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Hoy estamos festejando un año de que nos hicimos novios.
Soñé con eso. Estábamos en un hermoso restaurante celebrando tan especial fecha.
Anoche me dijo que tenía una sorpresa y que estaría ocupado. Pero que me arreglará porque pasaría por mi a las 8 de la noche. Así que desde entonces he estado emocionada.
Aunque dentro de mis sueños hubo uno bastante erótico. Una parte de mi no puede ignorar lo bien que se siente cuando él está dentro de mí. Así que desperté con ganas. Él aún seguía dormido. Le fui dando besos mientras sobaba su torso desnudo. Una sonrisa ligera se dibujo en su rostro, hacia ruiditos tiernos y se movía un poco.

— Mmm, ¿qué haces bebé? — su voz sexy de recién levantado solo logró encenderme más.

— Nada mi amor, solo jugar — lo mire pervertida al decir lo último. Él me sonrió igual y comenzó a acariciarme delicadamente.
Lo monté para acelerar el asunto. Tomó mis caderas y me obligó a moverlas sobre su miembro. Pude sentir como se despertó. Bastante bueno para ser las 6 de la mañana.
Me quité la playera de la pijama y él aprovechó para tomar mis senos en sus manos y jugar con ellos. Se sentó y se metió uno a la boca mientras que seguía apretando el otro. Me paré para que ambos pudiéramos deshacernos de nuestras prendas. Saqué la caja de condones que tenemos en nuestros buros, abrí uno y se lo puse. Volví a acomodarme sobre él y lo fui metiendo lentamente. Me moví ligeramente, luego empecé a dar saltitos. Cada vez más rápidos. Suga gemía mi nombre y hacia su cabeza hacia atrás. Nuestras miradas se encontraban de vez en cuando y gotas de sudor cubrían nuestras frentes. Me ayudó a ir más rápido y en pocos minutos ambos nos habíamos corrido sobre el otro.
Cambiamos de posición. Ahora él estaba sobre mi. Nos besamos lentamente. Luego siguió besando mi cuello, donde dejó algunas marcas. Bajó por todo mi abdomen hasta llegar a mi entrepierna. Me lamió toda mi vagina. Inmediatamente succionó mi clítoris y siguió haciéndolo, logrando sacarme varios gemidos. Me encanta esta vista.
Después de varios minutos me vine. Y él se tragó todo.

— Me encanta tu sabor bebé. — dijo con voz ronca. Nos seguimos besando. Delicadamente, con pasión, cariño y lujuria. De mientras, rozaba con su pene erecto la entrada de mi vagina. Estaba bastante mojada, y con los besos la cosa mejoraba. Poco a poco fue metiéndose en mí. Empezó con embestidas lentas, después aumento el ritmo hasta que gritaba su nombre. El placer que sentía en ese momento es indescriptible. Mis piernas temblaban, mi pelvis se contraía, ambos sudábamos. Pero todo valió la pena.
Ambos nos venimos, llegando a un clímax perfecto. Se acostó a un lado mío y durante un par de minutos solo nos miramos mientras recobrabamos la respiración.

— Nuestro primer aniversario.

— El primero de muchos bebé. — Tomó mi mano y le dió un beso. Nos seguimos viendo, con sonrisas en nuestras caras y repasando los detalles del otro. De repente me acordé que teníamos clases.

— Ay, ya es tarde — me levanté y él también. Ambos nos arreglamos rápido y alcanzamos a llegar a la escuela a tiempo.

El resto del día fue normal. Clases, hablar con amigos, chismear con Dani y su ahora novia. Me felicitó también y quedamos en salir pronto. Cuando volvimos de las Vegas Suga y yo, Dani se indignó porque no fue el padrino. Así que ahora no le deja en paz con qué él tiene que ser testigo cuando nos casemos de verdad. De todas maneras iba a ser él.
Con Yoongi solo seguimos hablando por whats, no lo vi en la comida, pero fue el momento que estuve con Dani. También extrañaba verlo, así que estuvo bien.
Salimos de clases más tarde de lo normal. Ya eran casi las 7. Me tenía que apurar a llegar al departamento, bañarme y arreglarme para estar lista a las 8, que Suga pasaría por mí.
El tiempo que esperaba al Uber era el mismo que hacía si caminaba a la casa, así que preferí caminar. Llegué tantito después de las 7. Me metí a bañar rápido y me puse un vestido sencillo pero bonito. Ya eran casi las 7:45 para eso. Así que no me hice mucho en la cara ni en el cabello, igual ni me gusta. De repente escuché la puerta abrirse y la voz de mi novio.

— Leo, ¿ ya estás lista?

— Si, voy — salí de la habitación y Suga se me quedó viendo como embobado. Me dió risa su reacción. Se veía tan tierno.

— Wow. Te ves hermosa.

— Gracias, tu también te ves muy guapo.

Nos dimos un beso corto y bajamos al estacionamiento. Nos subimos al carro, y durante todo el camino sentí los nervios en la panza. No sé porque. Platicábamos normal, sobre nuestro día.
Llegamos a nuestro destino. El mirador al que me trajo cuando me  dijo que se iba a ir a Corea. Pero estaba adornado con luces, una mesa en medio para dos y velas repartidas en el piso. El árbol también estaba decorado y todo el ambiente se sentía romántico. Me quedé impresionada. Era un detalle precioso.

— Wow, Yoongi — la voz se me cortaba. La vista de la ciudad desde ahí es genial y este lugar me trae buenos recuerdos.

— ¿Te gusta?

— Me encanta. Es hermoso, es... Perfecto — lo abracé en un impulso — muchas gracias mi vida.

Nos tomamos de la mano y me dirigió hacia la mesa. Me di cuenta que caminábamos sobre pétalos de rosa y me emocioné más. Nos sentamos y, de repente, salió de la parte de atrás del árbol un violinista. Empezó a tocar y al mismo tiempo llegó una mesera bien vestida con dos platos de comida. Mi emoción era muuuy grande. Me sentía demasiado feliz.

— Todo esto es más de lo que hubiera imaginado nunca. Me siento mal porque yo solo te di el perfume que te gustó.

— Y eso es más que suficiente preciosa, de hecho es el que estoy usando ahorita.

Me reí un poco, pero de verdad me sentía algo mal. Aunque ese no era momento de depresiones, tenía que disfrutar de estar con el hombre que amo bailando al son de las baladas con las estrellas iluminando nuestra pista improvisada.

— Leonora.

— ¿Si?

— Te amo. Te amo mucho. Haz sido la mujer más inteligente, bella, divertida, comprensiva y muchas cosas más que he conocido en mi vida. Me encanta tu compañía y me gustaría tenerte conmigo todos los días de mi vida. Así que — sacó del bolsillo del pantalón un anillo de compromiso y se hincó mientras extendía la argolla hacia mí — ¿Te casarías conmigo? De verdad.

— Si Yoongi, si me caso contigo de verdad — se paró, me puso el anillo y nos abrazamos y besamos. Pequeñas lágrimas bajaban de los ojos de ambos. Amo a este hombre como a nadie en el mundo y no podía esperar a dar el siguiente paso. Cada vez está más cerca.
Definitivamente ha sido uno de los mejores días de mi vida.

Jugamos? - Min YoonGi (+18)Where stories live. Discover now