Herd - Omegaverse

SEVEN. Capítulo XXIV

Mientras las chicas sobrevolaban los cielos, los chicos cruzaban aquel bosque, sabían que era un bosque amigo, pero sabían que aquello no era amigo. No les gustaba el hecho de que no habían visto a nadie.
- Estamos a semanas del clan Wu- dijo NamJoon- aún es de día. Yo opto por seguir caminando, comeremos algo y descansaremos cuando encontremos un lugar seguro.
Todos asintieron. A medida que se adentraban en el bosque, sentían más repelús, no sabían porque, pero a cada momento miraban a sus espaldas. Pronto comenzaron a sentir que alguien les perseguía.
“Hay alguien… no sé dónde, pero hay alguien… lo noto… noto su mirada…” TaeHyung escuchó la voz de JungKook en su cabeza.
TaeHyung le miró “Yo también lo noto. No veo a nadie… pero éste bosque es extraño… hay que salir de aquí…”
“Estamos a semanas del clan Wu…” respondió JungKook.
Escucharon pisadas a su alrededor y lo chicos se quedaron quietos. Todos comenzaron a caminar salvo SeokJin que se quedó rezagado, cogió su arco y, cuando lo tuvo listo, comenzó a caminar, protegiendo las espaldas de su manada. Se giró de golpe, soltó la flecha y un animal cayó al suelo, muerto.
Tras aquello, varios aullidos de rabia se escucharon y miles de animales salieron de todas partes, rodeándoles.
- ¡En formación!- dijo JiMin.
Todos se pusieron espalda contra espalda, de cara a sus enemigos, pero no veían como saldrían de ésta. Les ganaban en número.
- ¡Debemos transformarnos!- dijo JiMin- ¡No perdamos la formación!
Los chicos se transformaron en menos de un segundo y rugieron hacia sus atacantes. Estaban lomo con lomo, cuidándose los unos con los otros. Pero seguían sin saber cómo iban a salir de allí.
De pronto, escucharon el ruido de un pájaro y, al mirar al cielo, vieron a quince pájaros descender en picado y a varias personas que caían al suelo. Lo siguiente que escucharon fue el sonido de un elefante: cinco elefantes caminaban arrasando todo a su paso y movían la cabeza con fuerza de un lado a otro, arrollando a sus atacantes. Vieron como cinco leones, cinco guepardos y cinco tigres los rodeaban y rugían hacia sus atacantes.
“Nos están… ¿ayudando?” pensó JiMin.
Los insurrectos no se acobardaron y saltaron hacia ellos, los primeros en saltar fueron los cambia formas y los siguientes fueron ellos. TaeHyung y JungKook peleaban juntos, lomo con lomo. YoonGi y JiMin también peleaban juntos contra varios lobos que trataban de darles muertes. Era una lucha encarnizaba, pero JiMin y YoonGi estaban muy bien coordinados, mientras uno golpeaba a un animal, el otro lo mataba. NamJoon y SeokJin se protegían el uno al otro y una felina cuidaba las espaldas de Hoseok. La mujer guepardo era veloz y cansaba a sus atacantes, siendo Hoseok el encargado de darle el golpe final.
En cuanto a GaJoon y HaNeul, ambas peleaban junto a un gran elefante. GaJoon era diestra en combate, pero HaNeul no, le daba miedo abandonarla. El elefante la miró, dando a entender que cuidaría de HaNeul y GaJoon fue al centro de la batalla, allí se situó junto a una tigresa, una leona y un guepardo que luchaban con fiereza y las ayudó.
Las quince aves que las habían traído sobre sus lomos sobrevolaban el campo de batalla, picoteando los ojos enemigos, cegándolos y los quebrantahuesos, aquellos cuyo pico era más fuerte, volaban en picado y su pico se clavaba en el cuello enemigo, debilitándolos, para luego volver a subir y volver a atacar.
A pesar de que las aves estaban en los cielos y no participaban de forma tan activa como el resto de combatientes, eran una gran ayuda ya que, gracias a ellas, sus enemigos estaban cada vez más debilitados.
Los chicos corrían de un lado a otro, mordiendo y matando a los enemigos y, sin perderse de vista los unos a los otros.
De pronto, un lobo gruñó a JungKook y éste le gruñó en contestación. Sería un omega, pero no iba a amedrentarse y menos por un lobo gruñón. Pronto, otros tres se unieron a la pelea. Eran cuatro contra JungKook. JungKook iba de un lado a otro, saltaba, rugía, los atacaba… pero ellos eran más.
“TaeHyung… ayúdame” pensó.
