Capítulo 36

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Shura:Estoy cansado—Apoyo su cabeza sobre el hombro del guardian de el noveno templo, quien regreso a sentarse a su lado, debido a que mantuvo una pequeña batalla con su hermano, saliendo vencedor

Aioros:Te entiendo, yo estoy igual que tú cariño—Comenzó a beber un poco de agua—Uff definitivamente mi hermano ha mejorado su poder como caballero, me siento tan orgulloso por él—Argumento sonriente. Lo poco que el llegó a enseñarle le sirvió de mucho, debido a que se convirtió en lo que siempre soño, el respetable caballero dorado de la constelación de Leo.

Shura:Me alegra mucho saber que piensas así de Aioria, no sabes todo lo que se esforzó con tal de ser alguien fuerte y valiente como lo eres tú Aioros—Esbozo una pequeña sonrisa.

De igual manera el objetivo de Shura era convertirse en alguien como la persona que más admiraba en este mundo, Aioros de Sagitario. Se sintió un poco triste, porque tal vez aquel chico de cabellera castaña no reconocía su esfuerzo que siempre hizo desde el día en el que lo conoció. Su mente se nublo por breves minutos, trayendo a su mente un lejano recuerdo de los entrenamientos de aquel entonces

Un vago recuerdo de cuando el aquel chico español asistía a su primer entrenamiento, junto a su mejor amigo, Aioros, quien a su vez se encargaba de enseñarle unas básicas técnicas para el combate. Esa tarde por accidente este termino lastimado por uno de sus compañeros, los cuales eran unos niños, más exacto se trataba de Afrodita, aquel chico que poseía una larga cabellera celeste, que mantenía atado en una coleta. En uno de esos cortos enfrentamiento, este termino ganando no sin antes dejar uno que otro pinchazo en las delicadas piernas y brazos del pequeño azabache, de los cuales no tardó a qué empezara a brotarle sangre. Momentos después el entrenamiento había llegado a su fin, haciendo que casi todos regresarán a sus futuros templos, dejando solos a Shura y Aioros. Unas cuantas lágrimas recorrían por su rostro, comenzaba a sentir un dolor punzante en aquellas zonas lastimadas. Eso fue notado claramente por el heleno, quien rápidamente se acercó al menor junto con unas vendas en sus manos, sabía que eso iba a suceder, era su primer día en el coliseo, su hermano también pasó por lo mismo.

Shura:Auch, duele muchísimo—Argumento mientras hacía una mueca de dolor—Aioros, ayúdame ¡agh!

Aioros:Claro que te voy a ayudar, primero tranquilízate, esto te va a doler, así que toma mi mano—Le mostró una sonrisa a la par que extendía su mano, siendo correspondido de aquel agarre

El chico Sagitario comenzó a colocar unas gotas de alcohol sobre una pequeña nubecita de algodón, el cual comenzó a pasarlo delicadamente sobre sus heridas. Observo el rostro del pequeño españolito, como este soltaba un grito de dolor, mientras apretaba con todas sus fuerzas su mano. Tanto como él, Aioros también quería que esto terminara, no le gustaba ver esa escena en dónde su pequeño amigo sufría. Luego de unos minutos de dolor y pena ajena, por fin el mayor termino de curar las heridas de Shura, quien con los ojos completamente rojos e hinchados, se abalanzó sobre el heleno dándole un fuerte y cálido abrazo.

Aioros: Ya no llores por favor Shura, no me gusta verte de esa manera—Acaricio delicadamente sus mejillas, causando que el niño comenzará a calmarse

Shura: Está bien pero duele bastante—Soltó un par de suspiros—Gracias Aioros—Le mostró una sonrisa sincera

Aioros: No me agradezcas, siempre estaré para ayudarte, prometo que te enseñaré a ser alguien fuerte y resitente Shura, te conozco poco tiempo y ya eres alguien muy importante para mí—Junto una de sus manos con la del pequeño azabache

Shura:No te defraudaré Aioros, prometo convertirme en alguien fuerte, valiente y un gran caballero de Athena como tú—Agacho un poco su rostro, no quería que su amigo viera su sonrojo, era muy tímido.

