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En el intento de irnos directito al lugar de encuentro del fanmeeting, un guardia de seguridad que se encargaba de cuidar la entrada nos detuvo a paso seco.

– ¿Qué hacen?– nos preguntó mirándonos a ambas a la vez– Muéstrenme sus entradas e identificaciones.

Y como yo era la que llevaba todo, saqué todo lo nombrado y luego de dos minutos, finalmente el guardia nos dejó ingresar.

Al entrar al enorme lugar, a lo lejos vimos que los chicos ya estaban hablando con los armys en la larga mesa que entraban los siete chicos. Nos perdimos de toda la charla que dan antes de comenzar.

Todos los Armys entraron, ya no queda nadie detrás de nosotras porque pude ver que las cien personas que permitían ya estaban presentes.

Sólo quedaba esperar.

Tiempo después

Ya habían pasado unos quince minutos y el turno de Gisella para ir a la mesa llegó. El primer integrante en ella era Jungkook.

Bien, el staff ya pidió que pase al siguiente miembro. –quien era Yoongi– Ya era mi turno.

Me arrodillé en la larga mesa y levanté la mirada para encontrarme con los grandes y más bonitos ojos de Jungkook, éste me miraba con su tan tierna 'sonrisita de conejo'.

– ¿Cómo te llamas?– me preguntó agarrando la libreta que llevaba en mis manos. La firmó en la página con su foto.

– Me llamo Mar– le sonreí muy tímida y nerviosa. Apenas podía hablar.

Es que imagínense estar a unos quince centímetros de tu ídolo. Difícil actuar normal, ¿verdad?

– Mar... No eres de aquí, ¿cierto?

– No, pero me adapté a esta cultura– dioos, ni mirarlo a los ojos podía.

– Ahora que lo pienso, me pareces conocida. ¿Has asistido a algún concierto o fansing?

– Uh. Realmente no– ¿acaso sabe de mi canal?

Llegó la hora de hacer lo que siempre quise hacer con Jungkook, desafiarle en un juego de fuercitas.
Coloqué mi codo arriba de la mesa en pose para jugar y Jungkook lo entendió, así que hizo lo mismo con mirada desafiante pero a la vez graciosa.

– ¡Ya!– dijo él y comenzamos a imponer fuerza en nuestros brazos.

Debo decir que me sorprende increíblemente la fuerza del maknae, pero no me rendiría tan fácilmente.
Puse toda la fuerza que mi brazo me dejó y por poco le ganaba, pero claro, es Jungkook y con tan sólo un segundo hizo que mi mano tocara la parte derecha de la mesa.

– Bien jugado– dijo agarrando el marcador con que firmaba– Eres fuerte.

No pude decir nada más porque el staff puso su mano en mi cara para avisarme que pase al siguiente miembro.

– Hi!– me miró– What's your name?– claro, apariencia de extranjera.

– Mi nombre es Mar– le respondí a Suga en coreano y se sorprendió.

– Woa. ¿Eres coreana o vives aquí?- su mirada era la más dulce que pudo hacer.

– Vivo aquí. Me encanta Corea.

su sonrisa se expandió, esta vez mostrando sus dientes –Eso me alegra mucho.

Y así pasó el tiempo con seis de los miembros. Me hubiese gustado explicar a detalle la interacción que tuve con cada uno de ellos, pero no puedo decir mucho porque la mayoría de las cosas que hice fueron cosas emotivas y personales.

Y, como si estuviese planeado, mi bias era el último. Genial.

– Hola, TaeTae– sé que las coreanas son de decir 'oppa', 'Taehyung-ssi' o cosas así, pero la verdad es que yo en lo peesonal no me siento cómoda llamándolos de esa manera.

– Hola, ¿cómo es que te llamas?– dijo mirando la libreta esperando a que le diga mi nombre.

– Mar, mi nombre es Mar– apenas formulé.

Él al escucharme, elevó su cabeza y me miró con esos ojos tan profundos y su típico doble párpado en uno. Por poco y me caigo.

– ¿Mar? ¿Eres Mar Field?

Mierda. Si de por sí estuve por morirme por contener tanto mi respiración, eso me dejó en el suelo.

– Sí, soy esa misma.

– ¿En serio?– buscó mis manos y las unió en una palma– Yo y unos miembros más te vemos y en verdad nos gusta lo que haces. Estás en la misma cuidad que yo cuando era un niño– basta, basta.

– ¿E-en serio? Muchas gracias. No sabe cuánto me alegro por eso.

Una de las cosas que sí me quedaron de las tradiciones, es hablar formalmente a los mayores a mí. Tae, por ejemplo, me lleva por cinco benditos años.
Tengo que recalcar que en toda la corta charla, Taehyung no dejaba de mirarme. Me ponía más nerviosa de lo que ya estaba.

Los chicos se pusieron al frente de la gran mesa y juntos nos despidieron a todos los presentes.

Era hora de irnos.
Y, como éramos las últimas entrar, también en salir. Bien.

– ¡Espere!– Un guardia nos detiene. ¿Qué hicimos ahora?

– ¿Pasó algo?– mi tono de voz parecía firme pero mi mirada transmitía temor.

– Los chicos quieren verla.

famous luv; kthWhere stories live. Discover now