Capítulo ocho: "¿De dónde lo conoces?"

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La directora se retiró del aula, sin antes desearles suerte. ¿Qué hacían estos dos en la preparatoria? Me agache un poco en mi asiento, evitando sus miradas, Max cerró la puerta, luego dio la vista a nosotros, sonriendo. 1… 2… 3… varios gritos. Gritos de emoción, esto era demasiado.

—Oh vaya —dijo el—, también me da gusto verlos.

Y otros más. Derek frunció el ceño, apretando los labios.

—¿Ya los conocías? —Derek tomo asiento, viendo de frente al grupo.

—Puede ser —sonrió, guiñando el ojo.

Una chica, Laura, una de mis compañeras alzó la mano nerviosa y sonriendo.

—¿Tu eres Maximiliano Clark cierto? —Bajo la mano—¿Eres hermano de Samantha Clark?

Me cubrí la cara con las manos, ahogando un grito.

Muérete Laura 

—Creí que el apellido tenía alguna pista y si aún no queda claro, sí, es mi hermana. —Max se puso a lado de Derek, frotándole el cabello.

Oh bueno, ahora resultaba que estos dos eran súper amigos y yo ni enterada. Eso explicaba como a Jessica se le hacía familiar. ¡Era amigo de mi hermano! De un jalón, Derek le dejo caer el brazo. Por lo visto, siempre era así de simple. Recé en voz baja, pidiendo que Derek no reconociera mi nombre. Ya era mucho para mí.

—Y tu amigo, ¿cómo se llama?

Laura sonrió coqueta, llamando la atención de ambos.

Maldita Laura, cállate de una buena vez.

Muchas la apoyaron, dando ánimos a Max para decirle el nombre.

Urgidas.

Cuscas. 

Oh dios, era un maleducada, maldiciendo a todas mentalmente.

—Soy Derek —se puso de pie, empujando a Max aún lado—. Derek Williams, es un placer poder conocerlos.

Varios suspiros. Dios santo, esto ya era suficiente.

—Y dinos, —Laura jugaba con su cabello, sabía que mentalmente lo desnudaba con la mirada. ¡Todas lo hacían!—¿Tus ojos son así de… extraordinarios?

Pues claro, llevaba sus lentillas. En la misma posición y del mismo color. 

—Claro que sí —respondió.

Mentiroso.

Estas 2 semanas disfrutaré venir a la escuela —se escuchó una voz femenina al fondo.

Por una vez, concordaba con los chicos, con sus miradas frías y serias sobre Max y Derek, queriendo que todo este numerito acabara de una buena vez. Todo era incomodo, más cuando estaba presente y ninguno de los 2 lo había notado.

—Antes de seguir, —Max se sentó en la silla, colocando sus manos sobre el escritorio—¿alguien ha visto mi hermana?

Idiota, estoy enfrente de tus narices.

Me estaba enojando, sí eso era, en estos momentos maldecía a TODOS.

Pero, me di cuenta, segundos después de asegurarme que estaba al límite, ver a todos mis compañeros, sus miradas sobre mí apuntándome con sus dedos. Max parecía sorprendido, al contrario, Derek tenía cara divertida. ¡Maldición! Me estaba poniendo roja, de los nervios y la vergüenza.

¿Hacemos un cambio? |Sin editar.Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz