21: Music in your heart

Start from the beginning
                                    

—¿Key?

—Oh, sí—reí—Es el jefe del local donde comimos las patatas y los batidos ¿Te acuerdas?

—Claro que me acuerdo.

Ella sonrió, supongo que siendo ella podría llegar a encontrar trabajos mejores pero quería darle mi granito de arena por el momento.

—Yo siempre te he hablado de mí infancia, pero tú no sueles hablar de ella ¿Quieres hablarlo?

Sentí sus ojos grises sobre mí mientras una pequeña sonrisa se dibujaba en sus labios. Quería hablar lo máximo posible con ella estos días.

—Mi infancia fue aburrida, yo no iba a conciertos ni daba paseos por la playa—rió ella, mientras ladeaba una sonrisa.

—No importa, si es sobre ti no me va a aburrir en absoluto.

—Bueno, supongo que mi infancia fue algo solitaria, pero de todas formas quejarme sería egoísta. Supongo que tuve una infancia de cualquier niña rica, es algo cliché.

—¿Solitaria?

Ella asintió mientras yo jugaba con uno de sus mechones negros.

—Supongo que era algo diferente a las demás niñas. Usaba palabras extrañas y todos pensaban que me hacía la creída al invitarlas a casa. De todas formas eso fue hace tiempo.

Ella agachó la mirada ante sus palabras. Tal vez no tendría que haberle preguntado.

—¿Creída? ¿Qué estúpido creería eso? Eres la persona más generosa y bondadosa que he conocido.

—Estoy segura de que aún hay gente que lo piensa, pero aprendí a ignorar a los demás. Me alegra haber podido hacer cosas nuevas estos días. Si no fuera por ti habría seguido con mi aburrida vida.

Ella me dedicó una sonrisa algo entristecida.

—No hagas eso.

Momo me miró algo desconcertada.

—¿El qué?

—Ponerte triste.

—No me estoy poniendo triste.

Ella hizo un puchero, mientras yo alargaba mis abrazos para poder abrazarla.

—No quiero que estés triste.

Ella no dijo nada durante unos segundos, solo apoyó su cabeza encima de mi hombro, mientras notaba su respiración cerca de mi cuello.

—¿Podremos hacer algo especial antes de que te vayas?

—¿Qué quieres hacer?

—Me gustaría tocar una vez con todos vosotros ¿Podría?

—Claro, no has ni de preguntarlo. Vamos ahora mismo.

Ella me sonrió mirándome a los ojos. Yo no pude evitar besarla, sus labios eran adictivos para mí, en realidad todo en ella lo era.

—Gracias.

—Te he dicho que no hace falta que me agradezcas nada. Siempre podrás contar conmigo.

Después de aquello ambas nos fuimos para dirigirnos a la tienda de música de mi abuelo. Aquel lugar me daba cierta nostalgia y odiaba tener que dejarlo una vez más, pero sobre todo separarme de mi abuelo. No quería pensar en el tiempo que me quedaba a su lado.

—Chicas, bienvenidas. Los chicos llegarán en un rato, he limpiado la vieja sala de conciertos para que toquéis.

Mi abuelo se acercó a nosotros con una gran sonrisa mientras Momo parecía sorprenderse ante sus palabras.

Tu partitura | MomoJirouWhere stories live. Discover now