Capítulo 11

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*Narra Lydia*

Tanta blancura me hacía daño en los ojos. Pero es que de veras, todo el interior (y el exterior) estaba pintado puramente de blanco, plateado y algunas transparencias. Muy moderno.

El hall de entrada parecía en consecuencia muy frío, o quizás solo era yo. Nos dirigimos en silencio hasta el ascensor y marcamos el piso 66. El trayecto desde la planta baja hasta uno de los últimos pisos me pareció eterno, hasta que por fin el ascensor se detuvo con una sacudida y entramos en un pequeño pasillo con una única puerta entreabierta.

Pasamos por la puerta sigilosamente, desde afuera se podía escuchar el sonido de una radio que parecía relatar un partido de baseball u algún otro deporte. A diferencia del resto del rascacielos, el apartamento en sí era bastante pequeño y su estilo mucho más clásico y hogareño. En un sofá color caoba se encontraba un hombre de cabello moreno y amables ojos azules, además de tener una barba bastante poblada, como si no se hubiera afeitado en varios días. Por más que lo intenté, no pude descifrar su edad.

—Oh, los estaba esperando. Mi nombre es Mike. Siéntense, por favor —dijo levantándose y ofreciéndonos el sofá. Me senté en el medio con Stiles a mi derecha y Derek a mi izquierda. Lo malo es que el sofá no estaba en perfectas condiciones ni era tan grande, por lo que terminé medio en el piso, medio en el regazo de Stiles—. Tengo entendido que vienes por información —dijo enarcando una ceja y mirando a Derek.

—Así es. Necesitamos ayuda para descubrir qué es lo que trama exactamente mi tío asesinando todas estas manadas.

—Claro. Pero deberás entender...

—Quieres algo a cambio —dedujo Stiles. El Alfa le dirigió una rápida mirada por primera vez.

—No es demasiado. Protección para mí y para mis Betas, es todo lo que pido.

—No controlamos a Peter, no podemos prometerte eso —razonó Derek.

—Con la información que puedo otorgarles, sí. Solo hagan lo posible para ayudar a mantenernos a salvo —el hombre parecía de veras honesto y preocupado por los suyos, y nosotros necesitábamos toda la ayuda posible, así que intervine.

—Lo prometemos. Díganos lo que sabe por favor.

El Alfa suspiró y comenzó a hablar.

—Es una leyenda muy vieja de los antiguos lobos mayas—dijo y luego nos contó la historia.

«Hace muchos años, había un gran conjunto de manadas agrupadas en la zona que ahora se conoce como Chiapas. En ese lugar se encontraba Palenque, donde se construían templos y pirámides mayas. El Alfa de una de esas tantas manadas, llamado Prator, era un hombre ambicioso, egoísta y con ansias de poder, quería a toda costa ser no solo el más poderoso de su manada, sino el más poderoso de Palenque.

Así que quiso adueñarse de otra manda. Mató al Alfa hundiendo sus garras como cuchillas en su nuca, absorbiendo todo el poder que él poseía. Y todos pensaron que allí terminaría, pero no. Acto seguido asesinó a la manada completa y continuó haciendo eso hasta que ya no quedaron más hombres lobo en el lugar. Enloqueció de poder y ese mismo mes, durante la luna llena, se convirtió en un nuevo tipo de Alfa: el Alfa Supremo.»

Stiles hizo un gesto como para que continuara, pero evidentemente ya no había nada que contar.

—¿Eso es todo? ¿Nada de armas letales y mágicas o un método místico para revertirlo? —preguntó anonadado.

—Es solo una leyenda, no es exacta —le contestó Mike.

—Y nos ha ayudado mucho —me adelanté ya que vi que Stiles iba a protestar—. ¿Algún otro dato?

—Hay algo... Los ayudará a asegurarse cuando se transforme —dijo el hombre algo dubitativo—. Los ojos del Alfa Supremo son totalmente negros.

