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Al abrir los ojos, lo primero que pude ver fue la cara de Yon, con la boca semi-abierta y sus ojos fuera de órbita casi cerradas. Aún no despertaba.
La agité levemente en sus hombros, y esta fruncía el ceño a medida que se estiraba para despertarse en la misma cama en la que yo dormía.

Anoche nos dormimos en eso de las cinco de la mañana y les juro que no podía más del sueño. Nunca fui de las personas que son capaces de no dormir por dos benditos días, no me puedo quedar ni a las cuatro de la mañana yo sola, ¿y con eso quieren que no duerma hasta el día siguiente? No, gracias.
A Yon, por otro lado, se le hizo costumbre no dormir por un periodo de tiempo debido a la universidad y la cantidad de material que les mandan para el estudio. Eso explica las ojeras que oculta tras la base y corrección.

Al ver que ella quería seguir durmiendo, la agité de nuevo.

– Sabes que debo irme temprano– susurré cerca suyo.

– Siempre puedes cancelar– dijo para darme la espalda y taparse con las suaves mantas polarizadas.

– Creo que también sabes que me reúno con amigos importantes.

– Ya– se sentó de repente y me miró con los ojos casi cerrados por el ceño fruncido y su reciénlevantada– Ni a mí me pones tanta atención como a esos amigos.

La veo destaparse y temblar al instante en el que siente el frío del ambiente.

– Sabes que te quiero mucho.

Ella sólo voltea y esboza una sonrisa contagiosa.

Se queda mirando el balcón desde la cama con su mirada perdida en las nubes que se dispersaban por todo el cielo. Yo la miraba a ella, divertida por su expresión.
Paso una mano por su cara, y reacciona finalmente.

Agita su cabeza y me mira.

– Desayunemos juntas y nos salimos las dos– idea y yo asiento, poniéndome las azuladas pantuflas de la otra vez. Esta vez sin el abornoz; eso era para cuando estoy sola.

Bajé con un abrigo más adecuado, con Yon a mi lado y su ropa toda arrugada. No usa pijama.

– ¿Que te gustaría para desayunar?– pregunto después de un bostezo, viendo a Yon prender la tele mientras se dirige a los asientos del comedor.

– Aprovechando que eres extranjera, quisiera ver cómo desayunan allá.– pensó un poco– Sorpréndeme– citó la frase del ego del restaurante de Ratatouille.

Estiré mis mejillas, provocando una sonrisa alineada.

No tuve mucho en la cocina porque no tuve tiempo de hacer las compras, así que después de ver a los chicos, me voy a pasar un rato por el supermercado.
Le hice unas tostadas, ella después podría ponerse o manteca untable u otra cosa que podría ponerle y que yo tenga. Se lo compañó con un clásico té.
Ambas desde la cocina desayunábamos con la cabeza a un costado, viendo Bob Esponja. Desde que pisé Corea, nunca vi tantas caricaturas coreanas, por lo que este tampoco fue la excepción. Por ejemplo, estas animaciones las veía en español. Era tan raro verlo en coreano con voces y acentos totalmente distintos.

Ella insistió en esperarme mientras me cambiaba y arreglaba para salir presuntamente a la casa de mis amigos. Llevé unas prendas cómodas pero muy abrigadas.

Como siempre, esperé a que un taxi me llevara hasta el departamento de BigHit. Opté por ir esta vez en una escalera ya que debía subir hasta el piso dos, donde los chicos se reunirían para hablar, y me invitaron a mí para ayudarlos con el concepto del próximo álbum.
No sabía dónde era la sala en la que estaban, así que abrí una puerta. No sabía nadie más que uno del staff, me avisó que estaban al lado, y fui allí.

Abrí la puerta, y vi a todos los chicos de espaldas, mirando al sofá. Fui lo más sumisa posible para acercarme a ellos y asustarlos ya que no se dieron cuenta de mi presencia.
Al querer saltar y asustarlos, logro visualizar a Taehyung... ¿llorando?

– ¿Qué le pasó?– le pregunté a los chicos, quienes me vieron todos a la vez.

Todos miraron para abajo y suspiraron, menos Tae, quien me miraba con tristeza. Me duele, mucho.

Ninguno decía palabra alguna, sólo se fijaban en el pelinegro con los ojos y mejillas rojas.

– Perdón, Mar, ¿pero podrías venir más tarde?– inquirió Nam.

De alguna manera, eso me dolió un poco.

– S-sí, está bien. Nos vemos.

Me despedí y me fui, salí del edificio con el sentimiento de intriga en la garganta. Después le mandaría un mensaje a Tae preguntándole qué le pasó.
Créanme que no llegué a dar tres pasos, y recibo un mensaje de Tae diciéndome que vaya a su oficina, que los demás le dieron un espacio.
Corrí como mis piernas me lo permitieron, hasta llegar a la puerta de su oficina. Golpeé y le escuche decir que pasara.

Busqué su mirada, él esparaba eso. Lo veía serio, pero su semblante estaba debil, roto, con ganas de llorar otra vez. Auch.
Me acerqué a paso lento y me agacho a verlo más de cerca.

– ¿Por qué se me hace que es alguien quien te dejó así?

– Porque tu intuición nunca falla. Le diste.

– ¿Y bien?– me senté al lado suyo.

– Me traicionó. Ella... me engañó– sollozó de una manera en la que me sentía blanda. Nunca escuché un sollozo de su parte. Son cosas que los idols no suelen mostrar.

– No puede ser... Estaba hablando con ella hace un rato.

– ¿Qué?– elevó su cabeza sorprendido, aún con sus ojos rojos.

– Me llamó preguntándome si estaba contigo. Me pareció extraño y dije que no, que no los vería hoy.

Al parecer el se dio cuenta que tenía interés por lo que pasó, y se puso a contar todo detalladamente, agregando cómo se sentía en ese instante en el que su corazón se rompió en mil, y que creyó que con ella lo tenía todo. Agregó cosas como: "¿No fui lo suficiente para ella?", "¿Hice algo mal?" o "Creo que no fui hecho para esto".

Últimamente me estoy preocupando mucho por él porque noté que cambió demasiado. Tanto así que en toda esta semana, nos juntamos todos menos él. Según los chicos, Tae quiere su espacio temporal y despejarse de eso. Debía hacerlo pronto porque se les viene miles de presentaciones en shows muy importantes para la banda. Por lo que rogaba que se recuperase pronto de todo lo que le llegó a hacer la falsa e hipócrita de Yerin.

famous luv; kthWhere stories live. Discover now