Capitulo cinco: "Creo que le agradas"

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Samantha 

—Y así murió mi hámster… —escuché a Jessica concluir, tomando a sorbos su café—. ¿Qué te pareció? ¿Triste verdad?

—Oh sí, claro. —respondí, viéndola sin entender que me había contado.

—Ni que lo digas, lloré mucho.

—Es una lástima.

—Sí, pero Sam, no hablaba de ningún hámster. Veo que todavía tienes la mirada ida por el chico de ese rato. —Me dijo riendo, inmediatamente sacudí la cabeza.

Antes que nada, tuve que darle una breve explicacion a Jessica sobre lo sucedido y como conocía a Derek. Aunque parecía muy sorprendida y desprevenida, tenia una chispa de alegría en sus ojos.

Y luego de nuestra "pequeña pelea", Derek junto con su-amigo-guapo- se retiraron. Tomaron ambos sus cosas y se fueron, sin antes el acompañante de Derek se despedia amistosamente con la mano. Eso nos sorprendio a Derek y a mí. Incluso a Jessica. 

—No, como crees Jess. —me apresuré a decir—. Siento no haberte prestado atención. Por cierto... —le entregue el lapicero que me había prestado para poder responderle a Derek—. Gracias por prestarmelo. 

—No agradezcas —sonrió—Y Sam, no tiene nada de malo sentir atracción hacia alguien.

— ¿Atracción? Malinterpretas las cosas, nada de eso. Es curiosidad.

— ¿Curiosidad? ¿Acerca de qué?

—No sé, ni yo tengo claras las cosas. Ese chico me intimida, y no me gusta, ni siento atracción ni nada parecido. —Admití, ni lo conocía. ¡Ja! Atracción, que tontería.

—Bueno, si tú lo dices. Pero, se me hace familiar. No me preguntes por qué, solo siento que lo he visto antes. —agregó.

Asentí. Jessica terminó su café, y pidió otro más. Esto iba para largo

—Oye, yo creo que le agradas al tipo de ojos de colores.

Jessica había visto a Derek puesto su lente de contacto color azul. 

—Oh Jess, miras las cosas de una perspectiva diferente.

—Bueno, así soy. Soy positiva, y creo que quiere tu amistad.

—Ya, deja ese tema.

—Bien. Pero si luego aparece de la nada, y se hacen amigos, vendrás a mí diciendo “Tenias razón.” —Me soltó, entrecerrando los ojos.

—Ok, si eso dices.

—No, estoy aclarando.

Se puso de pie, eso indicaba que ya íbamos a irnos. De igual manera lo hice, esperamos la cuenta. Saco su billetera para pagar, pero buscaba entre ella el efectivo. Y no encontraba nada.

— ¿No traes dinero, verdad? —pregunté, cruzándome de brazos.

—Olvidé que no traigo conmigo efectivo —se disculpó, apenada ante la situación.

—No importa, yo pago. —dije, buscando mi billetera en mi bolso.

—Y de paso, ¿llevamos un café para Max? —Jessica sonrió abiertamente, poniendo cara de perrito. Iba ganando confianza.

—Ya que. —resoplé, maldiciendo a Max en silencio. Me las iba a pagar, el dinero, más bien.

***

Jessica me dejó en mi casa, me abrazó con fuerza, y se despidió. Esperé que desapareciera a la vuelta de la esquina, cuando ya no veía rastros de ella, entré. Max estaba acostado en el sofá, viendo la televisión, con una gorra cubriéndole el cabello y bermudas. Me lanzó una mirada y rápidamente se puso de pie.

¿Hacemos un cambio? |Sin editar.Where stories live. Discover now