14. Escapar del pasado.

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Narrador.

Después de aquella noche en donde Emilio había abierto su corazón y le había demostrado a Joaquín lo roto que estaba, la relación entre ellos se había transformado y se había vuelto algo confusa.

Durante el día parecía que no tenían una relación. Emilio por su lado y Joaquín por el suyo.

Pero era en las noches donde Emilio necesitaba su compañía. Donde necesitaba que su Joaquín lo abrazara y lo llenara de mimos para poder calmar su llanto.

Muchas veces fueron las que Joaquín trató de explicarle las cosas, pero Emilio ya no quería saber nada del tema.
No quería recordar cómo había sido el proceso para romperse nuevamente.

Las únicas dos cosas en las que el rizado pensaba era en, qué tenía que pasar para que su relación con el castaño volviera a ser la relación fuerte que los caracterizaba desde años atrás y en el momento en el que se pudiera encontrar con su padre y la conversación que les esperaba.

Eran esas las dos cosas que tenían a Emilio estresado. Frustrado. Indeciso.

No sabía qué le traería el destino, pero lo que sí sabía, era que estaba harto de llevar una vida constante de sufrimiento por acontecimientos del pasado.

Joaquín.

—No te preocupes, Joaco. —dijo Niurka— Aquí estaré con él.

La abracé por última vez y asentí.

Cuatro días había sido lo más que había podido pedir en la escuela para estar con Emilio.

Su madre había decidido quedarse con él, pero eso no impedía que dejara de sentir el miedo y la angustia de dejarlo.

Nos encontrábamos en el aeropuerto de la ciudad de Monterrey. Emilio y su madre habían decidido acompañarme y desde que habíamos llegado, no me había dirigido la palabra.

Vuelo 202 con destino a Ciudad de México. —se escuchó de nuevo en la bocina.

Tomé mi maleta y me acerqué a Emilio.

Su mirada se encontraba fija en el suelo. Y parecía que no tenía el mínimo interés en verme.

Pensé muy bien en mis siguientes movimientos y llevé mi mano a su rostro. Tomé su barbilla y levanté su rostro.

Cuando nuestros ojos se encontraron, mi corazón sintió el verdadero dolor al ver sus ojitos rojos.

—Te amo. —dije mirándolo a los ojos.

No nos encontrábamos en el mejor punto de nuestra relación y parecía que la vida se empeñaba en hacernos sentir incompetentes e incapaces de manejar una relación.

Pero mi "te amo" era sincero. Se lo decía con todo el corazón esperando tener una buena reacción de su parte.

Pero parecía que Emilio estaba perdido.

—Te amo. —volví a decir— No me has dejado hablar en cuatro días. —dije— Estoy cansado de que siempre quieras evadir los problemas. Hacerte el fuerte. Hacer como si nada hubiera pasado, cuando es nuestra relación la que depende de lo que suceda después de este problema, amor.

Los ojos de Emilio no tardaron en volverse cristalinos y parecía que en cualquier momento podía romperse.

—Yo no le dije nada a ninguna reportera, Emilio. —dije— Y puede que sea difícil de creer porque le conté algunas cosas a Alan. Y si, si lo reconozco. —dije— Traté de ayudar a una persona y arreglar un corazón sin darme cuenta que el que más me necesitaba, eras tú.

Cambios. | Emiliacoحيث تعيش القصص. اكتشف الآن