19: El cuervo, el asesino y los amantes

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— ¿Que es lo que tú tienes que yo quiero? Eres simplemente un lisiado en un lujoso p-

— Daenerys Targaryen - acotó llamando la atención de él — Quiero verla muerta tanto como tú pero primero me urge saber la valiosa información que posees. - dijo firmemente y San cambio su expresión a una maliciosa.

— Vaya, te haz ganado mí atención. - sonrió cínicamente... Gesto que el contrario compartió.

[...]

   Frío y dolor era lo que en su sueño sentía, su cuerpo árida en fuego pero no lograba sentir más que un vacío adueñarse de su ser entero. Daenerys, giro y a sus espaldas estaban las cabezas de sus tres hijos en una estaca mientras que en una plataforma estaba una silla con ruedas de madera y en las sombras se escondía él responsable de todo aquello. Ella sentía como sus lágrimas se volvían fuego y se dejó abrazar por el dolor de presenciar la escena.

Bajo la mirada y vio a el elfo que amaba inerte sobre un charco de sangre, entonces se desplomó de rodillas al suelo y lo tomo entre sus brazos aferrándose más y más a él, llorando sin consuelo. Todo a su alrededor se llenó de cenizas y al alzar su vista se encontró con San sosteniendo una espada que goteaba sangre y en su rostro había una extensa sonrisa macabra. Grito y grito pero de su garganta no salía más que sangre y entonces todo se nublo.

¡Legolas! - grito asustada al despertar, jadeante miro desorientada a su alrededor y Legolas con alivio trato de que ella fijará sus aterrados ojos en él.

— Tranquila... Solo fue un mal sueño.- murmuró demasiado angustiado, nunca la había visto tan atemorizada. Ella lo miró y pareció recuperar la calma, él le dedicó una mirada cariñosa y la atrajo a sí para envolverla en sus brazos — Estoy aquí... - le hizo saber en un susurro. Ella sollozo sobre su hombro y se aferró a él.

— Fue solo un sueño... - balbuceo temblando al respirar. Él acariciaba lentamente su espalda para transmitirle tranquilidad.

Sin embargo, un horrible ruido la hizo sobresaltar, ella alzó lentamente su mirada y se encontró con aquel ave de plumas tan negras como el manto nocturno sin estrellas. Sus ojos se clavaron en los suyos y sus plumas se inflaron: chillando con fiereza al verla.

— Un cuervo... - susurro aún abatida, pronto algo hizo "tic" en su mente e hizo que sus ojos se abran cual platos - ¡Un maldito cuervo! - rápidamente se safo del agarre del elfo y casi se cae al bajarse de la cama.

Desesperada miro  por toda su habitación tratando de hallar algo y sin más: tomo una daga que utilizaba para cortar las cartas y con una puntería sorprendente se lo lanzó al animal, atravesandolo.

— ¿¡Daenerys que haces!? - exclamó impactado, poniéndose a su lado con enojo por lo que hizo, vio al animal retorcerse en el piso por la puñalada y pena fue lo que sintió e intento acercarse al cuervo, sin embargo, Daenerys lo detuvo tomándolo del brazo.

— No te acerques a "eso" porque no es lo que parece - hizo una mueca de extrema seriedad que lo hizo mantener la boca cerrada y los pies quietos en su lugar.

Ella se acercó lentamente a aquel de plumas azabache, y al estar frente a este, se agachó y lo miro directamente a los ojos encontrándose con algo que no deseaba.  Un susurro que acarició sus oídos :

  « — El lobo se alzo en Westeros y en el Norte, pronto todo sucumbira al invierno pues este ya casi llega y cuando lo haga ni el fuego de un dragón podrá con él—»

Reconocía esa voz... Lo hacía y sin embargo lo único que pudo sentir fue miedo. Al igual que un escalofrío recorrió todo su cuerpo e hizo erizar su piel y al ver como los orbes del animal se volvían blancos tuvo que retroceder cayendo de trasero al suelo cuando lo hizo, el cuervo se levantó con la daga atravesando su cuerpo y aún así se fue volando dejando una abrumada Daenerys mirar perdidamente al suelo sin hallar rastro alguno de sangre del animal.

  — Brandon Stark, maldito lisiado. - siseo furiosa e impactada. Se levantó del suelo y miro a Legolas quien la observaba con incertidumbre y preocupación, entonces, ella arqueo ambas cejas y sus ojos se vieron tristes. — Legolas... Debes irte de Harlindon.

- ¿Que...? - ladeó la cabeza con incredulidad. Ella tensó su mandíbula, cerrando sus ojos y con fuerza apretando sus manos en puños.

— No te pondré en peligro - mantuvo su postura, no obstante, su voz tembló y flaqueo al sentirlo cerca suyo.— ¡No dejaré que algo te pase, entiende!

— Lo sé... - la tomo de los hombros e hizo que abriera sus ojos. — ¿Que sucede? Cargas con tantos problemas que son seguramente incontables. Y yo no me iré de tu lado sin saber el "por qué" y aún sabiéndolo nunca te abandonaría. - hablo con determinación mezclada en un suave susurro.

— No quiero perderte... - mascullo, dejándose caer en sus brazos. — No quiero que por mí culpa algo te suceda - admitió en un hilo de voz.

— Si algo me sucede sería mi culpa por no ser lo suficientemente fuerte - volvió a usar aquel tono suave y meloso. Llevando sus manos a las mejillas de la contraria para después inclinarse y juntar sus frentes. — No me pidas que te deje por qué no lo haré; no me pidas que no le de importancia a tu estado por qué no lo haré; no me pidas que deje de preocuparme porque...

— No lo harás - finalizó ella y ambos rieron brevemente. Él tomó delicadamente la mano de la mujer y la llevo a su pecho haciendo que su palma se pose sobre su corazón quien latía desenfrenado.

— ¿Sientes como late cual galope del más rápido caballo? - ella río enternecida encogiéndose de brazos e asintió sin dejar de presenciar al contrario. — Siempre me haces sentir así: me haces bien Daenerys, le diste razón a mi pérdida vida, me devolviste la calidez y el amor - ambos se miraron y sus pupilas se dilataron. — ... Y es por qué te amo, te amo tanto como el infinito de las estrellas y el extenso Anduin. Todo lo que reviví es gracias a ti y todo lo que sigo viviendo es sin dudas gracias a ti. Por qué para mí no hay mejor persona que tú. Me he enamorado perdidamente y... Sin importar el peligro, las consecuencias y las circunstancias lo seguiré haciendo hasta que marché al Valinor.

Ahora el corazón que latía desbocado era el de ella quien sonreía dulcemente. Ambos se besaron apasionadamente dejándose llevar por el emotivo momento. Y sin embargo, se tuvieron que separar para así recuperar el aliento.

— Yo también te amo, como no tienes idea, Legolas.

Y al mismo tiempo que susurraba sus más íntimos sentimientos, más allá, alguien sentencio sin expresión alguna:

« — Secuestralo y la tendremos a nuestra merced, pero aguarda, aún no. La paciencia es amarga pero da el más dulce fruto. — »

•••

Hi, beautiful Strangers <3

Quería aprovechar para informarles que...
Este es el último capítulo de la primer parte.
A partir del cap 20 que va a ser simplemente el cast de los nuevos personajes de la segunda parte va a comenzar esta y  va a ser ordenada desde el número 1 nuevamente.

Bueno... Ya lo verán jsjs

Tenkiu and bye bye

- Aristóteles

MOTHER of DRAGONS - LEGOLAS GREENLEAF [EN EDICIÓN]Where stories live. Discover now