hecho enojar.

-¿Vamos a comer?, tengo hambre

-¿Aun te quedaste con hambre?

-ay!, no tonto, hambre real.

-Esta bien, yo también tengo hambre. - nos dirigimos al área de comida, y él pago la cuenta.

Estuvimos paseando por la plaza. Recibí un mensaje de Dani que decía que no iba a estar en la casa todo el fin de semana. ¡China libre!

Se nos hizo de noche, ofreció a llevarme a mi casa, a lo que, en esta ocasión, acepté. Platicamos sobre nuestro día en general, y nos contamos chistes. Al llegar, el abrió la puerta del carro y me ayudo a salir. Me acompañó hasta la puerta del departamento donde vivía y nos quedamos platicando ahí otro rato, pero me harté.

-Oye, ¿no quieres pasar? Es más cómoda mi sala que el pasillo, créemelo.

-Ja, si ya lo creo. Mmm, ¿no le va a molestar a tu amiguito? - al decir "amiguito" sonó bastante enfadado, como si le molestara su existencia. Me hizo reír.

-No te preocupes, estará fuera todo el fin de semana. Ven.

Entramos y ya tenía hambre, de nuevo. Asi que me dispuse a preparar alguna cena sencilla. Estaba en la pequeña cocinita platicándole algo al asiático lindo, juro que era interesante, porque estaba bastante entrada en mi discurso y no me callaba. Creo que a lo mejor él se hartó de escucharme hablar sin parar, ya que en medio de mi sermón me tomo por la cintura besándome tiernamente el cuello. Sinceramente, cuando hace eso me pierdo y mi mente sucia sólo piensa en terminar a su lado tal cual como venimos al mundo. Hice que levantara la cabeza, nos miramos directo a los ojos por no se cuanto tiempo y en un pestañeo yo lo bese arrebatadamente, deseosa de su calor.

-¿Tú nunca te cansas acaso?

-No si se trata de ti. me sonrió tierno y siguió el beso tal cual como lo besé. No paramos, la intensidad subía, la tensión cada segundo era más insoportable. Lo lleve directo a mi cuarto, y en el camino nos fuimos quitando la ropa. Al llegar me cargo y me pegó a la pared. Era delicioso, definitivamente lo mejor de lo mejor. Me penetraba duro, esta vez no tuvo compasión de mi, pero era genial en esa posición. Gritaba su nombre y no me importaba que los vecinos me escucharan. Me llevó a la cama y ahí hicimos el 69, y muchas otras más durante muchas horas, hasta que amaneció.

Estaba exhausta, pero complacida. Ambos nos quedamos viendo al terminar, y ahora una pregunta asaltaba mis pensamientos. ¿Quién era él?

-Oye - rompí el silencio de la peor manera, no importa - mm, llevamos viéndonos así durante algunos días, y sinceramente no sé casi nada de ti. Ni tu nombre.

-Tienes razón. s injusto considerando que tu si me dijiste tu nombre, edad y esas cosas.

-Exacto.

-Mmm, me llamo Min YoonGi, soy de Corea del Sur, de Daegu, para ser más exactos. Tengo veintitrés años. Allá, en Corea, estudié diseño de interiores; después me llamó la atención el español y en la universidad había un programa de intercambio vigente, así que dije "por qué no" y me vine para acá a estudiar español. - tengo que aceptar que si me impacto bastante su edad.

-Wow, es más de lo que pensaba. ¿Y trabajas de algo?

-Ahorita estoy en un proyecto. Le diseño una casa a uno de los Leaño, los dueños de plaza Andares.

-Wow, te debe ir muy bien.

-Algo, lo suficiente como para comprarme un BMW.

-Ahí está, para mí es bastante - a lo mejor suene como una interesada, pero ahora me interesaba más el coreanito este.


Jugamos? - Min YoonGi (+18)Where stories live. Discover now