Fuckboy (Jotakak)

Sour candy (16)

-¿Así que ya lo sabes?- llevaba un cigarrillo entre sus dedos, jugando con el.

-¿Creíste que no me iba a enterar? ¿Qué iba a ser un secreto eterno?- Noriaki manifestó a Hierophant Green y con este se ayudó a desatar sus muñecas.

-...- quería hablar aunque no tuviera nada que decir.

-Eso creí.- comenzó a vestirse, la decepción volvía a llenar cada poro de su piel.

Jotaro hizo lo mismo. Ambos se cambiaban en silencio. Cuando el pelirrojo estuvo listo, se fue de ahí.

-Ah, ¿Cómo está el Joven Kujo? A penas venía a buscarlos.- El profesor le preguntó, entonces recordó su estúpido "plan".

-Eehh...- rascó su nuca- El uh, está...

-Mal. Me voy a ir a casa.- ocultó la mirada bajo su gorra. Se retiró de ahí, callado como siempre.

Kakyoin mordió su labio. "Tal vez fui muy duro con el". Miró a su maestro con incomodidad.

-...¿Paso algo entre ustedes?- acomodó sus peculiares gafas.

-No... No, solo se siente mal.- mintió.

-Bueno, ve con el. Yo justificaré la ausencia de ambos.- sonrió amable y se fue dejando al chico solo.

No quería ir con el, pero le molestaba que de la nada de comportará así. "El que debería estar ofendido soy yo."

Con paso molesto alcanzó al pelinegro y lo tomó del hombro.

-¿Qué?- bufó enojado.

-Yo soy el que debe de estar furioso y ofendido, no tú.- frunció el ceño cruzándose de brazos.

-No estoy molesto por lo que crees, solo que a veces no te entiendo y me frustra.- a juzgar por su mirada decía la verdad.

-Eso no es excusa.- el pelirrojo seguía molesto- Tu me ilusionaste, me usaste y...

-¡Ya deja de joder con eso!- gritó furioso. Se acercó a él lindo rostro del más chico, intimidandolo- Si eso pasó fue porque tú lo permitiste.

Kakyoin le dio una fuerte bofetada y con lágrimas en los ojos lo tomó por el cuello de la gabardina para acercarse más.

-¡¡Porque tú me mentiste!!- bruscamente lo soltó- Eres peor de lo que imaginé...

Kujo no sabía porque se comportaba así, solo estaba causando daño a todo mundo, incluso a si mismo.

-Yo...- desvío la mirada pero no habló más.

-Tienes una novia y ni siquiera la puedes respetar.- rascó su hombro y tragó saliva en un vago intento para no mostrar debilidad.

-Hey...- Jotaro tomó a Noriaki por el mentón, haciendo contacto visual. Mostró una dulce sonrisa y luego lo beso.

Abrió sus ojos con sorpresa y después el menor correspondió gustoso, lo tomó como una disculpa y cuando se separaron cada quién se fue a un lugar diferente.

El pelinegro llegó a su gran casa algo desconcertado. No sabía qué diablos hacer y cómo reparar sus daños.

Confuso salió a caminar, sin notarlo estaba en la casa de su amigo Polnareff. Tocó esperando a que estuviera.

-¿Quién?- era una voz femenina, la de Sherry probablemente.

-Jotaro. ¿Está tu hermano?

La jóven abrió la puerta y se sonrojo un poco al comprobar que si era el.

-No... Está en la escuela.- carrasparreo.

-Hmm.- se fue a su antiguo instituto para buscar a su amigo. Como siempre, las puertas estaban abiertas.