Capítulo 7

1.8K 116 2
                                    

*Narra Lydia*

Llegamos a nuestro destino a las siete, cuando ya estaba anocheciendo. Yo tenía todo el cuerpo entumecido y el cuello dolorido de apoyarlo en Stiles, cosa que deshice en cuanto tuve la oportunidad. Dioses, eso tenía que dejar de pasar.

Scott estacionó el coche en una calle en el medio de la ciudad y yo caí en que teníamos que buscar hospedaje. Ni loca dormía de nuevo en ese jeep destartalado, que Stiles me perdone. Pero Derek no nos lo quería poner tan fácil.

 —Hay dos manadas aquí. Deberemos arriesgarnos por una y con suerte será la que Peter elija primero. Iremos a la que está en los bosques, no a mucho de aquí.

—¿Y si mejor nos dividimos? Digo, para cubrir ambas manadas  —la idea de Kira era buena.

—No somos tan fuertes separados. Cada uno sabe hacer algo pero no sirve si no actuamos en conjunto. Nos arriesgaremos a equivocarnos de lugar y punto  —dijo Derek dirigiéndose hacia la izquierda y tomando la palabra final. No sé quién lo había puesto a cargo, pero no iba a discutirle.

Los demás lo seguimos; Derek iba al frente, seguido de Scott y Stiles que hablaban en voz baja, y Kira y yo en la retaguardia.

—De qué tanto hablaran esos dos —se rió en voz baja Kira refiriéndose a los chicos.

—No lo sé —le contesté y busqué algún tema para seguir charlando. Era importante para mí tener una buena relación con ella, ya que era la única chica que me caía bien—. ¿Cómo está todo con Scott?

—Oh, todo va muy bien, gracias —pero parecía nerviosa—. Sabes, esto nunca dejará de parecerme raro e incómodo.

—¿A qué te refieres?

—Estoy continuamente ocupando el lugar de Allison. Novia de Scott —o algo así—, amiga de ustedes. Incluso me da miedo hablar contigo porque si hay algo que no quiero es ser como un reemplazo. Dios, debe ser odioso.

Medité un segundo las palabras de Kira. Si bien había un poco de verdad en ellas, yo no la odiaba. Hasta podía imaginarme lo feo que debía sentirse.

—Para nada. En realidad, me agradas. Y si hay algo que me falta ahora, son amigas. Así que si quieres hablar conmigo... hazlo.

Me sonrió. Iba a contestar cuando sentí una extraña sensación. Quizás eral el frío que repentinamente sentía, o tal vez la suave brisa que golpeó mi cara, pero me di cuenta de que estábamos en el bosque incluso antes de que Derek nos lo avisara.

Nos adentramos en los árboles y arbustos. Había algo en el aire de este lugar que no me gustaba nada y el murmullo del roce de las hojas no estaba ayudando a tranquilizarme. A medida que caminábamos una neblina asfixiante empezó a aumentar. También comencé a sentir un olor pesado, desagradable. Esto no se veía bien. Nada bien.

Entonces fue cuando la vi. Una niña, de no más de siete años, tirada en la tierra como una muñeca rota. Tenía sus pequeñas manos cerradas en puños y una mueca de horror en el rostro, como si hubiera visto algo terrible. Kira también la vio y ahogó un grito. Nos miramos y seguimos caminando tragando saliva. Mientras más avanzábamos, más cuerpos hallábamos. Ninguno muy lleno de sangre o destrozado, ya que, como pudimos comprobar, todos habían muerto gracias a unos profundísimos cortes en la nuca.

Mi horror iba en aumento, pero llego a su punto culmine cuando llegamos a lo que parecía el centro del bosque.  Había un gran claro despejado dónde estaba una fogata casi consumida, y varias tiendas de acampar con su respectivo color verdoso. En el centro del lugar había una enorme roca gris, lo bastante lisa para que un hombre se subiera allí. Porque eso es lo que estaba pasando.

Peter estaba parado en la roca, con los colmillos fuera y los ojos de un rojo fogoso. Sostenía por el cuello a una mujer de unos treinta años, rubia platinada; que lloraba y se retorcía en su intento por seguir con vida.

—Oh, pero veo que tenemos invitados. ¿Porque no me avisaron? Hubiera... limpiado un poco —dijo riendo mientras miraba a su alrededor.

—Déjala ir —intervino Scott—. No tiene nada que ver en esto. No la lastimes.

—¿Yo? —contestó Peter y luego rió— Pero si no iba  a hacerle nada... ¡Maliaaa!

Pude sentir como la respiración de Stiles se cortaba cuando Malia apareció de detrás de unos árboles y caminó hasta la roca. Estaba vestida toda de negro, pero algunas partes de su ropa estaban levemente salpicadas de sangre. Todos la seguimos con la mirada.

—Hija, querida, ¿me harías el honor? —Peter lo ofreció a la chica, que seguía intentando zafarse.

—¡Espera! —todos volteamos a ver a Stiles, que parecía desesperado por evitar que esto ocurriera— Malia, no tienes que hacerlo. Por favor no lo escuches —la chica lo miró. Tenía la mirada perdida y confundida, pero parecía consciente de lo que pasaba.

—Lo siento... lo siento mucho —se lamentó acongojada mientras alargaba la mano hasta la chica que su padre sostenía.

—¡No lo hagas! ¡Malia! ¡Malia, no! ¡MALIAAA! —pero ya era tarde. Sin dejar de mirar apenada a Stiles, tomó a la chica de la nuca y le hundió las garras.

La Alfa comenzó a gritar y a sollozar, igual que Malia, hasta que se quedó inmóvil. Malia levantó la cabeza y pude ver como sus ojos azules cambiaban a un tono rojizo. Pero había otro cambio, la chica había abandonado su expresión abatida y ahora parecía victoriosa.

—Bien, fue un placer haberlos visto, pero ahora nos tenemos que ir —dijo Peter con una sonrisa de placer y dándose media vuelta.

Malia nos dirigió una última mirada, esta vez con un poco de desprecio, y siguió a su padre. Miré a Stiles y de algún modo supe lo que estaba a punto de hacer, así que me adelanté y lo agarré por la cintura justo cuando comenzaba a correr en dirección de Malia.

—¡No! ¡Suéltame! ¡Debo salvarla! No... —él intentaba soltarse pero yo no lo dejé. Sabía bien que Peter era capaz de matarlo si se interponía en su camino. Es más, seguramente ese había sido su plan, irse sin estar a la defensiva y atacarnos cuando lo siguiéramos. Pero no iba a dejar que eso pasara.

—Basta... No hay nada que puedas hacer... Lo lamento... —lo consolé mientras él apoyaba su cabeza en mi hombro y repetía en un susurro "Debo salvarla..."

Yo también me sentía triste. No por Malia. A ella la odié  en ese momento. No era su culpa, pero estaba haciendo sufrir a Stiles.

Tú también lo hiciste en tu momento dijo la voz de mi cabeza que parecía odiarme.

 Pero había una razón por la que yo estaba infinitamente triste. Era por Malia por quién estaba llorando Stiles en mi hombro. Y eso básicamente me destrozaba. 

------------------------------------

Buenoooo, espero que les haya gustado el cap, este estuvo un poco más intenso que los anteriores ;) jaja 

Así que saludos y hasta el proximo capi!

-Blue

P.D: recuerden que ninguno de estos video es de  mi autoría. Todos los créditos hacia la que lo hizo :3 :3


Soulmates || StydiaΌπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα