Gee in a top of the world.

1.6K 131 169
                                    

Gerardo Way era...

Gerard Way era el ser más odioso que había conocido en su vida. Usualmente, solía ser más comprensivo y amable, pero vivían en un condado pequeño, y ahí las noticias volaban más que el pan caliente que los Bryer vendían todos los días, así que, cuando los Way llegaron a Belleville, los Iero, como todos los demás, se enteraron enseguida.

Entonces, como decía, Gerard Way era su nombre. Era alto, de complexión delgada, pelo azabache y ojos verdes, muy brillantes. Solía sonreír de una forma extraña y soltar risitas extravagantes que a las chicas de la escuela les gustaba oir. Él solo pensaba en lo extraño de sus dientes chiquitos y la cara concentrada que ponía en las clases de arte.

No es como que le estuviera prestando mucha atención, Gerard era ciertamente lo bastante social como para saludar a todo el pueblo en un día. Se había vuelto el centro de atención de las mujeres y la burla envidia de los hombres.

Gerard Way era raro. No solo lo decía por decir, enserio lo era. A veces llegaba con unos suéteres de colores o bufandas brillantes que le hacía lucir excéntrico. Algunos chicos empezaron a preguntarse si realmente valía la pena sentirse intimidados por su presencia.

A veces le saludaba con una sonrisa y levantaba la mano moviendo esta de forma energética. Entonces simplemente se disponía a darle la espalda y seguir en sus asuntos, mientras su amigo Ray le daba con el codo y soltaba un "el rarito te está saludando", como si fuera de otro mundo.

Se dió cuenta que las chicas dejaron de buscarlo después de un tiempo cuando abiertamente, Gerard Way admitió ser gay. Los chicos empezaron a molestarlo y su lista de saludos mañaneros empezaron a disminuir.

Gerard Way era lastimero. Sinceramente, le daba igual. Nunca habló con él, y no le interesaba su vida, pero ahí estaba, jalando su silla frente suyo después de que el señor Gillian le hiciera su pareja para el proyecto de química.

Ni siquiera le miró pero un carraspeo le hizo estar en la necesidad de tener que hacerle frente al chico pálido que tanto enigma le causaba. Parpadeó muchas veces y alzó una mano tratando de hablar, pero nada salió de su boca, así que al final sonrió chueco bajando la mirada. Toda la clase se la paso haciendo un dibujo en aquella libreta kraft mal trecha que siempre cargaba en las manos. Sus dedos estaban llenos de grafito y sus ojos se curveaban concentrados. Rodaba los ojos apuntando las instrucciones de Gillian y de vez en cuando miraba el trazo de sus hojas, aunque no lograba descifrar su forma. El timbre sonó pronto y la voz de Gillian resonó informando la fecha límite del proyecto. Al menos tenían mes y medio para realizarlo así que eso le trajo calma. Tomó sus cosas y siguió su camino hasta llegar a su casillero, abriendo este con el toque de punta de unos dedos que llamaban su atención por su espalda. Su mirada se enfocó en su dirección observando a Gerard Way, con los labios apretados y la mirada nerviosa, parado a su lado.

- Soy Gerard- Se presentó entonces. Alzó una ceja jugando con el pequeño aro en el costado inferior de sus labios. Era gracioso, por que en realidad, a esas alturas, el chico debía saber que toda Belleville sabía su nombre.

- Frank- Dijo desganado. El azabache le miró con los ojos tan brillantes que casi creyó que eran linternas. Este asintió aflorando una sonrisa extraña, una que no había visto antes.

- Ya lo sé- Dice obvio. Frank sigue jugando el aro y mete sus cosas al casillero notando de re ojo como la mirada verde a su lado sigue sus movimientos-. Es decir, mis padres y los tuyos trabajan juntos-. Suelta como un eco. Frank suelta un suspiro recordando entonces ese fatídico detalle, cuando la noche en dónde aquella noticia tuvo lugar, aparece en su mente.

- Eso he oido- Dice al fin. Niega tratando de portar una pose neutral, apoyando su espalda contra los casilleros. Gerard asiente sin dejar de sonreír y eso le incómoda.

Smut.., FrerardWhere stories live. Discover now