Fuckboy (Jotakak)

I feel like i'm drowning (8)

(Antes de empezar, este capítulo se puede disfrutar más si escuchas la canción que te deje. Pero reproducela cuando se indique. No es obligatorio pero da una mejor experiencia (?)

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Salió de esa casa con la fuerza que le quedaba. Su entrepierna pedía atención pero era lo que menos le importaba.

Solo podía pensar en qué su mejor amigo y la persona de la que estaba enamorado, no lo querría ver jamás.

Ya sentía las miradas de asco sobre su persona, las humillaciones y comentarios de mal gusto por parte de Kujo.

Quería llorar. Iba a llorar.

Sus ojos se humedecieron y rápidamente derramó las primeras lágrimas. Se sentía humillado y tonto.

La mejor idea que tuvo en ese momento fue ir con su amiga para desahogarse un poco, pero le daba pena que viera su "problema".

¿Qué más daba? Se le bajaría con llorar. Siguió caminando hacia la casa de Tessa y cuando estuvo ahí tocó la puerta demasiado despacio.

-¡Vooy!- escuchó su alegre voz y comenzó a arrepentirse de haber ido, le arruinaría la tarde. La chica abrió la puerta, iba en pijama.

-Ho-hola...- sonrió mientras inútilmente se secaba una lágrima.

-¿Qué te hizo ese pedazo de mierda?- lo jaló hacia adentro con algo de furia- ¿Por eso faltaste a clase? ¿Qué pasó? ¡¿Estas bien?!

Eran demasiadas preguntas y sinceramente no estaba del mejor ánimo, aún así habló con ella.

Le contó lo sucedido, evitando detalles leves y al final no pudo evitar sentirse frustrado.

Y es que su tristeza se había convertido en enojó.

-¡Fui un imbécil! ¡¿Cómo pude enamorarme de él?! ¡Es que soy idiota pero el también lo es!- decía enojado, mientras comía sopa y golpeaba la mesa con la cuchara.

Tessa se limitaba a observarlo, se le hacía algo muy raro ver a su amigo así de desmesurado.

Aparte, sostenía su plato para que el líquido no se derramará a causa de los golpes del pelirrojo.

-Yo opino que te calmes y comas la sopa.

-¡Y una mierda la sopa!- dió una cucharada para comérsela y después de tragar, continuó- ¡Lo más horrible es que no tengo derecho a enojarme! No puedo obligarlo a que me quiera... Pero yo soy lindo y de buen corazón...

La castaña estaba a punto de hablar, pero fue interrumpida.

-¡¡Pero el prefiere buenas tetas!!- volvió a clavar la cuchara en la mesa- ¡¡Qué se vaya al diablo!! Me ha hecho entender de la peor manera posible que no le intereso nada.- sentenció.

-...Te dije desde un inicio que ni te ilusionaras. Tú mejor que nadie lo conoces, va y se mete con todas para al final no tener nada. Aparte dudo que sea...- no terminó, solo miró a su amigo con pesar.

-Es lo peor que he sentido en años... Y aún más grave es que lo sigo queriendo.- bajo su mirada, sintiendo amargura en su garganta- Ya no quiero ir a la escuela.

Parecía un niño chiquito haciendo berrinche, eso le dió ternura a su amiga y con dulzura acarició su cabello.

-Cariño, debe de ser al revés. ¡Tienes que ir más perra que nunca! Si te habla, lo ignoras y si te comienza a ofender, sácale todas sus verdades al sol.- dijo con aire de supremacía.

-Tienes razón, que vea de lo que se pierde.- sonrió más animado y ambos jóvenes rieron divertidos.

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