Capítulo 13

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Había visto a Isaza y Nathalia frente a frente al lado de la cama, qué cosas, ¿No?

Corrí sin hacer ruido y le dije susurrando a Villa.

—Villa no te imaginas lo que acabo de ver... Por poco Nathalia y Isaza se dan un beso— vi como lentamente abrió los ojos.

—Parce, eso no se hace, les dañó el momento— Juan Pablo Villamil estaba furioso y algo entristecido.

—Cuéntele a los demás— le susurre al sentir unos pasos.

Juan Pablo Villamil.

Después de escuchar lo que dijo Martín, decidí pararme del sofá y ir a donde los chicos a contarles lo que sucedió.

—Hola, mi amor— le dije a mi novia.

—Dime— me miró algo sorprendida.

Susana sabe cuando tengo algo por contar, pero esta vez ella sabía todo lo que le diría.

—Marto me dijo qué por poco Natha e Isaza se besan, no se puede enterar Pedro...— le susurré abrazándola para disimular— dile a los demás.

Simón.

Vi que Martín le dijo algo a Villa, luego Villa a Susana, ¿Ahora qué sigue? Presiento un chisme.

—Oye Nathalia, ¿Sabes qué está sucediendo?— le pregunté a mi novia para ver sí sabía algo.

—No cielo, no sé qué sucede la verdad, supongo que es algo sobre tu ya sabes quien...— sentí alguien a mi lado y le hice una seña a Nathalia para que no habláramos más del tema.

Nathalia Martínes S.

Sabía que Martín les diría a los chicos los que sucedió, al salir del cuarto de Juan sentí el ambiente pesado, me dirigí a la cocina por mi rebanada de pizza y la tomé, le pase otra rebana a Juan que venía detrás de mi.

—Presiento que nuestro querido Martín acaba de contarles algo particular...— dijo Juan Pablo Isaza al mirarlo de manera furiosa.

—¿Hablar sobre qué?— Simón bromeó.

—A ver...— este es mi momento de dar la cara— Martín vio una escena "algo" chistosa de Juan y yo— miré a Juan Pablo Isaza— no hay de qué preocuparse, ¿Bueno?— dije caminando hacia el lugar en donde estaba Juan Pablo Isaza— solo le estaba dando un abrazo y al separarnos Martín abrió la puerta y nos asustó el ruido que provocó... No pasa nada en realidad— debía dejar en claro que pasó.

—Nos quedó claro que mi pequeño hermano hace parte del programa de televisión la Red Colombia— dijo Simón y todos reímos.

Debía de ir a mi apartamento a descansar, no quería incomodarlos más porque sentía que no les daba su espacio, aunque reímos toda la noche, debía irme.

—Chicos ha llegado la hora de mi partida— digo parándome del sofá despidiendo con la mano.

—Descansa Nath— su rostro se iluminó— ¡es mejor decirle Nath! Claro, ¿Qué piensan ustedes?— Nathalia Campos se veía muy feliz.

—Sería tu gemela colombiana, amor— dijo Simón refiriéndose a su novia.

—¡Si! Me encanta, ahora eres la Nath Colombiana— expresó Nathalia Campos abrazándome.

—Bueno, Nath lo siento por el desorden que "formé" hoy— Martín caminaba hacia mi apenado.

—No hiciste nada malo, no te preocupes— me abrazó fuertemente y se fue a su cuarto.

—Uno, dos y tres, ¡Adiós Nath, gracias por la pizza!— dijeron Juan Pablo Villamil y Susana al unísono.

Por último me faltaba despedirme de Juan, vi que está en el balcón del apartamento y decidí ir allá para despedirme.

—¡Hey! Ya debo irme— le dije pero no me presto atención.

Lo vi mirando hacia el horizonte, su rostro estaba tenso, sabía que algo no estaba bien y además no quería verlo así.

Decidí abrazarlo y para intentar "mejorar su noche" — eso no mejora nada— sé que lo hará —sabes que no— obviamente si.

Mi mente y mi corazón se pelearon.

—Lo siento, nos quedan pocos días aquí en Medellín y... Luego iremos a México y la gira estará tan pesada...— me miró y volvió a mirar el horizonte.

Por más que estuviera "mal" no debía darme el trato que me estaba ofreciendo, intenté hacerlo feliz por un instante pero no funcionó.

—Disfruta lo que puedas— le dije y dirigí a la puerta para salir.

Solo necesitaba dormir en mi cama; así, tranquilamente con mi pequeño gato. Al abrir la puerta Malta me recibió con un ronroneo tierno.

—Hola Malta, te daré algo de comer.

Fui a la cocina, saqué una lata de atún para gatos y se la di.

Note que mi amiga Verónica estaba en la casa, había llegado temprano y quería hablar con ella sobre lo que había sucedido hoy, pensé en decirle en otro momento porque me estaba sintiendo cansada.

Días después.

El día martes pasó rápido, en la tarde llegó un mensaje de Pedro por WhatsApp y este decía:

Mensaje de Pedro.

—Buenas tardes Nathalia.

Este será el cronograma del día de mañana MIÉRCOLES se cursará en las horas  10:00 AM a 7:00 PM, los sitios que van a visitar son:

Uno. Pueblito Paisa.
Dos. Parque explora.
Tres. Parques del Ríos.
Cuatro. El Museo de Arte Moderno de Medellín.
Cinco. El último tú lo puedes elegir.

Deberán usar una vestimenta cómoda, buena suerte para el día de mañana.

Decidí escribirle a Pedro.

Pedro, ¿Podré usar mi auto para dirigirnos a los sitios?

Espero que responda algo positivo.

Si, no hay problema, gracias por decirlo Nathalia, nos vemos en la noche, mucha suerte.

—¡Está bien, gracias Pedro!.

Mensaje recibido.

Decidí mostrarle a mi amiga.

—¡Vero, mirá esto!— le grité desde el sofá de la sala.

—A ver— ella toma mi teléfono para ver lo escrito—veo, veo... Interesante— a entregármelo dijo— ¿Sucede algo?— preguntó.

—Ayer al despedirme de Juan me dijo que estaba "triste" o algo así porque le queda muy poco tiempo aquí en Medellín— le comenté a mi amiga.

—Odio que seas tan lenta, Nathalia...— Verónica se dirigió a la puerta para abrirle a Daniel; ya que, había llegado del trabajo.

—¿Ahora qué pasó?— dijo Daniel confundido por nuestros rostros y dejó su bolso en el sofá.

No, solo no lo digas, ¡NO!

•••

¿Qué no puede decir?

Les quiere, Natalia.

DORADA | Juan Pablo Isaza P.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora