Wedding day.

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—Acepto—frunció el ceño mientras se miraba al espejo. Aquel traje le quedaba demasiado pegado y apenas notaba que su entrepierna sufría un problema de espacio personal. Suspiró largo y volvió a practicar sus votos. 

Afuera, las mesas ya habían sido colocadas, los centros florales rosados resaltaban, las sillas con lazos enormes decorados, la mesa del enorme pastel que pensaba que en cualquier momento se caería, estaba adornada de tantos globos que pensó, flotaría.  Los invitados empezaban a llegar, el altar estaba listo y él tenia que estar ahí en media hora, esperando... 

—¿Cuánto más piensas continuar con eso?—la cabellera rubia de su hermano se veía bien peinada por primera vez en años, aquello le hizo gracia, por lo que solo sonrió. 

—No entiendo a qué te refieres. 

—Oh, por favor... Puedes mentirle a todo el mundo pero no a mí, no, no, no. Estas equivocado si piensas que no lo sé todo. 

—No lo sabes todo—refutó, pero el rubio enseguida alzó su dedo índice hacia él en señal de que parase, luego, este dedo se fue hacia él, señalándolo. 

—Si quieres echar a perder tu vida así, primero tendrás una última prueba—hizo una pausa larga antes de retroceder en sus pasos—. Y con suerte, espero que una última oportunidad. Tienes media hora—. Cerró con un estruendo. Apretó los labios restándole importancia, volviéndose de nuevo al espejo. Su boca se abrió al mismo tiempo en el que la puerta volvía a abrirse. Esta vez no era de su hermano de quien se trataba. Si que fue una sorpresa...

—¿Qué haces aquí?, digo... no, no era eso lo que quería decir—le miró retroceder un paso, acortando ese espacio perdido con unos dos pasos hacia adelante, precozmente—. ¡No te vayas!—. Casi podías escuchar su desesperación con el sonido del bombeo de su corazón. Dudó mucho, pero continuó acortando ese espacio hasta llegar a él, tomando lentamente su mano, tan lento que el tiempo se detuvo. Lo invitó a ir hacia su cuerpo, por suerte aceptó, y fue hacia él hasta que fue suficiente para tomar la perilla de la puerta y cerrarla colocando su cuerpo tras esta, observando su rostro—. Te he extrañado. 

—Gee... basta. No finjamos que no pasó. 

—Jamás fingiría lo contrario.  Te lo digo enserio, pensé que no vendrías. Estabas muy enojado. 

—¿Y es de menos?, te recuerdo que fuiste tú el primero en decírmelo. Te la pasaste insistiendo mucho tiempo en cuanto me amabas, esforzándote para que algún día pudiera corresponderte, y cuando lo hice, ¿qué, vienes y te casas con ella?

—Sabías que era mi novia. 

—¡Y yo el maldito amor de tu puta existencia!—retrocedió dos pasos, tragó duro, le miró, se maldijo mil veces  por ser tan idiota y negó. 

—No lo entiendo. Es que, ¿crees que es fácil, Frank?, un idiota como yo, gay de closet, cuyo deber es enorgullecer a mi familia casándome con una chica y dándoles los nietos que tanto desean. Oh si, es muy fácil, solo debí haber llegado con la mano en la cintura a decirles que su hijo, el hijo de Dios perfecto, es gay, y que se enamoró del mejor amigo de su hermano. Perdón por no minimizar mis sentimientos. Y aún así te ves tan jodidamente sexy con esa sudadera mía que la entrepierna me está matando—Frank maldijo mil y una veces contra lo cuanto deseaba besarlo. 

Finalmente se rindió, corrió a sus brazos, como siempre lo hacía, saltando hacía él, dejando que este le tome de los glúteos y lo cargue mientras se besaban de esa forma desesperada que tanto los caracterizaba. Apenas pudieron, las manos de Gerard se turnaba una a la otra hasta dar con la mesa de decoración de la habitación, empujando lo que estuviese encima de ella, colocando a Frank en ella. Enseguida le bajó los pantalones sin dejar de besarle, casi le rompe la ropa interior al bajarla también, con sus labios dejando los suyo para engullir su miembro.  La respiración de Frank se cortó, él saboreó con la lengua su piel, la humedad de la punta, apretando más los labios para que al bajar se intensificara el placer. Frank le miró deseando que nunca parase, gimiendo por lo bajo cuando sintió como sus dedos se deslizaban a su interior, jugando una y otra vez con él. Negó de tanto, apretando las manos a sus hombros, casi en súplica, pero no tuvo piedad, conforme chupaba subiendo y bajando más rápido, sus dedos no tenían piedad y pronto dos se convirtieron en tres. Pronto, ya era todo un lío pegajoso ahí abajo,  negando pero sin que sus gemidos dejasen de intensificar lo que estaba sintiendo. 