Un lobo saltó para morder en su cuello pero, en el preciso instante en el que JungKook lo vio, un lobo saltó sobre su atacante y lo mató. TaeHyung estaba allí, más fuerte e imponente que nunca, rugió y juntos mataron a los atacantes de JungKook.
Un gran quebrantahuesos cayó en picado, clavó su afilado pico en un lobo y, al verlo, Hoseok se agachó, la felina que luchaba con él, dio un gran salto apoyándose en el lomo de Hoseok y mordió el cuello de lobo enemigo.
JiMin mató un lobo que estaba completamente ciego, mientras que JungKook clavó sus afilados colmillos en un lobo que sólo veía en un ojo.
Los elefantes seguían matando y aplastando todo a su alrededor y los chicos sintieron esperanza pero esa esperanza se vio ensombrecida cuando, de pronto, un frío nada normal, hizo que la batalla parara. Los insurrectos recularon y salieron corriendo. El ejército improvisado formó filas, siempre protegiendo a los chicos. Un graznido los asustó y lo siguiente que vieron fue a quince aves descender y una gran bruma aumentar.
Aquellos combatientes comenzaron a empujarlos lejos de allí. No necesitaron que se lo dijeran dos veces. Corrieron, guiados por los pájaros que habían vuelto a alzar el vuelo e iban por delante de ellos. Los elefantes eran los más rezagados y, aún así, corrían. Los guepardos iban por delante de ellos, oteando el camino por el suelo.
De pronto, tanto las aves como los guepardos dieron un giro brusco a la derecha y los chicos los imitaron. Allí llegaron a una montaña y uno a uno se iban perdiendo en medio de la nada. JiMin dio unos pasos y se dio cuenta de que había una cueva en aquella montaña pero debían volver a su forma humana antes de entrar.
Uno a uno, iban volviendo a su forma humana y entraron en aquella cueva. Cuando los chicos terminaron de entrar, comenzaron a ajustarse las ropas que, por la transformación, siempre se les desajustaba y, cuando miraron a las personas que les habían salvado se quedaron asombrados. Eran casi cuarenta personas y, frente a todas ellas, estaban GaJoon y HaNeul.
- ¿Cómo…?- empezó NamJoon.
Pero el chico se vio interrumpido. Su novia le abrazó.
- Fue idea de GaJoon- explicó- ellos pertenecen a los Siete Ejércitos.
- Me llamo Gina- dijo una joven pelirroja- soy la guepardo…
- Que ha peleado conmigo en batalla- dijo Hoseok, sin parar de mirarla.
- La misma. Gracias por ser tan buen compañero de batalla.
- Gracias a ti. Eres increíble.
La chica sonrió.
- Nos han enviado para ayudaros a atravesar éste bosque- dijo Gina, que no podía apartar la vista de Hoseok- estamos a las órdenes de GaJoon. Pero lo que ha sucedido… complica las cosas.
- La bruma, ¿verdad?- preguntó JungKook.
- La razón de que los Siete Ejércitos estén muy pendientes de éste bosque es porque esos insurrectos están al mando del Líder Kim y él no está en sus cabales- dijo Gina.
- Pero eso es…- empezó Hoseok.
- Imposible, sí- dijo Gina- eso opinamos todos. Creemos que está bajo un hechizo. Y sea lo que sea, estaba hoy ahí… nunca he sentido algo así.
- Yo sí- dijo TaeHyung.
- Y yo- dijo YoonGi.
- No…- dijo JungKook.
- Mierda- dijo JiMin.
- ¿Qué? ¿Qué es? ¿Quién es?- preguntó Gina.
- TaeYeon- dijeron todos.
- Ella no tiene el poder de hacer magia- dijo TaeHyung- pero sí tiene a una estupenda amiga bruja que es capaz de hacer crear ese frío. Lo he visto antes.
- Su amiga es una chica llamada Hwang MiYoung- dijo YoonGi- se conocían cuando TaeYeon iba a casarse y era normal. Siempre pensé que dejaron de hablarse cuando mi hermano murió.
- Yo también lo pensé- dijo TaeHyung- de hecho, durante un tiempo, no la vi, ni la oí. Hasta que un día la escuché por casa. No creo que sean amigas como lo eran antes, pero sí creo que se ayudan la una a la otra.
- Así que… quien está detrás de la locura del Líder Kim… ¿es TaeYeon?- preguntó GaJoon.
- Eso parece- respondió Gina.
Todos resoplaron y Gina se acercó a una mujer.
- Debes ir y avisar de esto a los líderes- dijo- estamos aquí, en mitad de ese bosque y no tenemos refuerzos. Cuéntales todo lo que has oído. Vuela rápido y no mires atrás.
