No hasta que yo lo diga.

76.1K 4.3K 718
                                    

#Mía

Nunca había sentido el sexo de esta manera antes de conocer a Marcos, ni siquiera sabía que era multiorgásmica. Él sabía perfectamente cómo y dónde tenía que tocar, sabía perfectamente cuáles eran las partes débiles de mi cuerpo al igual que sabía excitarme solo con oír sus dominantes palabras.

-Dime lo que quieres nena, dímelo y te lo daré- me dice a punto de introducirse en mí. El muy descarado no va a moverse un solo centímetro hasta que oigas lo que quiere.

-Tócame Marcos- él se introduce poco a poco en mí.

- Estás tan preparada para mí... tan lista para recibirme.

-Marcos... ahhh- sollozo cuando comienza a moverse dentro de mí.

-Dios nena, te follaría todos los días de mi vida. Te amarraría al cabecero de mi cama para tenerte lista a todas horas, esperando para recibirme, totalmente mojada para mí.

Yo suspiro mientras que él acelera los movimientos. Estoy tan caliente que escuchar sus palabras solo ha conseguido aumentar mis ganas de él. Me mira a los ojos mientras me penetra y me agarra del cuello para evitar que dirija mi cabeza a cualquier otra parte que no sea él.

-Mi amor- susurro mientras me muerdo el labio, sé que eso le vuelve loco. Él gruñe ante mis palabras y aumenta su fuerza en cada movimiento, nuestras caderas chocan, mis pechos se aprietan contra su torso cada vez que arremete su cuerpo hasta mí mientras que siguen saliendo las palabras obscenas de su boca.

-Mírame Mía, mírame mientras entró en ti- puedo ver en sus ojos el deseo. Está borracho de pasión, sus preciosos ojos verdes están ahora oscuros por el deseo. Y no es para menos porque mientras nosotros follamos como posesos nuestros amigos están al otro lado de la pared, y eso realmente me pone. Pero no más que a Marcos, estoy al cien por ciento segura de que su ego ahora mismo está por las nubes mientras que se encarga de hacerle saber a todos sus amigos que disfruta conmigo, que me hace disfrutar.

-Marcos yo...

-Lo sé nena, lo sé. Sé cuándo vas a tener un orgasmo incluso sin tener que tocarte- a medida que salen las palabras de su boca va disminuyendo el ritmo y eso hace que me frustre. Necesito que siga tocándome, necesito que siga poseyéndome.

-Marcos no-le digo mientras intento rozar mis partes con las suyas en un estúpido intento por volver a tenerle dentro de mí.

-Shh nena, relájate. La espera va a merecer la pena.

-No estoy de acuerdo- Él se ríe y yo empiezo a cabrearme. Si en algún momento se le ocurre dejarme así lo mataré.

- Deja de estar tan tensa nena, no creas que te voy a dejar a sí. Ni siquiera puedo estar un minuto apartado de ti, tu cuerpo me reclama y no tengo fuerza para resistirme- observo desde mi posición como se reincorpora para contemplarme de arriba a abajo, como si fuera una obra de arte.

-Deja de mirarme como si fuese un tesoro y fóllame ya Marcos o te juro que me voy a enfadar hoy.

- ¿Desde cuándo me hablas así nena? - me dice con sus labios sobre los míos mientras tira de mi pelo hacia atrás- voy a hacer algo que te va a gustar mucho más gatita.

-Umm- Respondo mientras siento como sus labios van dejándome una cadena de besos a medida que va bajando por mi cuerpo. Cuando me besa el vientre me da un escalofrío. Dios mío, estoy ya deseosa de que llegue ya ahí.

-Eres tan exquisita cielo. - Agarra mis pechos con una mano y comienza a masajearlos mientras me besa por la parte interior de mis muslos, por las inglés, por mi cadera...

- ¡Marcos!- le reprochó mientras que él sigue torturándome, por lo que decido cogerle del pelo con mis manos y moverle la cabeza para que haga lo que quiero ya.

-Ah, ah. No te portes mal gatita, o tendré qué castigarte. - Me da una palmada sobre mis partes y algo se enciende aún más en mí. Nunca nadie me había hecho nada así.

-Dios.

- ¿Te gusta nena? ¿Esto te gusta? - me dice Marcos mientras vuelve a darme otra palmada. Me estremezco. Joder que gusto.

-Más...Marcos, más.

-Claro que te voy a dar más nena, claro que te voy a dar más- dice con voz ronca.

De repente coge mis muslos con fuerza y los acerca hasta él. Su boca se hunde en mi interior en cuestión de segundos y yo pongo los ojos en blanco mientras me dejo hacer.
Me encantaba sentir sus manos acariciándome, su boca rodeándome, su lengua dentro de mí...

-Ahh, Marcos... que bueno, Dios- le digo mientras me muerdo el labio para no chillar y me agarro con fuerza las tetas. Él introduce un dedo en mí, luego otro, y alterna los movimientos de sus manos con la lengua.

-Eres tan suave- me dice mientras se reincorpora- tu cuerpo se entrega tan fácilmente a mí.

-Marcos, ¿qué ha- No puedo terminar la pregunta porque me deja sin respiración al introducirse en mí. Así, sin previo aviso. Eso no hace más que ponerme aún más cachonda.

-No te preocupes cielo, me voy a encargar de ti- me dice mientras que me penetra con fuerza. Ambos estamos tan excitados que no sabría decir quién está más deseoso del otro.

- ¡Más rápido Marcos! ¡Más rápido! Estoy apunto.

-No te preocupes gatita, te voy a dar el mejor orgasmo de tu vida.

Se lanza a mis labios y a mi cuello como una fiera, nuestras caderas chocan con furor. Siento como mi estómago se contrae... mi respiración cada vez se vuelve más entrecortada. Estoy a punto de llegar.

-Marcos, estoy a punto... estoy a punto de llegar- me agarra del cuello mientras me mueve las caderas a un ritmo desenfrenado.

-No hasta que yo te diga cielo.

- ¡Marcos! ¡Por favor!

-No, hasta que yo lo diga- su tono dominante hace que me cueste aún más controlarme.

- Creo, creo que no voy a poder aguant- me interrumpe.

-Córrete. Córrete para mí nena- y me dejo llevar con sus palabras llegando a uno de los orgasmos más intensos que he tenido.

-Dios mío- es lo único que soy capaz de decir.

- ¿Estás bien? - me dice acariciándome el pelo mientras me mira fijamente.

- Sí.

-Genial nena, porque esto no ha hecho más que comenzar- me dice mirándome los labios. Tiene razón, acaba de darme un orgasmo impresionante... ahora me toca a mí.

ERES MÍA, PRECIOSA. (I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora