5. Cita.

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Emilio.

—¿Por qué tan callado, amor? —pregunté.

Desde que lo había recogido en la escuela se había quedado muy callado.

—Nada. —dijo mirando al frente— Me quedé pensando en algo que hablé con...

—¿Alan? —pregunté.

Joaquín asintió.

Volteé hacia al frente y permanecimos en silencio hasta que llegamos a casa.

Cuando entramos y nos dirigimos a la cocina para comer lo que había preparado, habló Joaquín.

—Por cierto. —dijo Joaquín— ¿Te agradó?

Fruncí el ceño y lo miré confundido.

—Pues no es como que me agrade mucho que un tipo de veintiún años esté detrás de mi novio. —dije.

Me había esforzado por no decirle algo a Alan cuando se había presentado.

Joaquín sonrió ligeramente y permaneció en silencio.

—Creo que lo que te dijo fue algo fuerte, ¿no? —pregunté.

Joaquín asintió.

—Tengo que ayudarlo. —dijo.

No me sentía del todo cómodo hablando de Alan con Joaquín. Pero sabía que si no podía dejar de pensar en aquello que habían hablado, era porque definitivamente era algo importante.

Serví la pasta que había preparado para la comida y cuando estábamos por sentarnos en el comedor, mi celular comenzó a sonar.

—¿Hola? —dije.

—Emilio, recordatorio de que el resto de la semana grabas. —dijo Luis.

Asentí aunque no me pudiera ver.

—Lo se, Luis. —dije— Manuel me avisó en la mañana.

Luis me notificó un par de cosas más y cuando colgué, solté un suspiro.

En ocasiones era muy cansado ser cantante.

Cuando estaba a punto de dar la vuelta para ir al comedor, sentí los brazos de Joaquín abrazándome por la espalda.

Mi corazón comenzó a latir rápidamente y me volteé a verlo un poco confundido.

—No te di tu abrazo como todos los días cuando llego del trabajo. —dijo Joaquín— Perdón pero, me quedé pensando mucho en lo de Alan.

Lo abracé fuertemente y comencé a darle muchos besitos en la frente.

—Está bien, mi amor. —dije— No te preocupes.

Joaquín levantó su cabeza y juntamos nuestras bocas uniéndonos en un tierno beso.

[...]

Joaquín.

Después de comer, nos acomodamos en el sillón para ver programas sobre el hogar. Uno de nuestros pasatiempos favoritos.

Cuando eras más pequeño y mirabas estos programas, ¿no imaginabas lo genial que iba a ser tener tu casa en un futuro? —preguntó Emilio.

Sonreí y volteé a verlo.

—Si. —dije— Siempre imaginaba lo bonito que iba a ser decorar mi propia casa y amueblarla a mi gusto. —dije.

Cambios. | EmiliacoWhere stories live. Discover now