Sus ojos brillaban, solo alcanzó a tragar y volvió a sus labios para que sintiese su sabor, algo de lo que se sentía orgulloso. Se besaron con tanta pasión, Gerard quería acapararlo, lo saboreaba con la lengua y él no dejaba de gemir. Sintió el momento exacto en el que sus manos le tomaron de nuevo de los glúteos, jalándole hacía él, directo a que lo penetrase. Lo hizo una y otra vez, le embestía ferozmente. Le causaba tanto placer sentirlo así, ya se había acostumbrado a su tamaño y ahora solo el placer lo acaparaba. Sus piernas le ataban ferozmente, sus brazos le abrazaba a él, sus hombros, su espalda. Lo besaba una y otra vez, temiendo que se vaya... 

Apresuró sus embestidas hasta sentir como era apretado por él, miró sus ojos avellanas cerrarse al correrse. Pudo continuar solo un poco más antes de venirse de igual forma. Le estrechó entre sus brazos, colocó su rostro entre el hueco de su cuello, con el aroma a café envolviendo sus fosas. Sabia que se había tomado al menos unas tres tazas antes de tomar el valor de venir a verlo. Y estaba tan lleno de él, buscando sus labios, capturando en un beso, trataba de volver a acapararle, estaba más que desesperado por él, siempre lo había estado, siempre lo estaría. 

Si tan solo no fuese tan cobarde... 

—¿Vas a quedarte?—Frank suspiró. 

—¿Vas a casarte?

—Si, bueno, sabes que soy un idiota. 

—Lo eres—le sonrió de esa forma burda y encantadora, y amó cada comisura de sus labios, solo suspiró. 

—Te amo, Frank. Aunque no me creas. 

—No necesito que me lo digas, Gee—su mano fue hacia su mejilla, colocándose de forma cálida, acunándolo—. Solo necesito que me lo pruebes. 

Parecía un pequeño niño con el rostro recargado en su pecho, abrazando con parsimonia su cuerpo,  inhalando suavemente su aroma, sin querer,  se confesaba nuevamente y aquello le hacia ver como un pequeño niño indefenso, Frank lo sabía. Solo podían hacerse compañía el uno al otro sin poder hacer nada más. Parecían dos personas condenadas. Condenadas a amarse por todo lo que la vida les dure. 

—Cinco minutos—al otro lado de la puerta, su hermano anunciaba el desenlace de su historia, casi como una sentencia. Le miró a ambos ojos avellanas, le besó una ultima más, casi sin poder separarse de él completamente, y sintió sus manos sostenerle del pelo y los hombros. Estaba siendo una despedida demasiado larga y, por lo tanto, más dolorosa. 

Se vistieron sin dejar de robarse miradas, se sonreían como en un secreto, algunas sonrisas eran algo distantes y dolorosas, pero no dejaron de observar el uno al otro. Nunca se cansarían de eso. Al salir, Frank le miró fijamente, quiso sonreírle una última vez pero su humor no daba para ello, al final solo pudo sacar un mal chiste de su repertorio, despidiéndose con un "te veo del otro lado", y eso fue todo. 




—¿Estás seguro?—su hermano permanecía inerte al lado suyo, podía oler su desesperación. 

—¿Cuándo empecé a tomar malas decisiones?—su hermano soltó una risita divertida y eso le hizo sonreír también. 

La música empezó sonar y la novia empezó a caminar hacia él. Todos les miraban, él solo pudo tomar su mano y colocarse junto al altar con ella. El oficiador hablaba entonces de las virtudes de un matrimonio y simplemente no podía oír nada. Solo podía mirar su alrededor, suspirar y observar de reojo como Frank se sentaba en una de las sillas de hasta el final. 

Era el día de su boda, y había repasado una y mil veces sus votos; cuando los dijo, su voz flaqueó en varias partes, su cuerpo se estremeció y cuando este le preguntó su aprobación, su mirada se fue hacia él. 

Era el día de su boda, después de todo, iba a casarse.  



*

Holi boli, espero les guste, es corto pero creo que bonito. uwu. 

Gracias por leer. 

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⏰ Last updated: Jan 27 ⏰

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Smut.., FrerardWhere stories live. Discover now