Compromiso

1.2K 184 55
                                    

Loki aguardaba en su habitación, una vez que regresó de su escapada fue escoltado por Fandral hasta sus aposentos. Estando a solas se dio cuenta que el pequeño estaba sucio y desaliñado, así que ordenó que se le diera un baño.

El príncipe intentó protestar, pero la mirada desaprobatoria de su amigo lo convenció de no intentarlo.

Loki debió admitir que el agua cálida lo hizo sentir mejor, pero ni siquiera eso le quitó del pensamiento que ahora estaba comprometido con alguno de los príncipes, negó con la cabeza como si intentara espantar una mosca que buscaba pararse en su cara.

Desde una esquina Fandral observaba como la doncella bañaba al niño, después este fue vestido y una vez terminado todo aquello la mujer salió de la habitación dejándolos a solas.

—¿Te has divertido allá afuera?

Cuestiono el chico que llevaba los brazos cruzados, si bien su voz llevaba un tono de severidad el pequeño vio en aquellos ojos una auténtica preocupación.

—Fue... —guardó silencio intentando pensar qué decirle a su amigo— bastante aterrador, me asuste de no poder ver a mi papi, no quería que llorara por mi como lo hace por mi papi Farbauti.

—Loki, no puedes escapar solo porque las cosas no te agradan ¿Acaso quieres ser un monarca incapaz de resolver sus problemas?

Dijo esta vez intentando no sonar tan duro.

—...No, yo quiero ser como mi papá...

—Es una fortuna que no te sucediera nada malo en el bosque, pero somos más afortunados de que el rey no se diera cuenta de tu ausencia. — el rubio suspira intentando liberar la tensión que se había adueñado de su cuerpo desde que el niño huyó.

—No quiero casarme...— soltó de tajo

—¿Qué? — exclamó bajando los brazos rompiendo aquella posición que parecía estar a la defensiva.

—He dicho que no quiero casarme con uno de esos príncipes... ¿Por qué tengo que hacerlo?

—Loki, ni siquiera has visto a quien será tu prometido ¿Cómo puedes decir eso?

—Pero mi papi dijo que si no quería casarme podía negarme...

—Claro... puedes negarte ¡Cuando lo has conocido y decides que no te gusta! O si te has enamorado puedes elegir a la persona que amas. ¡No solo porque estas siendo malcriado!

—¿Y si me he enamorado?... —balbuceo el pelinegro.

—¿Qué estás diciendo? ¡Tienes menos de seis años, no puedes estar enamorado! ¡Deja de ser infantil!

El rubio observo como la cara del menor se descompuso en un puchero que anunciaba una rabieta.

—¡Soy infantil! ¡Tengo cinco años! ¡Y le diré a mi papá que no quiero ese compromiso! ¡No quiero casarme! ¡No me casare!

Grito lo más fuerte que pudo, su rostro se tornó rojo por el coraje que se adueñó de él.

—¿Acaso esta es la manera de comportarse de un príncipe? ¿No te lo dije antes? ¡Los hijos de los reyes nacieron para forjar alianzas! ¿Es que no te importa el bienestar de tu reino? No piensas en tu gente... ¡No es una decisión sobre ti, es sobre el futuro de todas esas personas!

—¡Yo cuidaré de mi reino! Protegeré a las personas, pero no me voy a casar con un desconocido ¡ME NIEGO! ¡JAMAS LO HARÉ!

No pudo seguir quejándose porque sintió cómo algo se estrellaba contra su rostro, dio un paso hacia atrás y cayó al piso tras perder el equilibrio, abrió los ojos tanto como le fue posible y entonces se dio cuenta de que su amigo le había abofeteado.

El príncipe prometidoWhere stories live. Discover now