Capítulo 12

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Camila

Últimamente siempre me pregunto por qué estoy con él.

El año pasado, cuando empezamos a salir, compartir tiempo se sentía bien en todo momento.

Nos divertíamos y era bastante entretenido. Sexualmente también funcionabamos pero por alguna razón, dejé de sentirme ansiosa por sentir sus manos en mi cuerpo.
Ahora solo hay frialdad cuando intenta algo más.

Hoy estuve tranquila respecto a Jack. La paz que habita en mí volvió a surgir y fue un alivio.

Sin embargo, la incertidumbre volvió cuando tuve que salir de mi habitación.

La fiesta estaba en pleno apogeo y fue difícil moverme entre tantas personas.

Al llegar a la cocina, abrí mi cajón y busqué entre mis cosas las galletas más ricas de la vida, los cocosettes. Comerlas remojandolas en leche es lo mejor.

De repente sentí que dos brazos me rodearon la cintura y alguien besó mi cuello.

-Hola, amor-- me dió la vuelta y empezó a observarme de arriba a abajo lascivamente.

Estoy de luto y lo último que quiero es tener sexo.

-Hola-- sonrió y me besó de forma apasionada. No me dejaba respirar ni mover. Traté de seguirle el ritmo pero la incomodidad pudo más y me quedé estática después de un rato.

Lo notó y se alejó molesto. Frunció el ceño.

-No te veo en toda la semana y ni siquiera eres capaz de corresponderme-- dijo entre dientes.

Me sentí presa de la angustia por sus
acusaciones.

-Dime algo, joder-- le exasperó el silencio.

Yo amo callar sino tengo algo para decir. Él no.

-Simplemente no nació -- las palabras salieron de mi boca antes de que pueda controlarla.

Su mirada se tornó oscura y empiezó a respirar como un toro. Me sostuvo los brazos con firmeza.

-A veces siento que pierdo el tiempo contigo. Vengo hasta aquí para verte y así es como me lo pagas-- murmuró con un rasgo de ira

-Esta relación ya no funciona por tu culpa. No me das el lugar que merezco por ser tu novio. Eres desconsiderada y frívola (....) .-- traté de hacer oídos sordos al resto de sus acusaciones.

-Entonces como soy tan mala novia, deberíamos terminar aquí y ahora-- sentí la sangre en la cabeza. Me enfadaron sus palabras.

-Que así sea-- salió velozmente de la cocina y puse mis manos sobre la encimera.

Agaché la cabeza y tomé respiraciones profundas.

Ugh

Después subí por las escaleras lo más rápido que pude y cuando llegué al segundo piso, allí estaban Sofía y Lauren.

Tragué nerviosamente. Ella siempre me lee bien.

Hablé un momento con Sofi y después saludé a Lauren.

Me escudriñó con la mirada y sé que desde ahí sabía que yo estaba mal pero guardó silencio hasta que mi amiga se fue.

Después con una simple pregunta desnudó mi alma.

De forma automática le dije lo sucedido.

Cuando iba a ondar en detalles, una chica joven bastante guapa la llamó y se le acercó. Fue bastante melosa y me sorprendió. Ella siempre es seria y distante.

Anhelar a un ángel Where stories live. Discover now