X. Percy

1.5K 139 7
                                    

Las mañanas estaban tan lejos de ser las favoritas de Percy pero aquella era tan distinta, más allá del adormecimiento en su brazo, el peso extra en su pecho o el calor ajeno, era ese sentimiento que no le abandonaba y ese enredo en su cabeza. Dormir con el hijo de Hades le había sacado de bastantes tollos mentales provocándole nuevos, pero mucho más agradables, se había embobado con las sensaciones y se obligaba a seguir experimentándola.

-Nico, tengo hambre-lloriqueaba Jackson achinando sus ojos agregando en sus labios un puchero, más que ser la realidad, quería hacer olvidar un tanto la incómoda pregunta anterior.

   Ambos jóvenes semidioses se levantaron estirando sus brazos y piernas, más aún el hijo de Poseidon que aún se sentía ligeramente adormecido, aunque no se quejaba de la molestia pues la comodidad que le había producido tener a Nico en esa posición era única.

    Entre carcajadas y una tranquila conversación ambos se dirigían al comedor dividiéndose únicamente al sentarse cada uno en su propia mesa sin evitar el intercambiar miradas cómplices. Las mesas se encontraban con máximos de 3 campistas cada una, seguían siendo niños, el levantarse temprano no era su fascinación número uno.

  El día transcurría normal, Jackson enseñaba a blandir la espada a uno que otro campista, era algo que le reconfortaba, ver niños a sus tiernos 12 años tan emocionados por algo que a él en su momento le llenaba de euforia y en su actualidad prefería no hacerlo enserio, se encontraba metido en dar clases creyéndose profesional, cuando su mirada se detuvo en ese brillo inconfundible, una melena rubia ondulada, unos ojos azules brillantes y las manchas más tenues que había visto en un bronceado perfecto. Will agarraba la muñeca de Nico con suavidad ayudándole a blandir su espada como si este no supiera, la escena era tierna más aún porque en sus interiores sabía que Nico no las necesitaba y quizá solo lo soportaba por cumplir un capricho del hijo de Apolo, a sus adentros sabía que Di Angelo estaba a la altura de Jason, a la altura de Reyna y que más podía esperar si había pasado por ambos campamentos, era admirable. El tiempo que había pasado observando la escena era incalculable, estaba en un trance o lo estaba hasta que Nico le atrapó con su mirada, era tan profunda como siempre, acompañada por una sonrisa que le advertía "había sido atrapado."

-Eres un imbécil.

Moduló lentamente el héroe del olímpico hacia el menor esperando leyera sus labios, para luego enfocarse en lo suyo. La sonrisa de Nico de algún modo no se le quitaba de la mente, cada cierto tiempo esta volvía a reproducirse sin llamarla, sin invocarla, simplemente se encontraba a sí mismo recordándola, a veces más marcadas, otras suaves y delicadas, en ocasiones incluso con una pequeña risa u otras más burlescas, Nico tenía una sonrisa preciosa.

-Mister Jackson ¿sería tan amable de acompañarme a mi cabaña esta agradable noche?

Una despeinada cabellera se le adelantaba sonriendo caballerosamente, la noche había caído tan pronto la luna brillaba , la idea de poder compartir en la oscuridad nuevamente con el heredero legítimo al inframundo le emocionaba. Aún cuando sabía había olvidado llamar a Annabeth, pero es que había estado tan ocupado y ahora estaba con Nico, ya lograría hacerlo más tarde, por lo pronto asintió en dirección al menor y le acompañó a su cabaña manteniendo la cortesía que el otro fingía.

Can't help falling in love with you (Percico)Where stories live. Discover now