—Nos ha servido de mucho, Mike, gracias —agradeció Derek levantándose y estrechándole la mano al Alfa—. Haremos lo que esté a nuestro alcance por su manada

Me paré y seguí a los dos muchachos que iban hacia la puerta, Stiles detrás de mí. Llegando a la salida, me detuve en seco. Algo no iba bien, aunque tardé unos segundos en descifrar que era.

La radio que había estado encendida hasta recién, relatando un evento deportivo, se había callado de repente y sin que nadie la tocara. Concentré el oído y miré la radio apoyada en una mesita, era anaranjada y parecía como de los 80's.  El aparato comenzó a emitir sonidos extraños como si algo estuviera interfiriendo. Luego, una voz aterradora y sombría se distinguió entre susurros.

"El tiempo se acaba, Lydia. Las cosas se ponen más difíciles. Vamos, toma una decisión. ¿Cuál de los dos te...?"

—¡Basta! —grité sin poder contenerme, no quería que la voz terminara la pregunta, no quería elegir, no quería nada de eso.

La radio volvió a comentar el evento y me percaté de que eso era lo único que se escuchaba en la sala. Los tres hombres a mi alrededor estaban callados, penetrándome con la mirada. Sin poder soportarlo, hice a un lado a Derek y salí del apartamento corriendo. El ascensor estaba ya allí en el pasillo, así que me metí dentro y marqué la planta baja, escuchando que me llamaban, pero no les hice caso.

Cuando las puertas se cerraron, me apoyé contra una de las paredes y respiré hondo. No sabía que hacer a continuación, no solo después de haber huido del apartamento, sino en esa gran encrucijada en la que estaba metida. Las palabras de la voz susurrante resonaban una y otra vez en mi cabeza. Esto cada vez se ponía peor. Cuando comencé a sentir que me ahogaba, se abrió de nuevo la puerta y salí medio mareada del edificio.

Caminé y caminé sin detenerme hasta que encontré un parque bastante vacío, lo que me extrañó bastante, hasta que miré hacia arriba y vi que el cielo se había nublado de repente, a punto de llover. No me importó y me senté en la primera banca que encontré. Rememoré el sueño de la noche anterior.

Me encontraba en medio de una gigantesca nube grisácea. Había mucho viento y yo parecía estar parada sobre la nada pura. Me sentía  ligera, sin peso. A mi izquierda, la nube gris fue tomando un color rosado y una figura se fue formando allí. Aunque era semi -transparente y podía ver a través de ella, ahogué un grito al darme cuenta de quién era.

Allison, o lo que parecía ser el fantasma de ella, sonreía casi tristemente, y me saludaba con la mano. Aparté la vista de ella y miré hacia la derecha. Esa parte de la nube era celeste y la silueta sobre ella era sólida y parecía mucho más real. Reconocí los brillantes ojos miel antes que nada, y supe inmediatamente que era Stiles. Él también sonreía, pero con verdadera alegría. De verdad.

De pronto, todo comenzó a temblar y a retorcerse, y cuando volteé a ver a Allison, parecía feliz, real y sustanciosa. Por el contrario, Stiles parecía confundido y su piel se trasparentaba. Cerré los ojos con fuerza al entender el escenario e hice fuerza por despertarme. Esto no podía ser real. No.

Al recordar el sueño me sobresalté. Dios, tenía que pensar en algo. En algo que hacer. Pero en ese momento, lo único que tenía claro era que tenía que pensar con la cabeza fría e imparcial. Y no podía en mi situación actual. Así que decidí.

Avisté a Stiles caminando hacia mí, su rostro reflejaba enojo. Respiré hondo y me esforcé por no llorar ni pensar en que lo que estaba a punto de hacer, sería probablemente lo más difícil e incierto que haría en mi vida.

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Y si, como dije, los haré sufrir muajajaja. Okno.

En fin, voten, comenten, y no me odien demasiado, ¿si?

Besoooos

-Blue


Soulmates || StydiaWhere stories live. Discover now