Capitulo #17

2.1K 129 3
                                    

Recordar como mi padre perdió la vida no eran los mejores ánimos antes de una pelea donde se jugaba mi vida y la de Miras, solo sentía el viento contra mi cara que agitaba un poco mi pelo, entre abrí mi boca cuando vi a Edmund a un enano y a lo contrario de el, un gigante que caminaban entre la  hierba dirigiéndose hacia el campamento de los Telmarinos.

Inmediatamente mis piernas me levantaron de mi lugar en la roca que estaba soportando mi peso, los miraba y aun no podía entender porque se acercaban al campamento, solos era como ir a una muerte predestinada.

Así que recordé que para que la ley se cumpla se tenía que hacer una proclamación sobre mis deseos de un enfrentamiento a muerte con Miras, seguramente ellos irían a darle la dichosa proclamación.

Y me sorprende que el mismo Edmund haya sido quien vaya a ver a Miras, ya que hace tan sólo minutos me estaba gritando que tenía prohibido enfrentarme a Miras, pero en teoría lo entiendo, si alguien tuviera que firmar el contrato de la muerte de Edmund desearía ser yo. Y no porque deseara su muerte, si no porque después el remordimiento lo tendría solo yo, y no lo compartiria con nadie.

Así que tranquila me volví a sentar en la roca acomodándose mejor mi trasero para poder tener una visión clara de como entraban a la carpa de Miras, y por si acaso tenía una flecha lista en un arco.

Si a base de mi muerte Narnia puede sobrevivir una vez más a los ataques de personas ajenas, me arriesgare a morir, por que ¿En realidad de que sirve ser Reina si no hay a quien gobernar? Es algo absurdo a mi parecer, y es mejor quedarse sin reina y que la siguiente generación se encargue de la corona.

Aunque se diría que estoy bastante dispuesta a luchar con Miras, no había comentado un pequeño detalle, y era que hoy era la ultima luna llena de la temporada de lobos, y eso hacia que de verdad nos sintieramos cansados, en este momento tenía demasiado sueño como para no poder mantener mis ojos abiertos por más de cinco segundos.

No sabía cómo podía luchar con Miras con este cansancio, es posible que en el primer ataque tenga la oportunidad de cortarme la cabeza si me queda dormida de pie en media pelea, pero era mejor hacerlo yo y no otra persona que no podría ni acercarse a Miras, si estuviera en mis completas facultades podría arrancarle la mano con un solo movimiento.

—Todo esta listo—giro mi cabeza hacia la voz que me hablaba, la cual provenía de Caspian quien solamente asomaba la cabeza.

—Espero que sepas que sigo con las ganas de matarte—conteste al pasar por su lado y dirigirme a los adentros de la fortaleza que ocupaban nuestras tropas.

—Lo se—me respondió Caspian.

Era bueno que lo supiera, así le quedaba claro que conmigo no podía contar como su amiga, para nada, y si lo hacía, puede que yo misma le costará la cabeza en una batalla como en la que nos vamos a meter

—Todo esta listo—Edmund acabar de llegar a donde estábamos reunidos, yo asentí y el se acercó a mi con paso lento.

—Aun podemos cancelar todo—comento y tomó mi mano entrelazando nuestros dedos.

—Pero no quiero hacerlo—respondí apretando su mano contra la mía.

Era momento del encuentro, la luz que salía del sol me abrumada los ojos, estaba con mi armadura para las batallas, tenía una espada y un escudo adornado con un león, a mía lado estaban Peter, Edmund y Caspian.

—No importa lo que vean o escuchen, no me saquen de allí a menos de que yo se los diga—les dije a los tres caballeros que me acompañaban.

Ninguno dijo nada y solo dos de ellos se limitaron a asentir lentamente, evaluando posibilidades de que sobreviva o no, Edmund solo posó sus ojos en los míos y de ahí no los apartó hasta que comenzamos a caminar para poder llegar hasta donde estaba Miras.

Verdaderamente me pesaban demasiado los ojos, no sabia como demonios los podría mantener abiertos y apuesto a que será interesante descubrir un método de no dormirme para evitar que me corten mi cabeza, mi hermosa cabeza.

—Aun es tiempo de rendirse—ya estábamos en la pelea, caminando en círculos como perros mirándonos entre nosotros, y vaya que se de comportamientos caninos.

—Solo di que no quieres pelear conmigo se acabará—respondí ante lo que me dijo.

—Por mi adelante, solo espero no maltratar ninguna de las uñas de su majestad—comento en son de burla

—Oh créeme, yo te maltratare más que las uñas—respondí y baje mi casco para comenzar a chocar espadas con el, provocando ese sonido que me recordaba al sonido que producían las espadas de Jane y Mage en la batalla en que ella murió.

Fui por detrás de él y no note una piedra, con la cual me tropecé y tuve que evitar mi propia espada para que no se me clavada en un costado del pecho, el sueño me estaba afectando demasiado, me gire para quedar boca arriba y mirar como Miras lanzó su espada a mi, yo evitandola dándome una vuelta en el suelo hacia el lado derecho y luego poniéndome de pie.

Mi escudo fue a dar en la cara de Miras obligandolo a balancearse e irse para atrás, casi cayendo, me acerque a el e intente lastimarle la pierna, solo logrando hacer un pequeño rasguño en su muslo.

Esto solo era el principio del fin de alguno de los dos.

El Primero de Plata (Generación de Plata)Book #2//E.P//NarniaWhere stories live. Discover now