El plan de Oyuki: un reencuentro de cuerpos

237 23 5
                                    

CONTIENE LEMON, ES DECIR ESCENAS EXPLÍCITAS DE RELACIONES SEXUALES. POR FAVOR, TENGAN DISCRECIÓN, SI EN ALGÚN MOMENTO OFENDO A ALGUIEN DARÉ DE BAJA EL CAPÍTULO. NO SE RECOMIENDAN MENORES DE EDAD O PERSONAS SUSCEPTIBLES. GRACIAS

.

.

.

.

.

.

.

.

Soñaba los labios, los abrazos, las palabras de amor que había escuchado la noche anterior, .aunque hay algo que ella no podía recordar muy bien.

-Eres mía, mía y de nadie más...

Uff! Pensar en ello, hasta en sueños, la hacía temblar de ansiedad y nervios, pero hay algo, después de esas palabras ¿qué paso? Sin embargo no podía recordarlo...

¡Ah si! Comenzó a comer pasteles de chocolate y fresa, de ese estilo que Kagome-nee-chan sabía hacer, esa receta extraña que había traído de su época pero que era una de las delicias más exquisitas en todo el planeta, pero... eso no concuerda con lo que mencioné antes, esa sagacidad, ese deseo en su voz y sus ojos extasiados de los más viles pensamientos carnales.

Hay algo aquí que no cuadra.

De repente la luz del sol casi de la deja ciega de golpe, hasta dejó salir un pequeño grito de fastidio.

-¡Pequeña Rin, arriba! ¡La señorita Kagome la espera en la entrada principal se va a despedir! ¿no es así?

¡Cierto! La sacerdotisa ya estaba a punto de irse. Rin se levantó como un rayo y se puso lo que Oyuki le tenía preparado, un sencillo hakama color rosado. Con la sonrisa de Oyuki detrás de ella salió disparada, comenzó a bajar los escalones a gran velocidad, cuando iba bajando el primer piso casi atropella al pobre Jaken.

-¡Niña atolondrada, fíjate por donde vas!

Rin no hizo caso a esto, sin embargo le parecían eternas las escaleras, se asomó por el barandal del pasillo que daba vista a todo el palacio y vio abajo a Ryuji y Kagome platicando mientras el chico dragón ponía el equipaje sobre Ah-Un. La niña volvió su mirada hacía las escaleras y bufó cansada, en eso apoyó sus pies sobre el barandal.

-¡¿Pero qué piensas hacer?! ¡Te vas a matar! ¡Sesshomaru-sama me va a matar!.-Decía Jaken moviendo las manos de un lado para otro mientras veía la escena extraña.

En eso ella saltó y rápidamente sus alas salieron a flote, fue extraña la mueca que hizo el gran demonio de cabellos plateados que la observaba desde las escaleras detrás de Jaken.

-Esta niña, me va a dar un paro por su culpa.-Se dio la vuelta cuando se encontró con la fría mirada de su señor.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-. -.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

-¡Kagome-nee-chan!.-Gritó Rin volando en picada.

-¡Rin-chan! ¡Ten cuidado!.-Exclamó Kagome cuando se llevaba ambas manos a los costados de su rostro. Pero con una gran maniobra la chica de cabellos negros casi en el último segundo descendió delicadamente.

-Discúlpame por hacerte esperar.-Dijo ella sonriente.

-Veo que te has levantado de muy buen humor.-Le dijo la chica mayor.

-Si, pero a la vez es bastante triste. Me duele que te vayas ya.-En ese instante hizo una mueca de tristeza y caminó hacía ella para abrazarla.

-No te preocupes, si yo no puedo visitarte, sé que tu lo harás ¿cierto?.-Contestó Kagome mientras la tomaba de los hombros y le sonreía.

Estaciones de una vidaWhere stories live. Discover now