XIII. Nico

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La brisa marina era refrescante, más de lo que le habían parecido sus primeros momentos en aquel barco, donde devolvió hasta lo que no comió. Percy hacia la peor imitación del rey en la historia, su estomago dolía sin poder dejar de reír, disfrutaba de aquel momento. En 7 días un eclipse solar bañaría de oscuridad la antigua Ceos, su amiga y compañera corría peligro, era un pensamiento que le llenaba de angustia, su pecho dolía, dolía como hace demasiado no hacia, pero aunque sonara egoísta y la muerte amenazara contra Annabeth, aquella estaba lejos de ser la razón dentro de aquel penetrante dolor. 

"Prefiero poner el parche antes de que la herida se forme, soy doctor, deberías entenderme" una apagada risa brotaba de la boca ajena, tan apagada como ese celeste oscurecido que ahora lucían sus llorosos ojos. Antes de partir con el hijo de Poseidón, debía avisarle al de rizos dorados, tan pronto como sus piernas le permitieron se encontraba posado frente a la cabaña de Apolo, esperando por Will, su sonrisa, no le revolvió el estomago, las mariposas no brotaron y su corazón no dio un vuelco. 

-Nos han dado una misión, debo partir hoy, Jackson a penas y despertó, ya sabes babea bastante-Aquellas palabras salían a tropiezos del hijo de Hades y la bonita sonrisa frente a él rápidamente desaparecía como las huellas en la arena ante el viento que sopla sin considerar a nadie. 

-Percy...¿y tú?-Aquella pregunta le golpeo tan duro como si de un atentado se tratase. -Sí, salvaremos a Annabeth y no puedo dejarlo solo, no puede ir solo.

La mirada de Will esta vez cristalizó, aquello que con tanto miedo llevaba esperando se volvía evidente ante sus ojos, tanto tiempo y aun se lo negaba a si mismo. Nico siempre intentaba quererle con todas sus fuerzas tal como él lo hacia, pero desde hace un tiempo ya venia sintiendo que su pequeño italiano no era para él, aunque los momentos fuesen buenos, los besos supieran a miel y las caricias le traspasaran la piel, algo seguía dividiéndolos. Algo tan grande y tan simple como que Nico Di Angelo no era la persona para él, aunque le doliera era algo que debía aceptar. -Calla y apúrate, se les hará tarde y también tus sentimientos volverán a tardar...prométeme que esta vez se lo dirás.- El hijo de Apolo luchaba contra las lagrimas que reposaban en sus ojos e intentaba sonreír. Nico entendía a que iba aquella conversación, Will lo sabia, lo sabia mejor que nadie.

-¿Por qué haces esto ahora? ¿es tan evidente o es solo que renunciar es mejor que esperar?

-Prefiero poner el parche antes de que la herida se forme, soy doctor, deberías entenderme-Aquello se instauro en el corazón del de cabellos azabache como la inscripción de un fierro al dente.-Cuídate y vuelve con vida, no significa que no podamos ser amigos.

El recuerdo vivido se desvaneció tan pronto como Percy le jalo de la muñeca hasta uno de los extremos del barco, el sol daba abandono al cielo y la luna llegaba esplendorosa a iluminar el manto oscuro. El atardecer lucia incluso mas bonito reflejado en el océano, el manto de aguas que el hijo de Poseidon guardaba en sus ojos, ¿y es que como podía superar a su primer amor cuando este poseía el maldito océano  en su mirada y el bendito universo en su interior? cuando su soñadora mirada a un atardecer seguía siendo la misma de un niño en navidad. ¿Que debía hacer para que algún día el héroe del olimpo le diera su amor?

-Will me termino esta mañana-Antes de darse cuenta sus palabras ya vibraban en sus adentros y aquel que no había dejado de amar le abrazaba con tanta intensidad como era posible.

-Nico, mereces a alguien que te ame con tanta intensidad y persistencia como le sea posible, alguien que atraviese el universo entero si es por ti.

Pero al hijo de Hades poco quería aquello, lo único que añoraba era "¿que hacer para que quien me ame seas tú?" Nuevamente era aquel pequeño enamorado de un héroe inalcanzable, pero esta vez aquel héroe lo acogía entre sus fuertes brazos, se conformaría con aquello, le ayudaría a salvar a su novia y mientras el tiempo se lo permitiera se refugiaría en el. Esos pequeños momentos eran todo lo que necesitaba para mantener ese doloroso amor. 

La noche caía sobre ellos las estrellas brillaban adornando cada rincón, siendo reflejadas en el mar, el sonido de las olas golpear contra el barco eran todo lo que se lograba escuchar, sus respiraciones calmadas se combinaban formando un suave vaivén, poco a poco tomaron su distancia, y Nico agradeció.

-Al menos haz mantenido tu promesa quedándote conmigo. 


Can't help falling in love with you (Percico)Where stories live. Discover now