La mujer asintió y, al segundo se transformó en un halcón peregrino del tamaño de un cuervo y se perdió en mitad de la noche.
- Para mañana en la noche habrá llegado y le estará contando lo sucedido a nuestras jefas. Pero, mientras tanto, nosotros…- empezó Gina y miró a GaJoon.
- No podemos salir ahí afuera de noche- dijo la chica.
- Es cierto- dijo NamJoon- deberíamos dormir aquí- haremos guardias.
- Dormir vosotros- dijo un chico- nosotros estamos más descansados.
- Los heridos deberían dormir y descansar también- dijo GaJoon.
Todos asintieron y miraron alrededor, no había nadie herido, aun.
TaeHyung y JungKook fueron a una esquina de la cueva y se metieron en el mismo saco. Por lo menos aquella noche podrían dormir tranquilos.
- Parece que esto no va a acabar nunca- dijo JungKook.
- Acabará- prometió TaeHyung- juro que acabará y tendremos la vida que queremos.
Se abrazaron y poco a poco se quedaron dormidos. SeokJin y GaJoon compartían un saco de dormir.
- Me tienes que explicar cómo has hecho esto- dijo Jin, cerrando el saco.
- No quería que nada malo te pasara. Por lo que a mi respecta, acababa de perder a mi pareja y a mi hermano, ¿qué más podía perder? No me iba a quedar en casa a la espera…
- Gracias.
NamJoon trataba de cerrar el saco pero había trabado la cremallera con la tela del saco.
- Yo lo haré- se ofreció HaNeul, arreglándolo- eres un poco torpe…
La chica subió la cremallera y los tapó a ambos. NamJoon la abrazó con sus fuertes brazos y HaNeul sintió que estaba en casa.
JiMin y YoonGi se besaban en silencio, amorosamente, estaban en una esquina de aquel sitio y, abrazados, durmieron.
Respecto a Hoseok, estaba sentado en su saco, pero miraba a Gina que estaba tumbada en un saco, a unos metro de él. Se levantó y fue hacia ella.
- ¿Duermes?- preguntó.
- ¿Acaso quieres dormir conmigo?
YoonGi, que estaba a pocos metros de distancia, levantó la cabeza y le lanzó una sonrisa pícara a Hoseok.
- Sólo quiero hablar contigo.
Tras aquella frase, YoonGi puso los ojos en blanco, se tumbó y abrazó a JiMin.
- Palurdo- masculló YoonGi.
- ¿Qué?- preguntó JiMin.
- Buenas noches.
Mientras tanto, Hoseok se sentía estúpido allí, en mitad de la cueva. Todos ya estaban tumbados y él estaba de rodillas frente a una chica con la que había peleado porque… quería hablar con ella.
Gina abrió su saco de dormir y Hoseok la miró. La chica iba en ropa interior.
- No seas mojigato- susurró la mujer- entra, hace frío.
Hoseok entró en el saco de dormir y se tumbó de lado, mirando los ojos de aquella chica. Desde luego era hermosa.
- Yo… lamento quitarte horas de sueño…
- ¿Vienes sólo por eso?
Hoseok no sabía por dónde empezar, nunca había tenido pareja, nunca se había sentido enamorado, ni había sentido aquello que sus compañeros de manada sienten hacia sus predestinados, tampoco había sentido la necesidad de sentirlo. No es que fuera un amargado que no quisiera pareja, simplemente amaba el amor, pero no sentía amor romántico hacia nadie porque nadie le interesaba… hasta ahora.
- ¿Cómo llegaste a estar en uno de los Siete Ejércitos?- preguntó- lo siento por la indiscreción, me interesas.
- Mis antepasados ya pertenecían a los Siete Ejércitos- respondió- desde que nací he sido entrenada para esto.
- ¿No has querido hacer otra cosa?
- No. Me gusta- sonrió- ¿y tú? ¿Siempre has sido un buen soldadito del clan Park?
Hoseok sonrió y contó su historia.
- Vaya… eso no me lo esperaba.
Hoseok sonrió.
- Deberíamos dormir- dijo Gina.
- Me iré.
- He dicho que deberíamos dormir, no que te vayas a tu saco.
La chica se giro y sin pensarlo dos veces, cogió la mano de Hoseok y la puso alrededor de su cintura.
Hoseok sonrió y se acurrucó tras Gina, oliendo su aroma peculiar, jamás había olido algo así. Le gustaba demasiado ese olor. Y, acariciando el abdomen de la chica, se quedo dormido.