Capítulo 10

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Imagen: Rey Atlas-Lynos

Narra WhiteTail

Jamás había visto un león tan grande en mi vida. Se que los leones son grandes, pero ese que está sentado en la silla es mucho más grande que un león promedio.

Ese león debe al menos ser medir unos 2 metros de altura y solo está sentando. No quiero ni imaginar como será si se levanta en cuatro patas...

—Alteza, creo que será mejor matarla de una vez. Su presencia incomoda a todos en esta sala—dice un... Fauno? Es extraño.

—No, aún no, primero quiero saber qué hacen aquí. Humana, no deberían estar. Cuando los tuyos vienen a la isla, son inmediatamente ejecutados. ¿Por qué no debería ejecutarte en este momento?—pregunta el imponente León.

Acto seguido, se levanta del trono y se dirige hacia las escaleras. Retrocedo unos pasos y quedo sorprendida ante el tamaño del león. Juro que el león puede estar midiendo más de dos metros de altura o al menos eso porque es enorme, mucho más grande que Flash y yo.

Sacude su melena y deja ver un par de alas a sus costados, igual de grandes que el. Cuerpo entero de león pero con alas que se asemejan a las de un águila. Parece sacado de una novela de ficción.

—Bien, así que no quieres hablar...—se acerca el imponente león hacia nosotros.

Yo retrocedo unos pasos y veo un saco parecido al mio retórciendose: era Flash.

No desvío la mirada del león y me agacho para desatar el saco lo más rápido posible. Flash susurra un gracias y suelta un chillido irritante cuando ve al león que se aproxima.

Ambos nos ponemos de pie y nos giramos hacia la puerta de la sala; pero dos de esos monstruos verdes nos impidieron el paso.

Sin percatarnos, ya estábamos siendo rodeados por diferentes animales y humanos. Todos estos portaban enormes lanzas y escudos que generaban presión contra nosotros para mantenernos en el centro de la sala.

Escucho un rugido muy grave y abrazo a Flash. El león se nos estaba acercando y afilaba sus garras contra el suelo. Estoy aterrada, terriblemente aterrada. Yo no quiero morir siendo devorada viva por un león, era lo menos que me esperaba como forma de muerte.

Mis manos empiezan a enfriarse y congelan una parte de la camisa roja de Flash.

¡Mis manos! ¿Cómo se me había olvidado?

—Atrás, todos. Puedo matarlos con sólo mover mi mano. Eso te incluye, león. No te nos acerques. Dejanos en paz y prometo no matarte—dije poniendo mi mano frente a mi.

Todos en la sala soltaron carcajadas, incluyendo al león. Este como último acto, lame su boca y suelta un rugido potente. Este salta y abre sus alas. En cuestión de segundos, me pongo frente a Flash y libero una gran ráfaga de nieve que se solidifica en hielo sobre el león: causando que este caiga.

Parte del hielo cubrió su pecho pero lo restante se quebró con el impacto con el suelo. Los presentes, incluso Flash, estaban sorprendidos por tal acto.

Mi respiración es agitada y en mis manos salía humo frío. Las miré y luego miré como me veían todos aterrados.

De repente, ocurre algo extraordinario: mi hielo sobre el pecho del león se estaba desvaneciendo y este pudo ponerse en sus cuatro patas de nuevo. Se ríe lentamente y por último suelta una gran carcajada que retumba por toda la sala.

Me pongo en posición de ataque por segunda vez y el león cambia su expresión a una más calmada.

—No veía que alguien hiciera eso desde hace muchísimo tiempo, humana—dice el león—Aunque, ya no se si considerarte una humana después de tremendo espectáculo.

El león comienza a sufrir cambios: su melena blanca melena y pelaje blanco desaparecen poco a poco. Sus patas también pierden forma y pelaje, seguido del resto del cuerpo que se va deformando.

Finalmente, se puede ver como este león adopta una forma humana con ropas y calzado, sin ninguna señal de pelaje ni gran melena, con excepción de su cabello.

Mi boca nunca se había abierto de la forma en la que está ahora. Ni hablar de Flash. El está sorprendido al igual que yo pero ha entrado en una especie de shock.

—Flash, dime que no estoy alusinando—susurro.

