Pregnant.

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Mira a sus padres nerviosamente mordiéndose la lengua.

El silencio es incomodo pues hacía mucho que no se atrevía a verlos y el brillante Gerard, oh que brillante, se le ocurre visitarles, llevándoles a la persona que es su pareja actual. La cual, por qué no, estaba embarazada, o embarazado es la palabra.

Bueno, no era tan descabellado pues ya no era una sorpresa el que un hombre pudiera engendrar, y menos el que su hijo fuera homosexual. No. Lo que sí era una verdadera y no muy grata sorpresa es que aquel muchacho de estatura baja con muchos tatuajes visibles para ser normales, con los ojos avellanas y el corte de pelo al ras; fuera, nada más y nada menos, que el estudiante de su hijo.

Bien si mal, la primera impresión fue brusca. El muchacho era tímido, así que los tatuajes solo eran farsa, pero, ¿un estudiante?

- Es increíble que te hayas metido con él.- Había empezado a hablar su madre al ver la tardía llegada del menor quien se había metido al baño unos diez minutos atrás con la excusa de náuseas.

- Basta mamá.- Gerard suspiró llevándose a la boca un pedazo de ensalada especial que Donna había hecho para la pareja de su hijo.- Frank es un buen chico...

- Un estudiante al que le das clase. Por Dios. ¡No ha acabado la universidad y ya tendrá un bebé!

- Es su último año, ¿bien?. Frank quiere estudiar música así que apenas el bebé nazca, nos pondremos de acuerdo para que pueda hacerlo.

- No es excusa Gerard. ¿Qué dicen sus padres?, es solo un niño...- El pelirrojo rodó los ojos. El lamento en la voz de su madre le hizo desesperarse poniéndose de pie.

- Iré a ver cómo está.- Dijo sin más.

De fondo, su madre que seguía quejándose mientras su padre solo tomaba aún más vino.



Tocó la puerta un par de veces sin haber respuesta.

- Soy yo.- La puerta se abrió dejando ver a un intento de punk enano embarazado, que tenía los ojos llorosos mientras se los restregaba y le mostraba un puchero.

- Me odian.- Suspiró. Se metió al cuarto de baño junto con él cerrando la puerta. Le atrajó hacia sí y le abrazó.

- No te odian solo...

- Solo me miran feo y seguro apenas y me fui hablaron mal de mí.- Murmuró. Gerard de nuevo pensó que esos tatuajes solo eran adorno.

- Hey, cariño...- Se separó de él sonriéndole para tratar de tranquilizarle y besarle la frente.- Ya te amarán así como lo hago yo.

- Es diferente.- Balbuceó aún con la nariz chorreando. El pelirrojo tomó papel higiénico colocándolo en su nariz para así limpiarle.

- ¿Por qué lo sería?

- Ellos no son mi maestro de artes a quien seducía después de clases hasta lograr que me empotrara contra la pared.- Comentó casual. Gerard se mordió el labio recordándolo.

- Y bueno, aún así fuiste muy persistente a todas esas veces que te rechace y mírate... Te ves precioso con esa pancita.- Frank soltó una risita dejando que el mayor le bese los labios castamente.- Ahora vamos, sólo terminemos la cena y nos vamos, ¿sí?- El castaño asintió y el mayor dio la media vuelta para así abrir la puerta.

- Espera.- Gerard se detiene mirándole a ver extrañado, abriendo los ojos cuando nota el leve sonrojo del menor mientras desvía la mirada y se juega las manos nerviosamente.- La verdad es que no sólo estaba triste por qué tus padres me odian... Ya sabes que últimamente mis hormonas están alteradas y... Bueno...- Dirigió su vista hacia abajo donde un bulto se formaba en sus pantalones. Se notaba su desesperación por el contacto del mayor.

Smut.., FrerardWhere stories live. Discover now