Capítulo veintidós: "Tenemos una fiesta"

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Las semanas transcurrieron. Bastante bien para ser sincera. Seguía con Brandon. El mes de octubre pronto terminaría. Lo único de diferente que había, era la convivencia que tenía con los chicos contantemente. De verdad me estaban ayudando en cambiar. No nos reuníamos a diario, pero si lo suficiente para llevar a cabo lo que Derek había planeado. Pero, me daba cuenta que no solo estaba "concentrado" en mí, si no en todos. Los había conocido mucho mejor y me agradaba estar rodeada de personas. Aunque, en la escuela cada quien estaba por su lado. Eso no iba a cambiar. Brandon sabía de eso. Tuve que decirle. Le pareció algo extraño e innecesario. También había dicho que Derek no sabía lo que hacía y que no necesitaba hacer eso. Pero las cosas no cambiaron. Él no tuvo más remedio que aceptar mis decisiones y apoyarme en eso. Aunque no estuviera de acuerdo.

Ahora, me encontraba en la cafetería de la escuela. Un día común. Comía de mi sándwich que había comprado y de una malteada de fresa. Estaba en una de las mesas de la esquina. Me gustaba observar lo que hacían las personas. Me era siempre entretenido. Al menos para hacer tiempo y que el receso pasara más rápido. Iba a terminar de almorzar e irme al aula que me correspondía en la siguiente hora. Me sorprendí al escuchar voces cercanas, cada vez más, hasta que visualicé de quienes eran. Chloe y Kimberly. Ambas se acercaron a la mesa y se sentaron, acompañándome. Fue algo en lo cual no me esperaba.

—¡Dios! Que grandes filas hay para comprar una simple barra de granola —expresó Kimberly—Para la próxima, me traeré una caja completa.

Parpadee, ¿me hablaba a mí?

—En la siguiente hora tengo examen de Historia —repuso Chloe—¿Ya se los han presentado? Me pasé toda la tarde de ayer estudiando.

Volví a parpadear.

—¡Las estábamos buscando como locos! —me sobresalté al escuchar la voz de Axel, sentándose enfrente de mí y a Dylan sentándose a un lado. Ambos me saludaron—¿Cómo es que se esconden tan bien?

—Nosotras comprábamos nuestra comida, Axel —respondió Chloe—y Sam estaba aquí sola. De seguro no la viste por andar de coqueto con algunas pobres chicas.

Axel rodó los ojos. Dylan comía en silencio pero en algunas ocasiones me miraba. Tal vez le causaba gracia mi sorpresa de verlos a todos ellos almorzando conmigo. Varias personas nos miraban curiosas por estar ellos 4 juntos. Y conmigo.

—Ah —Chloe me miró—a partir de ahora vamos a almorzar contigo —dijo.

—No quiero que se sientan con la obligación de hacerlo —opiné—no se alejen de sus amistades y sigan haciendo lo que siempre hacen.

Kimberly sonrió.

—Fue algo que decidimos los 4, Sam —dijo—estas semanas han sido muy divertidas y nos llevamos bien con todos.

—O casi todos —corrigió Chloe, lanzándole una mirada a Axel. Este solo rodó los ojos y se metió un bocado de gelatina que estaba comiendo.

—Así que si vamos a estar contigo, no es porque sea una obligación de nosotros...—dijo Axel.

—Si no algo que nosotros queremos hacer —finalizó Dylan.

Sonreí. No sabía que decir así que asentí entusiasmada. Ellos conversaron de varias cosas. Algunas con sentido u otras no. Lo importante es que cada vez convivíamos más y eso me ponía muy feliz. A partir de ahora, mis días serian emocionantes. ¡Qué felicidad!

***

Brandon me rodeaba con sus brazos en la sala. Eran aproximadamente las 6 de la tarde. Había acabado mis deberes. Él había venido a visitarme y veíamos una película. Mamá estaba en la cocina con Ricardo, preparando la cena y Max hacía tarea en el comedor. Con Derek.

¿Hacemos un cambio? |Sin editar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora