XV. Nico

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      El sueño le envolvió tan pronto como Percy abandonó aquella cabina, lo último que consiguió visualizar fue esa tenue y tranquila luna que abandonaba el cielo, siempre parecía tan serena e inalcanzable. 

    Aquella noche no hubieron pesadillas o sueños, no despertó hasta que un murmullo constante se colaba por sus oídos hasta hacerle despertar. Oía como Percy hablaba animadamente con lo que sonaba como una...¿niña? tan rápido como pudo se incorporó saliendo a cubierta para encontrarse con unos impresionantes ojos que resplandecían como la luna, una castaña cabellera y una belleza que impactaría a cualquiera, tanto su arco como la diadema que lucía con orgullo indicaban que frente a sus ojos se encontraba la doncella cazadora; Artemisa. Si bien las cazadoras no eran algo que le trajeran agradables recuerdos, le sorprendía la presencia de aquella que con una cálida sonrisa le acogía y su dulce voz le calmaba.

-Nico, hijo de Hades-Dijo la deidad con cierta formalidad.-Percy, hijo de Poseidón, ahora que ambos se encuentran aquí es preciso hablarles de que es a lo que se enfrentan. 

   El intercambio de miradas entre ambos semidioses fue inmediata, la presencia de Artemisa, los recurrentes sueños, la visita de Eros, todo aquello comenzaba a tener sentido, ambos asintieron en silencio permitiendo a la doncella hablar. 

-Aún cuando los dioses reinaban sobre la tierra, mi hermano Apolo amante de un joven Cipariso dio por regalo a un hermoso ciervo, imponentes sus astas de oro que el mortal adornaba de guirnaldas y piedras preciosas.  Cipariso siendo amado por muchos por su vibrante belleza tan solo correspondió fielmente a su sol, trágico fue su destino al adquirir la jabalina con la que a su tan valioso regalo y compañero hirió, aquél ciervo que tanto amor significó, herido por la mano que le acarició y le dio de comer, sintiendo como si hubiese herido el amor de su amado Apolo, Cipariso rogó a este condenarlo a sufrir por siempre por aquél amor que no supo cuidar, condenado a la eternidad.

-Es decir, Cipariso el cazador y amante de Apolo  nos espera en Ceos-Anticipó el hijo de Poseidón.

   Hace bastante Nico había leído sobre aquél mito un experto cazador amado por un dios que dio muerte a un preciado regalo, trágico y romántico como todo últimamente, sus pensamientos le abandonaron cuando Artemisa le dio una mirada de lastima.

-Ambos siendo hijos de dos de los tres grandes corren riesgo en una misión así, más aún cuando es Cipariso quien exige la presencia de ambos, siendo el océano terreno de Percy, lo seguro es que Nico-Esta vez dirigió toda su atención al azabache.-Abandonara la misión.

    Balde de agua fría, ¿debería quedarse? Percy se a vuelto bastante solitario desde que todo acabó y Gea volvió a dormir, todos parecieran haber tomado sus caminos y ahora le acompañaba, se acompañaban mutuamente viendo ese brillo en los ojos de Percy que hace mucho no percibía ¿Sería un pecado?  permanecer junto al héroe del cual sin importar el tiempo no podía evitar enamorarse de él. Sus prioridades eran bastante claras, no era capaz de abandonarlo. 

-Agradezco sus palabras Artemisa, pero mi lugar es aquí, junto a Percy. 

   La diosa asintió con la cabeza.

   Ambos volvieron a encontrarse en el extenso océano acompañados únicamente con la presencia del otro, el batido de las olas y aquellos rayos solares de medio día. Aun quedaba bastante por navegar, su primera parada sería Portugal, antes de atravesar el estrecho de Gibraltar donde sabían podían encontrarse de cara al peligro según registros de otros semidioses y sus misiones.

   Tras su encuentro con la diosa ambos semidioses se evitaron mutuamente, respondiéndose entre monosílabas y palabras sin sentido. No fue hasta que el sol bajó deleitando otro día con su bello atardecer que se reunieron en el mismo punto que el día anterior a maravillarse con tan exuberante vista, su cabeza se apoyó en el hombro de Percy, probablemente ya lo sepan, pero Percy siempre olía a mar, no aquél que te marea, si no que aquél que queda la última tarde en que vas a la playa con tu familia, es ese aroma que te envuelve, te hace extrañarlo aún estando a 5 milímetros de él.

-Te haz comportado como un idiota, Jackson.

-Te haz comportado como un idiota, Di Angelo.

   Aquellos tonos serios estallaron en risa por parte de ambos semidioses, contemplando secretamente el atardecer en los ojos del otro, uno bañado en un tierno verde esmeralda y el otro en un brillo oscuro. 

   "¿Debo quedarme?¿seria un pecado? si no puedo evitar enamorarme de ti?" aquél pensamiento surgía de la visita de Artemisa y aquellos sentimientos que acunaba egoístamente, Percy seguía siendo su héroe, seguía siendo a quien buscaba, con quién coincidía, no era su tipo, no mentía en aquello y era precisamente lo que más adoraba de él, la simpleza con la que se colaba en su corazón aún sin ser lo que quería, sin buscarlo o esperarlo, era todo lo que necesitaba. 

-Podríamos quedarnos toda la noche así ¿sabes?-Tal como la brisa llegaban esas palabras a los oídos de Nico, acurrucarse en Percy y gozar de una cálida noche en que los astros reinaban, parecía un buen plan, un perfecto plan para él.

-Vayamos por comida y nos quedamos, será una larga noche si debo soportarte.-Con sonrisas cómplices, ambo arreglaron aquél lugar que les acompañaría en su noche.

   El primer día había acabado, con una advertencia y un improvisado campamento entre sentimientos guardados celosamente queriendo ser dichos a gritos. Aquella noche sería tranquila gozando en la compañía del otro. 

ꜱʜᴀʟʟ ɪ ꜱᴛᴀʏ?

ᴡᴏᴜʟᴅ ɪᴛ ʙᴇ ᴀ ꜱɪɴ

ɪꜰ ɪ ᴄᴀɴ'ᴛ ʜᴇʟᴘ ꜰᴀʟʟɪɴɢ ɪɴ ʟᴏᴠᴇ ᴡɪᴛʜ ʏᴏᴜ? "

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⏰ Last updated: Feb 26, 2021 ⏰

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Can't help falling in love with you (Percico)Where stories live. Discover now