xxii.

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Reese estaba mirándose en el espejo y yo estaba acostada en su cama con una revista en mis manos.

—¿Me veo gorda? —me preguntó.

—Vamos a tener un picnic con los de siempre —reí—. Te ves bien.

Ella usaba un vestido de flores y su cabello estaba suelo sobre sus hombros.

—Mejor me pongo el otro —dijo.

Yo seguí hojeando la revista. Abrí los ojos grande cuando vi una foto de Timothée con lentes de sol en NYU.

"Tenemos un visitante especial regresando a su alma mater"

Pasé mis dedos por su cara y sonreí.

—¿Me pongo los tennis blancos? —la voz de mi hermana me sacó de mis pensamientos.

Cerré la revista y alcé la mirada para ver a Reese.

—Sí —dijo.

Íbamos a hacer una pequeña despedida para Gavin, Ross y Kiernan, quienes tenían que irse a Canadá un tiempo para empezar a rodar la nueva temporada de Sabrina. Los iba a extrañar, porque había una enorme posibilidad de ya no volverlos a ver.

Después de que Reese cambiara su atuendo por milésima vez, bajamos subimos por las escaleras hasta llegar a la terraza.

—Al fin llegaron —sonrió Kiernan.

Ya estaban todos ahí. No era precisamente un picnic porque habían sillas alrededor y Gavin preparaba hot dogs en el asador. Timothée estaba tomando el sol con los ojos cerrados y lentes de sol.

—Huele bien —dijo Reese y se acercó a Gavin.

Yo vi que Timothée tenía una bebida preparada a su lado.

—¿Qué es? —le pregunté.

Él me volvió a ver.

—Pruébala —me dijo.

Era transparente. Tomé con confianza y casi vomitaba.

—Es vodka solo —dije asqueada.

Timothée rio.

—Hace que sienta un cosquilleo —admitió.

—Con esto me muero —le dije devolviéndole el vaso.

—¿Qué hacen? —se nos acercó Reese con una sonrisa.

—¿Dónde está la botella? —le pregunté a Timothée y él señaló hacia donde estaba Kiernan parada.

Me acerqué a la rubia y empecé a prepararme una bebida con soda. Kiernan empezó a platicarme acerca del nuevo guión de la temporada y lo emocionada que estaba. Yo tomé de mi vaso.

—Las envidio, quiero que se pongan borrachas —suspiró Kiernan.

Fruncí el ceño y recordé. Vi a lo lejos a Timothée conversando con mi hermana y me acerqué a ellos. Reese jugaba con su cabello, coqueta y reía de alguna cosa que había dicho él.

La mirada de Timothée llegó a mí. Yo me senté en la silla que estaba a su lado y volví a tomar su vaso. Él me miró extrañado, mientras que Reese no paraba de hablar de sus amigos en Nueva York.

Metí mi dedo al vaso, apenas tocando el alcohol y me concentré. Cerré los ojos y empecé a evocar la energía en mí. Tomé aire.

—¿Alessa? —Timothée me sacó del trance y noté que él y mi hermana me estaban mirando.

The Others » timothée chalamet Where stories live. Discover now