"Idiota"

4.1K 207 85
                                    

-Crees que sea buena idea?- dice Gideon al levantarse del sofá en tu despacho- no confió en él, ahora esta fuera de tu control.
-En realidad, no, no es una buena idea- respondes sin dejar de mirar los documentos en tus manos- pero esta bien, por ahora.
-Pero...
El chico se queda en silencio cuando lo miras, avanza hacia ti de manera firme.
-No puedo dejarte con él y lo sabes- suelta molesto recargándose en el escritorio- si algo te pasa...
-Pasará- respondes mirándolo de la misma manera- debe pasar.

Sueltas un suspiro antes de relatarle lo ocurrido en el sendero, Gideon te observa con atención que se convierte en miedo y tristeza mal disimulados.
-De alguna manera no me sorprende- dice bajo- estas enredada en algo demasiado peligroso.
-Lo sé- sonríes amablemente desconcertandolo aún más- es lo que elegí.

Ambos miran a la puerta que se abre, Annie entra indicando que la cena estaba lista, la chica habla amablemente con la vista clavada en el piso.
-Creo que no tengo hambre- rechaza Gideon con la vitalidad de siempre- es mejor ir ligero en los viajes largos.
Él sonríe saliendo de la sala, Ann se aparta del camino esperando por tu respuesta.
-Entonces seremos tú y yo- dices a la chica que asiente.
El pasillo parecía un poco más oscuro de lo normal, tal vez por que la pequeña chica sostenía el candelabro varios centímetros más abajo que el altísimo demonio.
-Te escucho- dices a la chica tras de ti- di lo que tengas que decir.
Ann muerde su labio buscando las palabras correctas.
-Pensaba sobre quien es usted en realidad.
-Quien soy?- respondes al girarte.
-Cuando me encontré con el señor Sebastian la primera vez, supe que era alguien extraordinario, prácticamente invencible- Ann levanta la vista buscando tu reacción- me habló sobre dinero y seguridad a pesar de que intentabamos matarlo con todo lo que teníamos, no logramos ni despeinarlo- Ann sonríe- entonces pensé "¿Que clase de amo tiene bajo sus ordenes a este sujeto?" debo admitir que acepté venir aquí por curiosidad, pero después de verla leer durante horas, la cantidad de hombres que enamora por diversión, ver la clase de criaturas que la asechan y escucharla practicar con su instrumento, sólo puedo pensar en que es una especie de demonio.

La chica te mira sería, preparándose tal vez para huir o defenderse.

-Te entiendo, lamento decepcionarte, pero no soy ningún monstruo- Annie te mira cuestionando sin palabras la marca desaparecida en tu ojo- aunque hay muchas cosas que no entiendo y estoy rodeada de ellos, soy tan humana como tú - respondes y ella parece quitarse un peso de encima volviendo a sonreír- por la mañana, envía las correspondencia de mi escritorio.

Al entrar al comedor la chica se queda en la entrada, miras al fondo a tu mayordomo parado junto a tu silla, desde hacia una semana que había vuelto y casi no habías tendido la oportunidad de verlo, las pocas ocasiones en las que aparecía en tus ensayos sólo se dedicaba a mirarte desde el fondo de la sala.
-Me alegra verte- sueltas cuando empuja tu silla.
-Su amigo no nos acompañará esta noche?- pregunta ignorandote- debemos esperarlo?
-No
-Bien- responde rápidamente quitando el plato y los cubiertos extra.
Después de un rato lo único que puedes hacer es perseguir un pedazo de carne por todo tu plato, tomas un trago de vino pensado en algo que decir.
-Es demasiado joven- te quejas del vino al dejar la copa sobre la mesa- podrías haber hecho una mejor elección.
-Al parecer su gusto en vinos es mejor que en relaciones- responde irónico apartando la copa- pensé que no le molestaría probar algo de menor calidad.
-No hables de esa manera- le reprendes mirándolo fijamente- no me importa lo que pienses, no dejaré que lo insultes.
-Una exageración para una botella de vino.
Intentas alejar el ambiente pesado en la sala pero el silencio sólo lo intensificaba.
-Te molesta que se quede?- respondes antes de terminar el último bocado- ni siquiera le has visto.
-Estoy esperando mi oportunidad para robar su alma, no deseo ser inoportuno en su devaneo.

-Gideon es...

-No se puede evitar- te interrumpe rápidamente- me limitaré a servirle silenciosamente, después de todo, su vida ya no me interesa en lo más mínimo - te quedas en silencio ante la frialdad de sus palabras- En realidad ya no me importa, después de todo, lo único que quiero es devorar su alma y con eso satisfacer mis instintos naturales- suelta Sebastian mientras da un paso atrás después de servir en la copa de agua- usted puede hacer lo que le venga en gana, después de todo el acostarse con un gitano debe ser una experiencia bastante atractiva para plutócratas como usted, algo así como una diversión exótica...

"LA VENGANZA DE LAS ROSAS" Sebastian Michaelis y tú.Where stories live. Discover now