Capitulo #18

1.9K 131 6
                                    

Por la espalda sentí un dolor que me recorría la espina dorsal, no me había clavado la espada, de eso podía estar segura, pero si me había causado un corte en toda mi parte de atrás como un látigo recorriendo mi piel de abajo hacia arriba, como respuesta solté un gruñido, y caí de boca abajo al suelo estampado una de mis mejillas con una pequeña piedra que estaba allí, y podía ver unas pequeñas gotas de sangre desde la parte inferior de mi ojo. A pesar de que llevaba el casco

Rápidamente trate de incorporarme y ponerle frente a la cara de Miras, quien me veía con una sonrisa, convinada con un gesto de molestia y dolor por su pierna.

—¿Tan viejo estas que ya te has cansado?—pregunte para pasar desapercibido que también me sentía así.

—Oh creme podría seguir todo el día, desafortunada mente esto no durara más de una hora—comento el.

Sonreí.

—Entonces le consedere el deseo de pasar su última hora de vida bien atendido, ¿Le interesa tomar un descanso?—más que para el era para mi.

—Cinco minutos.

Hice una reverencia y espere a que el se alejará, primera regla en una batalla, nunca le des la espada a tu enemigo.

Después de ver que el niño llegará a salvo, solo entonces me pude ir con Edmund.

Prácticamente estaba caminando jorobada pues el que la armadura pegara en mi herida lo volvía más insoportable, llegue a donde estaba Edmund y este me abrazo.

—Lo siento—comento, después de quitarme el casco, me tuve que morder la lengua para no gritar.

Me senté en un banco y me quite la espada, el escudo y tome una gran bocada de aire, Peter apurado traía algo para tratar de hacer algo con mi espalda.

—Solo traerme algo de agua—dije y me miró extrañado pero solo obedeció pues contábamos con tan solo unos cuatro minutos.

—Te dije que no lo hicieras—Edmund se puso en frente de mi con cara preocupada.

Puse mis manos en su mejillas acunandolas—Y yo te dije que lo haria—hablaba entrecortada mente.

Peter trajo un vaso de agua y enseguida lo tome entre mis manos,lleve el vaso a mis labios y tome el líquido, y sintiendo como a cada gota que entraba en mi sistema reconfortado mis heridas y las sanaba con rapidez y constancia.

—Siempre he dicho que eres inmortal—supongo que Caspian dijo eso al ver como el pequeño corte en mi mejilla iba sanando y cerrándose.

—No quiero que vuelvas allí —mire a Edmund a quien todavía tenía frente a mi

Tres minutos.

No dije nada, pues no necesitaba respuesta esa plegaria, iba a volver y el lo sabía, no podía hacer nada más por mi que mirarlo a los ojos y perderme en el hermoso color que tenían.

Lo amo.

—No.

Me levante del banco en donde estaba sentada haciendo que Edmund también se pusiera de pie, no tome el casco, la espada y mi escudo lo llevaba conmigo y estaba dispuesta a todo, y ya no era necesario salír viva de esto, ellos estaban listos para gobernar a Narnia, creo que ya no me necesitan.

—¿Sentimental?

—No, solo dispuesta a morir—el no sonrió como yo esperaba que hiciera, solamente chocó espadas y todo volvió a comenzar.

No podía explicar que sentía en ese momento, era una combinación de todo menos miedo, mientras evitaba y lanzaba golpes esperaba que si perdía y moría, al menos hayan ganado tiempo, pero Joder! No era todo.

Esperaba que nadie recordara este día como el día en que murió una Reina, si no como el día en que Narnia sobrevivió a una invasión de Telmarinos, ¿Me explico?, esperaba que Edmund no me extrañará y siguiera con su vida, esperaba que Coddy apareciera en el momento correcto, esperaba que Aslan apareciera en el momento correcto, esperaba tantas cosas y a la vez nada.

Miras me tiro al suelo y no pude hacer nada por evitarlo, solo esperaba poder morir de una forma rápida y sin dolor, pero sabía que esa sería demasiada piedad que el no me daría. Con su pie piso mi escudo que llevaba en mi brazo haciendo que este se doblará y pensé que iba a morir.

No grite.

Abrí la boca y deje salir todo el aire al mismo tiempo que rodaba en el suelo, me dolía demasiado, casi para ser insoportable, toda la energía fue a mi brazo y golpee su herida mal curada del muslo, el también trato de contener un grito de dolor que no logro retener, mire hacia Edmund y estaba tratando de entrar por mi mientras su hermano lo retenía.

Lo amo.

Como pude me incorpore y tambalee un poco, aguantando el dolor y peso de mi brazo, no podía moverlo y si lo intentaba no me respondía para nada, mi espada hizo un rasguño en el brazo de Miras y eso basto para que se rindiera.

—Basta!, Basta!—puso su manos frente a mi para que no siguiera.

Lo mire extremadamente extrañada, no sólo porque me estuviera ardiendo el brazo, sino porque el me estaba pidiendo que parará de pelear contra el.

—¿Que?—solo pude preguntar eso antes de que yo también me desplomara ahí.

—Espera por favor—volvió a pedir, y solo veía la oportunidad de matarlo y nada más.

No dije más y alce la espada, pero algo aparte de mi brazo me hizo detenerme, esto no me correspondía a mi.

—Caspian.

El Primero de Plata (Generación de Plata)Book #2//E.P//NarniaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora