Capítulo 11

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Oficina del Hokage

El silencio era sepulcral, pero ¿por qué querían hacer eso? No, ella no estaba de acuerdo bajo ningún sentido y, además, ella era muy joven, demasiado joven para hacer lo que ellos decía. ¡Por Dios! Solo tenía 17 años, aunque para ser exactos dentro de poco cumpliría 18. Dos semanas a lo mucho.

          No, ella no lo haría, no contraería matrimonio para su protección por mucho que le dijeran los motivos y razones no podía aceptar tan a la ligera. Siempre había vivido encerrada, cumpliendo las órdenes de sus captores.

          Tal parecía que había cambiado de captores, pero tendría que ser justa: ellos eran amables o eso aparentaban.

          —Sakura —habló el Hokage, quien se había identificado como el líder de la aldea—, bajó las circunstancias de este embrollo lo mejor es que aceptes nuestra ayuda. Al ser parte de la aldea por matrimonio podríamos protegerte.

          —Podrían dejarme ir, eso sería otra forma de protegerme.

          Los presenten intercambiaron miradas, su idea no sería ni siquiera tomada en cuenta y Sakura lo sabía. Sobre todo cuando Fugaku, el padre de Sasuke, frunció el ceño; ella había creado un vínculo que no los podría separar por el momento, puesto Sasuke volvería a ser un infante y, eso, era inadmisible en todo sentido para él y para su familia.

          Además, algo le decía que le ocultaban cosas.

          —Imposible. ¿Cuánto tardaría los hombres de Orochimaru en capturarte? Incluso Kabuto, no, eso no será posible.

          Las duras palabras de Fugaku sin duda eran verdad; una verdad que dolía, puesto que ella no estaba preparada para estar sola.

          —Sakura —dijo su nombre como un susurro, suficiente audible para llamar su atención—. Lo entiendes, ¿verdad? Además, tú estarías bajo la sombra de mi clan y te prometo que yo te cuidaría.

          La pelirrosa abrió los ojos, ya que no podría creer en sus palabras, puesto que apenas se acababan de conocer, además su actitud había cambiado.

          —No tienes que mentir, Sasuke. Sé que sus motivos son otros —dijo mirándolos directamente a los ojos—. Realmente les agradecería que fueran sinceros.

          La tensión en la oficina del Hokage se remarcó, pues las declaraciones de Sakura todas eran ciertas, incluso sabía que había más en todo esto, primero el tema de Sasuke, luego estaba el hecho que querían saber qué sucedió con Lady Tsunade y sería imposible olvidar el hecho del motivo de su mote.

          — Queremos protegerte, aunque hay motivos que no podemos dejar de lado, nos entiendes, ¿verdad?

          —Es comprensible, pero no olviden que yo también soy un peligro, por lo que soy y represento, ustedes lo saben.

          —Eso también es cierto y lo sabemos muy bien, sin embargo estamos dispuestos a correr el riego, por ti y todos los que buscamos la paz.

          —Tampoco podemos dejar de lado que tú nos ayudaste y que salvaste la vida de mi hijo, no obstante, eres parte de la aldea, el hecho que tu fueras alumna de Lady Tsunade es otro motivo más para no dejarte sola.

          —Lo que no entiendo es porqué debo de casarme. Yo podría quedarme en su aldea bajo su protección si es lo es lo que quieren realmente.

          —No es tan sencillo, Sakura.

          —Fugaku tiene razón. Hay acuerdo, reglas; los cuales no podemos incumplir.

Sakura, la Hiel-RosaWhere stories live. Discover now