Capítulo 14

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Verónica había empezado a hablar con Daniel sobre mis amorios no tan amorosos.

—La señorita Nathalia es todo un personaje; es decir, su extraña mente no entiende que ese chico está triste...— dijo cerrando la puerta.

—¡Pero no lo entiendo! Tú no me entiendes a mi, ¿Qué carajos puedo hacer?— lo digo de la manera más molesta posible.

—¿NATHALIA MARTÍNEZ SABINA CÓMO PUTAS NO VAS A ENTENDER?— Verónica respira profundo— ¡Juan Pablo está triste porque no volverá a verte en mucho tiempo por su trabajo!— está furiosa y yo también.

Debíamos calmarnos para llegar no a mayores.

—Vero— ella me hizo caer en razón— tranquila, sabes que no soy buena para el amor y sus efectos secundarios— le digo intentando calmarla pero ella seguía furiosa.

—¡Cálmense! Yo solo digo...— Daniel interviene— Nathalia a ese chico le gustas y deja de ser tan ingenua porque al tipo ese sí se le ve el interés, Vero tranquila que aquí usted es psicóloga "entiéndala" y cálmese— caminó hasta su cuarto y dijo— voy a estudiar, por favor no se maten entre ustedes.

Verónica se disculpó por como había reaccionado y yo hice lo mismo.

—Nathy mañana será una gran día para ti— dijo Verónica al entrar a su cuarto y darme una gran sonrisa.

Al día siguiente.

Juan Pablo Isaza P.

Sonó la alarma de mi teléfono a las 8:15 AM, hoy saldría con Nathalia. Estaba triste porque el día de mañana nos iremos a México. Mi mente solía pensar en cosas "simples" antes de llegar a Medellín, pero ahora ha cambiado el rumbo de mis pensamiento. Sin embargo, debía pensar en Pedro, en los chicos, ¡En la banda!

Hice todo los más rápido posible, me vestí con una camisa, jean negro, zapatos cómodos y una chaqueta de jean; decidí llevar un bolso con mis gafas de sol, una gorra y mis documentos personales. Estaba listo para este gran día.

Nathalia Martínez S.

¡Demonios! Al mirar el reloj en la pared vi que eran la 9:10 AM, no tenía tiempo y debía correr. Me organice rápidamente con una camisa blanca, jean azul y unos zapatos cómodos; debía estar lista y preparar mi bolso con una cámara y su batería, una gorra, mi cartera, llaves de mi auto, gafas de sol, mi teléfono y una buena playlist para escuchar en el camino. Guardé absolutamente todo y me dirigí a la puerta.

Le deje comida a Malta, salí de mi apartamento, cerré con seguro y me dirigí al apartamento de Juan, pero él ya estaba afuera esperando.

—Buenos días Juan, ¿Estás listo?— pregunté.

—Será un día divertido— saludó.

Caminamos hasta el ascensor y bajamos al piso diez, entramos a mi auto y a él solo se le ocurrió decir algo que me pareció "estúpido".

—No sabia que tienes un Jeep...

Mi expresión facial le dijo que ese comentario había caído muy bajo y no era lo suficientemente gracioso para hacerme reír.

No sabía porque estaba molesta, solo sé que él estaba dando de su parte para que esto no fuera incómodo y yo solo lo empeoraba, agradecí por llegar a tiempo al primer sitio El Pueblito Paisa.

—¿Puedes poner algo de música?— le dije mientras conducía.

—Si claro, ¿Puedo conectarme al auto?.

—El código es veinticinco, cero cinco — le dije despacio para que escribirá bien el código.

—Gracias, pondré algo aleatorio, lo siento si empiezas a escuchar algo inusual...— dijo mirando por la ventana del auto.

Empezó a soñar Get You de Daniel Cesar:

Through drought and famine, natural disasters
My baby has been around for me
Kingdoms have fallen, angels be calling
None of that could ever make me leave
Every time I look into your eyes I see it
You're all I need
Every time I get a bit inside I feel it...

—No sabía que te gustaba esa canción— le dije y paré en el semáforo en rojo.

Giré mi rostro en su dirección.

—Esta canción me la recomiendo Martín, es un buen tema, ¿No?— habló mirando mis ojos.

—Si, me gustaba demasiado, pero tristemente deje de escucharla...

Llegamos al primer sitio y decidimos desayunar, la tensión no se sentía por ningún lado, había vuelto ese "feeling" a nosotros.

—Oye, voy a tomar algunas fotos, ¿Está bien?— hablé avisando.

—Si, sí. Yo seré tu modelo el día de hoy— dijo posando de manera ruda pero se veía completamente tierno.

Pensaba en su forma de ser, cómo se expresaba cuando estaba conmigo y puedo decir que es un chico completamente admirable. Lo digo porque es gracioso, amable, trabajador y ama Star Wars.

Él me estaba volviendo loca por su maravilloso encanto y acento, entrando en el primer sitio le tomé varías fotos al desayunar, después de terminar nos dirigimos al segundo sitio El Parque Explora y tristemente estaba cerrado.

—¿Ahora que hacemos?— preguntó quitándose la gorra y poniéndosela en la cara.

—No sé, creo que debemos de hablarle a Pedro, ¿No?— le pregunté.

—No le digas nada, solo descansemos un rato— se acomodó en su asiento.

—No me digas que está cansado Juan Pablo, no hemos hecho nada extremo— solo iniciamos el día juntos y ya estaba cansado.

Había un gran silencio, aunque la música estaba ahí, me giré para verlo y me di cuenta que estaba dormido al moverle un poco la gorra. Hacía un poco de frío así que tomé un hoodie de lana que estaba en los asientos de atrás y se lo puse encima como una manta.

Juan Pablo Isaza P.

Sentí algo suave encima de mi piel, al abrir mis ojos noté qué Nathalia me está poniendo un hoodie, solo pensaba en su rostro cerca del mío.

—Gracias Nathalia, discúlpame por mi comportamiento indiferente de ayer. No estaba en mi mejor momento del día— ¿Será qué notó esa pequeña mentira?

No cabe duda que estaba mal por ella, tampoco debía de desquitarme con ella.

—No hay problema, aunque no seamos cercanos puedes contar con mi apoyo para lo que necesites— dijo acercándose a mi para colocar su cabeza en mi hombro.

¿Soy una mala persona por el trato que le di hace unos días?

•••

Nota del autor: Solo diré que me encantó escribir esta parte.

Les quiere, Natalia.

DORADA | Juan Pablo Isaza P.Where stories live. Discover now