Me cansó la espera[Victuuri]

✎13.

Yuuri bajo de la agencia rápidamente, tres maletas llenas de dinero y joyas le acompañaban, tomó el taxi más cercano y fue al destino que le indicaron por el móvil.El taxi no demoró en llegar a una gran casa, con aspecto tétrico, pero sabía bien a quién pertenecía esta absurda casa.

Bajo del taxi con las grandes maletas, y camino hacia la entrada como una expresión normal, aunque estaba demasiado nervioso, entrar a la casa de ese psicópata de nuevo, odiaba el sentimiento.

Al entrar a la gran casa, lo sabía esa persona estaba observando desde lo alto.

—Bueno, estas aquí pequeño lobo. —un hombre de unos treinta años, hablaba desde la parte superior de la casa, los ojos fríos traspasaron a Yuuri y el miedo le recorrió.

—Tengo el dinero, ¡devuélveme a Yuri! —grito Yuuri furioso.

—Claro, primera puerta a la izquierda.

No sabía, no tenía idea de porqué el hombre se la había dejado tan fácil, camino por el pasillo y entró por la dicha puerta.

—Yuri!!

Su pequeño gatito estaba encadenado a una silla rústica, no había calefacción y se veía que había estado mucho tiempo aquí.

—¿que hiciste? El dinero que te envié era para su protección, no se supone que esté aquí.

—tu lo dijiste, protección no es lo mismo que comodidad, pero quien sabe tu gatito tiene una boca sucia, este es su castigo. Aunque a la persona que insulto no le importo, bueno a mi sí.

Yuuri mordió sus labios tratando de maldecir al hombre, pero no podía, el hombre era más peligroso de lo que todos piensan. Había pasado gran parte de su vida con él, lo conocía bastante bien.

Yuuri desató a su hijo de la silla, y caminó con él, dejó las maletas en manos del hombre, y se fueron.

—Lástima, no podrás tener al gatito, ha habido un percance y se ha ido, una lastima. Si lo deseas buscalo tu mismo. —la voz del hombre al teléfono era tranquila, aún hablando con una persona que era importante.

Colgó el teléfono y se dirigió a la puerta de la casa, viendo partir tan buena mercancía.

—¿Qué haré contigo, Yuuri? No puedes huir de mi.

—Señor. —habló la voz de una chica. —la vacuna está completa, las balas también vienen en camino.

La sonrisa en el hombre era real, por fin el destino empezaba a girar en sus manos, y no sería nada bueno para la mayoría de otras personas.