Tienes una cita (fanfic n.h)

7

Antes. 

Después de nuestro ridículo encuentro de rimas, nos quedamos junto a la fogata por casi dos horas. Niall y yo nos turnamos la guitarra para tocar y cantar «canciones de fogata», como Scott las llama. Él y Tom llenaron sus latas vacías con arena para convertirlas en instrumentos. Y la verdad es que funcionan mejor de lo que creí. Tom golpea la suya en el tronco y Scott sólo la mueve en el aire como si fuera un palo de agua.  

—Se siente un frío. 

—¡Siente un fríiiiiiooo, tu corazón! 

—¡Tu corazón! (2) 

Bien. No cantamos. Sólo lo intentamos, porque el dramatismo nos mueve demasiado y en realidad gritamos. Es ridículo, pero me gusta estar con ellos haciendo esto. Al menos la música suena bien y estoy disfrutando como nunca contemplar la sonrisa de Niall cada vez que está a punto de reírse por nuestro pequeño concierto. 

  

Ahora. 

—Tu novia, ¿no? —pregunta el hombre grande cuando Niall nos alcanza.  

—Fuiste amable, gracias —espeta él y sostiene mi mano de inmediato. Luego le hace una seña para que se largue. —¿Qué infiernos estás haciendo aquí, Vinka? Te dije que este lugar es peligroso, maldita sea. 

Oh, vaya. Fue agradable creer por un segundo que estaría preocupado. 

—Porque todo es un desastre, mis padres se van a divorciar, ya no tengo auto, no tengo mamá y necesito saber qué haces desde que volviste a Dublín, porque honestamente no puedo soportar más mentiras, además de las que yo misma estoy diciéndole a todo el mundo. —Respiro profundo y trato de calmarme después de escupir toda esa información. Niall se limita a mirarme como si estuviera harto de mi mierda y no dice nada por un momento. 

Suspira.  

—No puedo decirte nada. Ya lo sabes. 

—¡Joder, Niall! ¿Estás escuchándome? ¡Necesito que algo en mi vida esté firme! No puedo más con todo esto, no puedo seguir ayudándote sin saber ni una sola mísera cosa sobre ti —lloriqueo—. No puedes ser tan injusto. 

—¡Pues ésta parte de tu vida no puede ser la que esté firme, Vins, lo siento! Estoy tratando de protegerte, ¿vale? No vas a conseguir nada bueno sabiendo algo que sólo va a causarte más problemas. Piensas demasiado, y si yo te doy más información, terminarás por perder la cabeza. Te conozco.  

«Tratando de protegerme». Maldita sea, es Niall. 

—Voy a denunciarte. 

—¿Qué? —Medio se ríe, incrédulo.  

—Voy a denunciarte —repito—. No puedo seguir siendo tu cómplice. Sólo me estoy metiendo en problemas por ti y tú no puedes decirme nada. Hombre, ni siquiera tengo una razón para esconderte de la ley.  

—Sí que la tienes. 

—Bueno, dímela —replico y levanto mis brazos—, porque yo no la sé. 

—Vamos, Vinka. Necesito que lo comprendas, ¿no puedes tener pa...? 

—No, no me pidas que yo te comprenda, porque tú no lo has hecho conmigo. ¡Nadie confía en mí! ¡Cómo no puedes ver todas las cosas que estoy haciendo por ti! 

—¡Las estoy viendo! ¿Está bien? Pero también yo tengo problemas aquí y una sarta de cosas que estoy tratando de solucionar, no sólo... 

—Lo siento. No puedo seguir en esto —lo interrumpo y, con el dorso de la mano, me seco la cara—. No puedo, ¿está bien? Es demasiado.