Capítulo 19

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Qué locura encontrarte de nuevo.

—¿Nathalia?— pregunté dudando si era ella o no.

—¿Juan Pablo?— corrió hacia mi y me abrazó fuertemente.

—Qué gusto es verte, ¿Estás viviendo aquí? — pregunté.

—Si, pero me iré de viaje en una hora— me miro con ojos de tristeza.

—Le diré a los chicos que estás aquí, se emocionarán muchísimo al verte.

Quería decirle a los chicos que ella está aquí — se emocionarían mucho— la última vez no sé despidieron de ella.

—No, Juan Pablo, no te preocupes... Creo que es mejor que no les comentes nada sobre esto.

—¿Por qué no? Es por... Tu sabes...

—Si... Es por él, por favor no le digas a nadie que me has visto, tengo que volver con mis padres— me da un abrazo y luego dice— ¡Qué gusto verte Villa, muchísima suerte con Morat!

—Mucha suerte para ti también, adiós.

Recordé que no había llamado a Susana, luego lo haría pero, antes debo volver con los chicos.

Juan Pablo Isaza P.

Me encontraba en la sala de espera hablando con Simón sobre que bajo usaría para el primer concierto de la gira en España.

—Parce, yo estoy seguro de usar la Fender, es espectacular y se escuchará espectacular, lo sé— habló muy animado, aunque con la mirada perdida en algo.

—Me parece genial perro, me gusta verlo feliz.

—Si, si. Oye la chica que esta allá no se parece un poco a...— no terminó la oración y giré en busca de esa chica.

—¿Cuál? No la veo.

—Esa chica— señaló.

—Se parece un poco a... Espera, ¿Es Nathalia? — pregunté asombrado.

—¿Si? Creo que es ella, ¿Vamos a mirar o qué perro?— se emocionó.

—No, creo que no, si quiere vaya usted y me cuenta después como le fue.

—Me dueles Juan Pablo Izasa Piñeros, esta bien, ya vuelvo— Simón se dirigió a donde estaba la chica para investigar si era ella o no.

No sabia sí realmente lo era; de ser así, había cambiando demasiado, recuerdo la primera vez que conocí a la chica de tonos oscuros que usa Dr. Martens, ahora veo a una chica que solo usa vestidos y tonos pastel .

Simón.

Dudé cuando me dirigí hacia donde estaba, creí inoportuno aparecerme.

—¿Nathalia?— toqué su hombro.

—¿Disculpa?— giró y su reacción fue graciosa.

—¡SIMÓN!— gritó mi nombre y me abrazó— qué bueno verte— nos separamos del abrazo.

—Claro, que gusto verte por aquí, ¿Vienes o vas?.

—Voy de viaje en unos minutos sale mi vuelo, ¿Y tú? ¿Tienen gira en España?— habla emocionada.

—Sí, tenemos una gran gira, va a estar genial deberías acompañarnos, sé que a Isaza le va a dar algo cuando te vea, espera lo llamo...— me detuvo.

—Oye Simón... Creo que no es la mejor idea, me encantaría verlo eso... Es obvio, pero no quiero...— mi teléfono empezó a sonar y contesté.

Llamada entrante de Isaza.

—Perro, ¿Dónde anda? El vuelo está apunto de salir— dijo desesperado.

—Estaba mirando unos libro, ya voy, cálmate— le dije y colgué la llamada.

Seguí hablándole a Nathalia.

—Natha, me alegro por tu presencia, espero volverla a ver para tomarnos una copa de vino, ¿Qué le parece?.

—Me encanta la idea y creo que debes correr o sino perderás el vuelo— me abrazo fuertemente.

Salí corriendo a donde estaban los chicos, le dije a Juan Pablo que no era ella sino una persona sumamente parecida, no volví a hablar del tema porque ella me había dicho que no estaba de acuerdo sobre contarle a él que la había visto.

•••

Nota del autor: Sabemos que si Nathalia se encuentra a Martín él contaría todo.

¿Verdad?

Les quiere, Natalia.

DORADA | Juan Pablo Isaza P.Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang