Sin pensarlo dos veces tomas la copa rápidamente arrojando su contenido en su rostro, el cabello cae cubriendo sus ojos, mientras él agacha su mirada impasible.

-Entonces, cállate - le ordenas manteniendo la calma- Lamento decirte que aquello no fue tan divertido como pensaba, pero claro que fue "exótico"-mientes con una sonrisa.

Sebastian no responde mientras puedes ver su mandíbula tensarse mostrándose totalmente ofendido, el ambiente es totalmente hostil, sales de ahí en silencio sin mirarlo.

Caminas maldiciendo para tus adentros, no te haría perder los estribos, al menos no delante de él.

Entras en la primera habitación abierta, cerrando la puerta de golpe, aquello tal vez había sido demasiado. La verdad se asomaba en esa discusión, aunque en realidad no esperabas un cuento de hadas después de su regreso, tal vez no había sido la mejor de las ideas obligarlo a continuar a tu lado.

Miras la habitación, no esperabas encontrarte en la tuya, ya que era el piso equivocado, tenia un espejo, cama, sillas y otros muebles cubiertos por lienzos blancos.

-Qué tonta- te repites mientras te deslizas por la puerta hacia abajo.

~•~

Sebastian mira los jardines desde el balcón de la biblioteca, suelta un suspiro mientras pasa la mano por su cabello para peinarlo hacia atrás, aún tenia rastros de agua y en realidad no le importaba, lo único que le molestaba en ese momento era la emoción en su pecho, incómoda, dolorosa y desmedida, pero sobre todo frustrante ya que no tenia certeza de lo que se trataba.
-No me mires así- suelta el demonio mirando la luna- yo tampoco sé por que lo hice...

-Hey demonio! De~mo~ni~o!- Gideon llama a Sebastian desde el jardín, "Lo que me faltaba" piensa el demonio que se limita a mirarlo- baja un minuto!

Sebastian mira al joven gitano que sonríe radiante, no había nada que quisiera saber de la persona que había robado lo único que quería.
-Se pondría triste si lo mato?- cuestiona al astro ignorando al joven-...supongo que tienes razón.

-OYE!!- grita de nuevo Gideon al verse ignorado.

-Cállate- ordena Sebastian al saltar del balcón para caer frente al chico que retrocede de inmediato- interrumpir una charla es muy grosero, que es lo que quieres?

-Con la luna?- sonríe Gideon al mirar el cielo- eres muy extraño, sabes?
-La luna es...- responde serio el mayordomo- bueno, deberías saberlo.
-Lo sé, pero igual es raro- los ojos esmeralda se clavan en el oscuro granate que daban los del mayordomo- cuida bien de ella, entiendes?

-Que quieres decir? Vas a abandonarla?

-Abandonarla? - el gitano mira a Sebastian con duda por unos segundos antes de entender- dios, no! Que clase de cosas dices? Acaso no sabes lo que paso? Regresaste para evitarla y sin saber que es lo que piensa!? Ustedes dos son bien raros.

El demonio se queda quieto esperando que el chico continuara hablando, Gideon suelta un suspiro resignado haciendo una mueca al no saber donde iniciar.

-Ella dijo que no- suelta al fin mirando al vacío- cuando hizo el juramento ante Dios, si hubiese mentido hubiésemos muerto y aquí seguimos así que... Ella no me ama y eso incluso los cielos lo saben- Gideon se encoge de hombros- ahora debo irme o no alcanzaré a mi familia en Italia, ya lo pospuse demasiado...-Por primera vez en toda su existencia Sebastian se sintió afectado, no había palabras en su mente para responder- Así que, tal vez, nos veamos luego.

~•~

El golpe en la puerta te hace levantar la mirada, algo se sentía realmente mal en ese momento.

"LA VENGANZA DE LAS ROSAS" Sebastian Michaelis y tú.Where stories live. Discover now