Estás hecha para mí.

76.6K 4.3K 584
                                    

#Mía

- Gracias tío.

-De nada. Creo que ha sido un día bastante intenso, deberías de irte ya a tu habitación con tu novia Emett- Esa era la voz de... ¿Marcos? Abro un ojo mientras que me doy cuenta de que estoy en el sofá de su salón, me he quedado dormida.

- Sí, tú deberías de hacer lo mismo. Parece que tu chica se ha despertado- yo me froto un ojo mientras me reincorporo. Marcos se gira y se queda estático en el sitio sin parar de mirar todos mis movimientos.

-Adiós Emett- son las únicas palabras que salen de su boca. Sé que el ánimo no está para muchas risas, pero no puedo evitar reírme ante la situación, cualquiera pensaría que era una estatua. ¿Qué le pasa?

-Marcos... ¿Qué te pasa?

Él no se mueve, tampoco dice una palabra. Lo único que ilumina el salón es la luz tenue de una lámpara que hay pegada a la pared y la claridad que entra por la ventana a causa de la luna.
Marcos se acerca hacia mí, me agarra de la muñeca y me levanta del sofá pegándome a él. No dirá ni una palabra, pero su instinto posesivo va por delante de él. Y a mí me encanta.

-De verdad estás pillada por mí- me acaricia la cara- enamorada de mí.

Asiento sin dejar de mirarle porque estoy tan absorta en él y todo lo que le rodea, que el hecho de tenerle tan cerca de mí me supone ser incapaz de prestarle atención a cualquier otra cosa que no sea eso.

-Creía que ya lo sabías- le digo cuando por fin consigo hablar. Sus ojos y los míos no paran de batallar, a ver cuáles demuestran más.

-Lo sé. Solo quería asegurarme- ya está ahí de nuevo su chulería.

- ¿Asegurarte?

-No tenía pensado decirte esto, pero después de esta noche me ha quedado aún más claro nuestro futuro.

-Futuro- es lo único que sale de mi boca.

-Si nena, tú vas a ser la mujer con quien pase el resto de mi vida. Algún día serás mi mujer- él corazón me da un vuelco solo de escuchar sus palabras. Le quiero tanto que duele.

- ¿Es está tu manera de pedirme matrimonio? - le digo risueña.

-Puedes tomarlo como un compromiso, sí. No ahora ni dentro de un año.

-Es una propuesta a largo plazo- No le estoy preguntando, pero su respuesta no hace más que reafirmar mis palabras.

-Te digo Mía, que tú y yo vamos a estar juntos para siempre. Que me tienes loco por ti. Y que hoy te digo esto como señal para que en el momento en el que tú quieras nos casemos, que cuando estés preparada sea ahora a tus dieciocho años o cuando tengas treinta. Tú ya eres mía para siempre. Y estaré dispuesto a llevarme por delante a cualquiera que se ponga en nuestro camino.

-Te amo.

Es la primera vez que alguno de los dos lo decimos y no me importa lo más mínimo haber sido yo la que haya dado el paso. Realmente lo amo y sé que él siente lo mismo por mí en el mismo momento en el que sin responderme con palabras, me coge en brazos y me hace rodear con mis piernas su cintura para llevarme hasta su habitación.
No encendemos la luz de la habitación ni apagamos la del salón, no somos capaces de separar nuestros manos el uno del otro. Mi mente está nublada por el placer.

-Marcos- susurro mientras me quita la ropa en cuestión de segundos.

-Dilo nena, quiero volver a escucharlo- me dice al oído mientras frota sus partes sobre las mías. Yo aún tengo mis braguitas, lo que hace mucho más excitante el roce de su vaquero presionando en mí.

-Te amo Marcos.

Él gruñe como respuesta y vuelve a estampar su boca sobre la mía con una fuerza desgarradora mientras pone una mano alrededor de mi cuello y sé restriega sobre mí. Estoy tan mojada que junto mis piernas inconscientemente en un estúpido fracaso por darme placer, ya que Marcos tiene su otra mano sujetando las mías sobre mi cabeza.

-Me vuelves loco joder, me vuelves loco- baja su mano desde mi cuello a mis pechos y comienza a masajearlos, mis pezones responden inmediatamente ante su tacto. Mi cuerpo lo reclama sin control por lo que alzo mis caderas para rozarme contra él.

-Ahh- noto lo duro que está y mi cuerpo se estremece.

-Estás hecha para mí, creada para mí- me succiona un pezón- tus tetas, están hechas a la medida de mis manos.

-Marcos-gimo. Por primera vez en mi vida siento que estoy mucho más que preparada y ni siquiera me ha tocado más allá de los pechos.

-Si nena, no te voy a tocar nada más que tú boca, -me besa con fuerza- tu cuello, - deja una cadena de besos por mi cuello, él sabe que es mi punto débil- y tus tetas, solo tus tetas nena.

-Marcos más, más fuerte... ahh- Marcos acelera su movimiento de caderas al frotar sus partes sobre mí, sus manos tocan con una experiencia experta Mía pezones haciéndome temblar... estoy a punto.

-Vamos nena, demuéstrame de lo que eres capaz.

Tras decirme eso Marcos se presiona su lengua sobre mi cuerpo con efusividad. Sus movimientos de cadera no cesan, sus palabras no hacen más que aumentar mi calentura y su boca recorriendo mis pechos me hacen llegar al orgasmo.

-Umm... ¡Marcos! - le agarro del pelo mientras me corro, sé que eso le pone. Él no deja de presionar su polla sobre mi coño, que tras haber tenido el orgasmo sigue deseoso de más.

- Eres increíble, es la primera vez que una tía se corre conmigo sin pasar más allá de los pechos- yo me ruborizo- Joder, no pongas esa cara. Tu inocencia no hace más que aumentar mis ganas de follarte.

-Pues hazlo Marcos, fóllame. Demuéstrame que me deseas. Toda la noche.

ERES MÍA, PRECIOSA. (I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora