Pervivencia [Noremma]

Norman

|Nuestro rencor proviene del hecho de haber quedado por debajo de nuestras posibilidades sin haber podido alcanzarnos a nosotros mismos. Y eso nunca se lo perdonaremos a los demás.|

—Me tuviste preocupado, maldito estúpido. 

Ray había llegado pocas horas después que Emma se había retirado de su departamento. Luego de haberse terminado la cena que con tanto cariño y esmero le había preparado ella, Norman escuchó el llamado en su puerta. Le pareció extraño el que alguien lo buscara a esa hora de la noche. Pero cuando supo que se trataba ni más ni menos que de Ray Grace, recordó que prácticamente había sido él quien había olvidado su importante cita previamente acordada.

—Perdona, estuve medio inconsciente todo el día. Se explica mientras sigue recostado en cama. Aún siente el cuerpo un poco débil.

—Sí, eso me dijeron. 

—¿Eso te dijeron? Pregunta sinceramente confundido ante aquella declaración. (Y entonces su alarma de desconfianza se activó). 

¿No le había dicho Emma que no se había atrevido a contestar su celular por pena? ¿Por qué le habría inventado tan evidente mentira cuando él ni siquiera la había cuestionado por ello? ¿Qué sentido tenía el que ella le mintiera con ello tan descaradamente? No tenía pies ni cabeza. (A menos que estuviera guardando un secreto).

Ray entonces le contesta sin interés alguno a Norman. —La chica que estuvo contigo. Fue ella quien me lo dijo. Pero cuando el pelinegro observa su expresión de asombro, tiene sincera curiosidad por la situación detrás. —¿Qué? ¿No es ella tu nueva novia?

—¿Novia?

—¿En serio? ¿Aún no te la tiras?

—Ray.  Con un claro tono de voz cargado en molestia por tal pregunta, Norman le aclara que no hable mal de Emma, especialmente porque no la conoce y no es respetuoso el que hable de ella de esa manera. 

—Lo que trato de averiguar es, ¿desde cuándo una mujer es tan cercana a ti como para entrar a tu departamento sin haberse acostado contigo antes? Ante la negativa que su mirada mantuvo, Ray decide morderse la lengua. —Vale, me callo. Al fin y al cabo vengo solo a cumplir con mi trabajo.

—Entonces desembucha.

Sabe que lo normal habría sido escucharlo divagar en un tema trivial o algún reproche por haberlo dejado plantado. Pero cuando ve la seriedad con la que la expresión de su amigo ha cambiado, Norman tiene la certeza de que esta vez no podrían tomarse el asunto con mofa. Por lo que sale de las sábanas y se sienta derecho sobre el colchón para escuchar lo que Ray tiene por decir. —Mira, parece ser que el asunto va más allá de lo que los medios decidieron presentar. Si bien se puso en tela de juicio tu legitimidad como verdadero heredero de la familia Ratri, lo realmente serio fue lo que con amarillismo quisieron exponer sobre tu madre. 

Y eso era lo que justamente más había hecho enfadar a Norman. Su padre por muchos años pregonó lo mucho que había amado a su madre y lo dolido que su muerte lo había tenido. Pero ahora que se rumoreaban pestes sobre ella y su vida, él parecía restarle importancia al asunto al mantenerse al margen de comentarios sobre el tema. ¿No lograba entender que con su silencio solo concedía razón al mundo sobre tal considerable calumnia? 

—Ya era algo serio el que se estuviera rumoreando que en realidad fueras el hijo bastardo de James. Pero sugerir que tu madre manejaba bajo las sombras un negocio tan sucio como la trata de personas... Bueno, fue pasarse dos pueblos. ¡Claro que mi madre también se molestó! Ha estado moviendo cielo y tierra para limpiar el nombre de tu madre y sacarlo de este problema. Si no, no me verías por acá.