Capítulo diecinueve.

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—El final fue... no lo sé —dijo JaeBum cerrando el libro para ver a YuGyeom, el cuál estaba shockeado. -sabes que no me gustan los libros románticos, de todas formas sabía perfectamente que uno de los dos moriría.

—Murió... —sus ojos se cristalizaron y en menos de un segundo comenzó a llorar en silencio. JaeBum lo abrazó, apoyando su barbilla en la cabeza de YuGyeom y le acarició la espalda.

—¿En serio no tenías ni idea? —soltó una leve risita.

—N-No...

Pasaron aproximadamente unos minutos para que YuGyeom pueda calmarse, aunque seguía algo triste. Siempre fue alguien sensible esperando que todos los libros terminaran con finales felices, ya era el décimo libro por el cuál lloraba. Quizás sólo exageraba pero se metía demasiado en la historia. Cómo dijo JaeBum, que incluso imitaba las expresiones que los personajes hacían. Demasiado tierno.

Buscaba entre tantos, un libro el cuál le quería mostrar a YuGyeom. Él siempre fue más de acción, o terror, entre ellos dos se recomendaban libros o los leían juntos. Ya habían terminado cinco los dos juntos, JaeBum amaba eso. Hacía las dos cosas que más le gustaba; estar con YuGyeom y leer.

Ahora caminaban hacia un parque, el día no estaba tan bonito cómo los demás, nubes grises tapaban el sol y cada tanto sonaba algún trueno. JaeBum balanceaba su brazo derecho exageradamente para poder chocar por "accidente" la mano de YuGyeom, y así entrelazarlas luego. Pero era imposible, el menor señalaba la ropa que había en las tiendas y en su otra mano sostenía un batido de uva. JaeBum ya se estaba impacientando por no poder tomársela.

—¡Mira ese suéter! —señaló un suéter azúl marino con detalles de un azúl más oscuro. JaeBum se imaginó a YuGyeom con aquella prenda, y le quedaría perfectamente.

—Es bonito.

—Necesito comprarlo —dijo YuGyeom.

JaeBum frunció el ceño y luego sonrió levemente. YuGyeom se había quedado mirando pantalones en la tienda de al lado, así que rápidamente entró allí. Pidió ese suéter, no importaba si era demasiado grande, de cualquier forma a YuGyeom le quedaría bien. Tenía el dinero justo, el cuál lo iba a usar para comprarse unas zapatillas, pero ya no importaba.

—¿Dónde estabas? me asusté —dijo YuGyeom en cuánto JaeBum salió de la tienda con una bolsa en su mano.

—Ten.

—¿Qué?

—Compré el suéter —le entregó la bolsa y YuGyeom sorprendido, la abrió, una amplia sonrisa se le formó en su rostro.
Se le tiró encima para abrazarlo por el cuello, y entrelazó sus piernas en la cintura de JaeBum. Él no tardó en abrazarlo por la cintura, deseando que ese momento jamás terminara.

—Gracias, gracias, gracias... —le apretó las mejillas, ríendo por las caras que JaeBum hacía. Segundos después se bajó, y caminó más entusiasmado que antes. Parecía cómo si el final de aquél libro se haya borrado de su mente.

YuGyeom se sacó el buzo que tenía, lo guardó en la bolsa dónde estaba su nuevo suéter y se lo puso. Hizo una mueca cómo si no estuviera tan emocionado al ver cómo le quedaba, pero los ojos de JaeBum no paraban de brillar con intensidad.

—Te queda...

—Espantoso.

—Perfecto.

YuGyeom le sonrió tímidamente y entrelazó su mano con la de JaeBum. Se sintió mucho más felíz al conseguir lo que había querido y balanceó sus brazos mientras hacía un esfuerzo para dejar de sonreír cómo un idiota enamorado.

El día que me enamoré • [BGyeom]Where stories live. Discover now