Bautismo

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Las calles de la nación del fuego estaban completamente llenas de personas. Era un día muy importante y el pueblo lo sabía, finalmente llego el bautismo de la princesa recién nacida. Más de cincuenta mil personas estaban reunidas para presenciar el gran desfile real que se llevaría acabo.
Eran las nueve de la mañana cuando el carruaje secundario partió hacia el templo de los sabios del fuego. Allí se encontraban Iroh, Ikem, Kiyi y Ursa. El carruaje era descubierto por lo que las personas esperaban que el principal fuese así para poder ver a la heredera de la nación por primera vez.

 El carruaje era descubierto por lo que las personas esperaban que el principal fuese así para poder ver a la heredera de la nación por primera vez

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Los siguientes en hacer acto de presencia fue el equipo avatar montados sobre Appa en el cielo.

—Vaya, es una vista impresionante—recalcó Aang al ver a tantas personas reunidas— ¿No lo creen chicos?

—No lo se, ustedes díganme—Dijo Toph irónicamente señalando sus ojos—

—Nunca vi a tanta gente reunida celebrando... el nacimiento de un bebé—respondió Sokka con su característico tono burlón—

—Se ve qué para la nación del fuego la familia real es verdaderamente importante—resaltó Katara—

—Eso parece—se limitó a decir su hermano—

Luego de ellos estaban las guerreras Kiyoshi y la guardia real escoltando el carruaje principal donde se encontraban los monarcas y la pequeña bebe. Lamentablemente para quienes tenían la esperanza de ver la carita de niña, este era completamente cerrado. E incluso Izumi estaba totalmente cubierta por una manta lo que imposibilitaba verla.

 E incluso Izumi estaba totalmente cubierta por una manta lo que imposibilitaba verla

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Mai y Zuko lo decidieron así porque cuestiones de seguridad. Como cualquier pareja de padres primerizos no querían que su hija corriese ningún peligro, además traían sobre sus hombros el peso de un pasado que aún los perseguía. No sabían si podría repercutir en la vida de su niña, pero por las dudas tomarían todas las precauciones posibles.
Por su parte Iroh estaba ansioso se poder estar nuevamente con su sobrina. Lamentablemente el no pudo estar presente el día de su nacimiento, pero todo se compensó cuando la alzó por primera vez. El hombre mayor se echó a llorar como un bebé mientras los padres de la pequeña lo miraban conmovidos.

—Es un hermoso día para esta gran celebración—exclamó el señor mientras que sus acompañantes asintieron— Toda la gente se emocionada y feliz.

—Así es, esta pequeña nació para llenar de alegría a la nación— contestó la abuela de la niña—
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Una hora y media después por fin llegaron al lugar. Zuko y Mai eran escoltados por un gran grupo de guardias y las guerreras Kiyoshi. Tan solo un selecto grupo de gente ingresó al templo, unas cincuenta personas. Entre ellos habían amigos de la familia y familias importantes de todo el mundo.
La ceremonia duró al rededor de unos veinte minutos, el jefe de los sabios del fuego bautizó a la princesa. Los padrinos de ella fueron Katara y Aang, quienes se sentían honrados de serlo. El rey Küei había ido con su enorme oso Borsco lo cual inquietaba a los invitados, pero el animal estaba tranquilo. Zuko había intentado convencer al rey que no lo trajese consigo, sin embargo era muy terco y lo trajo igualmente. De todas formas todos tenían sus ojos puestos sobre la hermosa bebe, quien se tomaba fotos con su familia y amigos de sus padres.
Iroh miraba a su sobrino con tanto orgullo... por fin había podido ser feliz y formar una pequeña gran familia. De pronto una sensación extraña recorrió su espalda, sintió una mala energía. Miro hacia varios lados y no vio nada raro o sospechoso, así que lo dejo pasar.
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Más tarde...

Habían pasado unas horas y había una pequeña celebración en el palacio por el bautismo de la niña. Todo había ido normal y sin preocupaciones, sin embargo el tío de zuko seguía con una extraña sensación. Miraba a su nueva sobrina con amor mientras la sostenía y ella dormía, pero ese sentimiento no se iba.
Zuko por su parte notó ello y se acercó a preguntarle.

—¿Sucede algo tío?

—No es nada sobrino—respondió para no preocuparlo— simplemente estoy muy feliz por ti. Espero que crezca fuerte y sana.

Zuko sonrió para sí mismo

—Gracias tío, así será, no puede ser de otra manera.—acarició la pequeña mejilla de su niña—

—Ella tiene unos grandes padrinos ¿cómo se les ocurrió que Katara y Aang lo fueran?

—Bueno, creo que no existen personas más indicadas que ellos. Además tienen nuestra plena confianza, sé que nunca nos fallarían.

—En eso tienes razón. Solo queda darle la mejor vida que pueda tener.
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Una persona con una gran túnica negra observaba desde lejos la imagen de su tío y hermano con su nueva sobrina. Finalmente había llegado una forma de vengarse y hacerles el mayor daño posible. Simplemente era perfecto, solo había que encontrar el momento adecuado para actuar...

Continuará...

El Legado De IzumiWhere stories live. Discover now