Capítulo 5

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Lauren

Me pongo audífonos mientras camino por el campus. Mis pasos son lentos y me dirijo a mi sitio favorito, el árbol de nueces ubicado entre el edificio de la Facultad de Economía y las canchas de fútbol americano y béisbol.

Al llegar, me siento y observo a mi alrededor antes de sacar una libreta.

Sonrío al ver un escrito que hice cuando Camila estaba de cumpleaños.
Se veía aún más radiante con un vestido blanco y maquillaje suave. Fui afortunada de que ese día me dictara una tutoría.

Me recuesto un poco sobre el árbol y cierro los ojos. Hace tiempo estoy buscando una manera de acercarme a ella. Quiero que sepa de mis intenciones y no me deje en la friendzone.

Aún no la invito a salir porque sé que me rechazará. La he visto hacerlo con otros chicos debido a su novio. Ese cerdo infeliz.

Espero que terminen pronto. No dejaré que alguien más se me adelante. Ella es mía para cuidar, querer y proteger.

Ninguno de mis amigos sabe mi fijación por ella excepto Sofi. Es uno de mis asuntos más privados. Soy una egoísta total porque no puedo siquiera compartir aquello y no me importa.

Deseo estar a su lado y ser el soporte que resista las consecuencias de su dolor.

Mi celular suena y yo contesto

-Hola-- respondo

-Hola, hija-- saluda mi madre.  De inmediato sonrío.

-¿Cómo estás, mami boo?-- digo juguetonamente. Como cuando era niña.

Suelta una risita.

-Muy bien, mija, ¿y tú cómo estás, Spirit?-- me río muy fuerte y le contesto que bien.

Es mi sobrenombre desde la infancia. Me lo pusieron porque no me pudieron "domar". Solo asistí a una clase de fútbol americano e interrumpí la tradición familiar.

-¿A qué se debe este honor?-- la interrogo porque normalmente me llama los sábados.

-Quería comentarte que Taylor tuvo un problema en el instituto y desea pasar el fin de semana contigo-- me preocupo porque mi hermanita es muy sociable y tranquila.

-Por supuesto. Puede llegar aquí el viernes-- acepto muy gustosa.

-Eso le diré. Por favor, trata de animarla. -- frunzo el ceño pero trato de que mi voz se escuche calmada.

-Nos divertiremos juntas, mami boo--
La tranquilizo.

-¿Cómo está Chris? -- hace mucho no sé de él.

-Está bien. Ya sabes, bastante ansioso porque pronto empieza la carrera de fisioterapia.-- Sonrío porque siempre se preocupa en exceso respecto a lo académico.

-Dale mis saludos y dile que recuerde el código morado--

Cuando éramos niños, jugábamos a ser agentes federales y utilizábamos códigos.

El morado, significa estar serenos mientras se espera la tormenta. Una mente alterada no piensa con claridad.

-Se lo diré, mi bebé. Por favor, cuídate y no te encierres tanto -- ella me conoce a la perfección.

De mis hermanos soy la más reservada. Taylor es la más sociable y Chris es Chris. Es muy alborotado pero es responsable en sus asuntos.

-No lo he hecho. El viernes asistí a una fiesta y la pasé bien.-- trato de explicar mis "avances" con la socialización.

- Me alegra mucho, mi niña. Es hora de disfrutar la vida. Cuídate mucho. Te quiero.--

-Yo también, boo. Hasta luego -- la llamada se corta.

Anhelar a un ángel Where stories live. Discover now