Capítulo 17

665 36 11
                                    

Mi corazón empezó a latir de una forma que desconocía, estaba segura que era él. Sí, Juan Pablo, podría escuchar su voz decir "no puedes dejarme ir tan fácil o no te dejaré ir" o algo así.

Corrí a abrir la puerta.

—Me gusta que me saludes con esa sonrisa— dijo abrazándome— gracias por hacerlo — se separó de mi y entró al apartamento.

Sentí una pequeña parte de mi romperse, ahora estaba más segura que Juan no sentía absolutamente nada, estaba decidida a olvidarlo y borrarlo de mi mente.

—Siempre en bueno verte, Dani— tú claramente no eres la razón de mi sonrisa— porque nunca estas aquí, cuéntame de tu día.

—Oye Nathy, ¿Crees qué no te conozco? Se qué esperabas a otra persona que obviamente no era yo... — hace una pausa y me mira— ¿Quieres hablar?— se acercó a mi y me abrazo.

Necesitaba aclarar mi mente, Daniel me conocía lo suficiente igualmente que Verónica, los dos siempre me han apoyado aunque le cuente todo a mi mejor amiga y no a él.

—Supongo que si,  siempre es bueno hablar contigo— lo abracé mucho más fuerte y recargué aun más mi cabeza en su pecho— hoy fue su último día en Medellín...

—¿Su último día?— preguntó confundido.

—Si, el último día de Juan Pablo... Y esperaba volverlo a ver cuando escuché que alguien tocó la puerta.

—Ay pequeña, pequeña Nathalia. Haber cómo te digo esto... Supongamos qué hay una balanza, en el lado derecho están sus labores como: sus trabajos y estudios, en el lado izquierdo está el afecto que se "demuestran" en uno al otro. Sabes que para los dos sus trabajos son más importantes por la situación económica, y el supuestos "afecto" es solo un estado del tiempo, tal vez para él sus labores están antes que el amor y por eso no volvió, "tal vez"... O puede que esté equivocado— miró su teléfono un segundo y volví a mi.

—¿Me intentas decir qué hubo un romance de verano? ¿Un romance de un solo día?

—Tal vez, no lo sé, pero lo que sí sé es que el destino te lo dirá y podrán verse una vez más— me mira con felicidad, me besa la frente y se va a descansar.

¿Será fácil olvidar a alguien en tan poco tiempo? Lo conocí hace solo unos días pero cambio totalmente mi rumbo.

Juan Pablo Isaza P.

Al despedirme de Nathalia sentí un gran vacío, justo lo que no quería volver a sentir por mi última ruptura.

—Papu, ¿Todo bien?— pregunta Martín mirándome con preocupación.

—Si estoy bien, ¿Ya organizaron el equipaje de mañana?

—Aún no termino, ¿Me ayudas?— habla Susana en voz alta desde su cuarto.

Recordé que Martín le pasó mi bolso a ella y fui hasta su cuarto.

—¿Cómo te fue?— se levantó de la cama, caminó a la puerta, la cerró y le puso seguro.

—Muy bien, les hubiera encantado ir con nosotros.

—Qué bueno que lo disfrutaste, ahora cuéntame, ¿Qué pasó cuando llegaron aquí? Porque escuché algo como "espero volverla a ver"— me mira fijamente.

Ella me dijo que nuestra conexión se debía terminar por el rumbo que tienen nuestras vidas y por eso le dije que me gustaría volver a ver después de un tiempo.

—Me ilusioné tanto con ustedes y terminan de esa forma— mira al techo y luego a mi.

—Lo sé, pero no te preocupes, mejor te ayudo con el equipaje porque está muy tarde.

—Sé que en algún momento se volver a hacer encontrar y será tú nuevo vicio— empezamos a reír por su comentario.

Lo que dijo Susana me hacía ilusión, al saber que ella fue la que tomó la decisión me hace pensar que estaría mejor con otra persona, es lo mejor para los dos poder seguir con nuestras vidas y solo recordar los buenos momentos que pasamos.

Tres años después.

Nathalia Martínez S.

El tiempo cambió, me gradué de la universidad y celebré mis grados con mi familia y amigos. Tuve la oportunidad de volver a vivir en España y no me arrepentí de hacerlo; además, el ambiente con mis roomies no era el más favorable para ese entonces. Problemas técnicos, le llamo yo. La historia de mi vida aun no termina, pensaba que todo estaría en calma al cambiarme de país pero fue totalmente lo contrario.

•••

Nota del autor: ¿Algún lector o lectora de España?

Les quiere, Natalia.

DORADA | Juan Pablo Isaza P.Место, где живут истории. Откройте их для себя