—No lo estas, extraña. Viste mi verdadera forma y ahora estás viendo mi forma secundaria. Es extraño que una humana nacida fuera de la isla pueda tener poderes de hielo. ¿Quién eres? —dice el... ¿Rey?

—Mi madre me envió hasta acá para que pueda aprender a controlar estos poderes. Mi compañero—señalo a Flash y el se posiciona a mi lado sin dejar la expresión de shock—también tuvo un padre y posiblemente una madre que nacieron en este lugar. Por eso pudimos pasar la barrera sin problemas. El al igual que yo tiene poderes pero los suyos aún no los tengo muy claro.

El rey escucha atento a lo que digo y dirige su mirada a Flash.

—¿Es eso verdad, humano?—pregunta.

—S-si, nunca llegué a conocer a mi padre biológico. Fui criado por padres adoptivos. Ellos nunca me ocultaron la verdad acerca de mi origen. Es muy probable que yo si haya nacido aquí ya que mi padre me llevó con mis padres adoptivos cuando era tan solo un bebé. Lo único que se de el es que fue mano derecha de un rey y huyó por una guerra conmigo en brazos—dice Flash tartamudeando.

El rey duda ante la historia de Flash y su autenticidad y se regresa al trono. Se sienta y tiene una expresión de duda. Extiende su mano izquierda y una espada azul brillante se materializa en su mano.
—¿Tus padres quienes fueron? Bueno, los de ambos—pregunta el rey.

—Como dije, mi padre fue mano derecha del antiguo rey, a mi madre no la conocí.  La madre de ella—me señala—nació aquí y escapó con un humano de la isla. No sin antes renunciar a sus poderes. Ella si nació fuera de la isla—dice Flash.

—El nombre de tu madre, dilo—el rey se dirije a mi.

—Amanda Hills...

El rey se queda pensativo por un momento y nos mira fijamente.

Luego, el baja con la espada en mano y se dirige a nosotros.

—Arrodíllense—dice. Nosotros inmediatamente nos arrodillamos y bajamos la mirada.

Su espada toca mis dos hombros: está fría. Levanto la mirada y hace lo mismo con Flash.

—Levántense. Quedan absueltos de la ejecución que les esperaba. Deberán demostrar que son descendientes de Kairianos, de lo contrario, cortaré sus cabezas con esta misma espada. Para ello, tendremos una reunión en la tarde y me dirán todo lo que saben acerca de la isla y más a fondo sobre quienes son sus padres. Así procederemos a hacerles una prueba de ADN Kairiana para saber si tienen sangre de esta isla y otra prueba de parentesco para comprobar que son hijos de quienes dicen ser—se aleja de nosotros y nos podemos de pie—Por ahora, mi mano derecha los guiará a las habitaciones de invitados para que puedan refrescarse y usar ropa adecuada.

La gran puerta del salón se abre y nos giramos para ver quién ha entrado. Un chico con cuernos, piel gris y rayas azules en su cara entra a la sala. Este humanoide aparenta tener la misma altura que Flash y deja en evidencia unos colmillos que sobresalen de la parte inferior de su boca. Esta muy bien vestido, con traje formal negro y unas hombreras azules con detalles dorados. Su cabello largo perfectamente peinado hacia atrás es negro, a la altura de la nuca.

—Mi rey, disculpe la tardanza. Estuve con los recién llegados para darle instrucciones y mantenerlos al día—llega y se posiciona al frente de nosotros y hace una reverencia con su mano en el pecho.

—Lleva a estos dos a las habitaciones de invitados y asegúrate de conseguirles buenas ropas para vestir. Más tarde entremos una reunión y quiero que estés presente. A la chica aún no la lleves al Harem, después de las pruebas de ADN y analizar los resultados, determinaremos si puede o no ir al Harem—dice el rey con una pequeña sonrisa.

—Como guste, mi lord—el chico se gira y hace un ademán indicándonos que lo sigamos.

Cuando estábamos cerca de la salida, la voz del rey nos interrumpe.

—No les he dado la bienvenida a la isla. Bienvenidos sean, misteriosos viajeros, a la isla Kairos. Disfruten su estadía y ruegen por ser Kairianos.

Fuera De Vista (#2 libro de la saga Sight)Where stories live. Discover now