Para su mala suerte, justo en re momento escucho que alguien mencionaban una y otra vez su nombre, provocando una molesta interrupción a sus pensamientos. Levanto la mirada, observando a diferentes lugares, percatandose de quién le estaba hablando era Aioros, soltó un suspiro, no sería capaz de enojarse con él. Desde otra perspectiva Aioros, quien se encontraba hablando de él buen rendimiento de su querido español, y de lo orgulloso que se sentía por él. A los pocos segundos, noto que este no decía absolutamente nada así que volteo a verlo, dándose con la sorpresa de que este se encontraba observando un punto fijo entre los árboles. Inevitablemente una sonrisa apareció en sus labios, comenzó a llamarlo viendo cómo este comenzaba a retomar conciencia.

Shura:¿Aioros?—Pregunto un poco sobresaltado

Aioros:¿En qué pensabas?—Admiro por breves momentos el rostro del azabache—Te estuve hablando y no me respondías

Shura:Lo siento—Sintio como el mayor acariciaba sus mejillas—Solo recordé como fue mi primer entrenamiento aquí en el coliseo

Aioros:Cuando te lastimaste—Dejo un beso en una de las mejillas del menor—Cumpliste tu promesa, ahora eres el caballero más fiel a Athena, no sabes lo orgulloso que estoy por ti cariño

Luego de un par de horas más tarde, el entrenamiento culminó, así que los caballeros emprendieron la subida a sus templo, acompañados de sus respectivas parejas, las cuales pasarían una noche con ellos. Al llegar al templo de Sagitario, Shura opto por darse un baño, mientras que Aioros se quedó en su pequeña cocina para preparar una ensalada de verduras. No dejaba de pensar en todas las cosas buenas que le han sucedido al revivir, los mejores momentos de su adolescencia, dónde se la pasaba al lado de aquel niño de cabellera verdosa y con su pequeño hermano. Mientras tanto Shura comenzaba a quitarse lentamente cada una de sus prendas de vestir, dejando su desnudes entre esas cuatro paredes que lo rodeaban, entro con cuidado a la ducha para no resbalarse, abrió el grifo sintiendo como múltiples gotas de había fría tocaban su blanquesina piel de porcelana, a la par iba acariciando su cabello y dejando un poco de shampoo sobre él, viendo cómo en el suelo caía un poco de espuma.

Al poco tiempo salió de la regadera con una toalla sobre su cadera, comenzó a vestirse con una pijama blanca que tenía el heleno en uno de sus cajones, la cual tenía un diseño de unas flechas rojas. Salió de la habitación en dirección a la cocina, observando como el mayor cortaba algunas verduras, se acercó silenciosamente para luego dejarle un pequeño beso en el cuello. Aquello no paso desapercibido por el griego, quien dejó a un lado el cuchillo y en un movimiento rápido tomar de la cintura a Shura, robándole un apasionado beso en los labios. Se percató que este tenía puesto una de sus pijamas, le pareció muy tierno verlo de esa manera, además de que le quedaba un poco grande debido a que él es un poco más corpulento que Shura.

Shura:Ya está el baño vacío, puedes ir, yo me encargo de la ensalada—Argumento con una sonrisa

Aioros:Está bien cariño—Volvio a unir sus labios con el menor para luego subir las escaleras hasta el baño—¡Te vez hermoso!—Grito desde las escaleras

Un sonrojo apareció en sus mejillas, mientras tomaba el cuchillo y cortaba las verduras faltantes. Al cabo de una hora, Aioros había terminado de bañarse, bajo rápidamente las escaleras apreciando dos platos con ensalada sobre la mesa junto con dos copas de vino. Shura estaba sentado en una de las sillas mientras observaba a su pareja, haciéndole un señal para que se acercará, este entendió el mensaje sentándose en frente de él.

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Un Amor Entre Flechas Y Espadas (Aioros x Shura)Место, где живут истории. Откройте их для себя