Más le vale.

82.4K 4.6K 345
                                    


#Marcos

En cuanto nos metemos en el coche suspiro, es sábado y se nos ha hecho tarde así que espero que no pillemos mucho tráfico. Me sorprende lo bien que ha congeniado Mía con mi familia excepto por el idiota de mi padre, pero no me extraña, creo que no se soporta ni a sí mismo.
A medida que salimos de casa de mis padres comienzo a pensar en las carreras, hoy es sábado y los sábados son noches de carreras en la "L". Antes de conocer a Mía, los sábados eran para beber, ganar dinero y follar... era todo lo que hacíamos, ganar dinero y más dinero para llegar a las habitaciones al día siguientes tan borrachos como podíamos. Las mejores juergas me las he pillado siempre con Ryan, la última vez que nos pasamos bebiendo juntos perdimos las llaves del lambo que le había ganado esa noche a un pijo de la universidad... tuvimos que andar más de cinco horas hasta llegar al campus, por suerte seguíamos teniendo litronas de cerveza para el camino.

- Polo, si es una broma no me va hacer ninguna gracia que juegues así con mis sentimientos. - ¿Qué? ¿Quién coño es Polo? ¿De qué está hablando Mía? - Claro que sí. ¡Te haré un tour turístico por la ciudad! - veo a mi novia reírse por lo que sea que le haya contestado ese tal Polo a través del móvil. Aprieto el volante con mis manos, no voy a perder la concentración en la carretera por una estúpida llamada- ¡Claro qué saldremos de fiesta! - ella vuelve a reírse y a mí me duele la mandíbula de apretarla. ¿Quién cojones es ese tipo? - Yo también lo pienso. Nos lo vamos a pasar en grande, estoy deseando verte- ¿Será su ex? - Adiós, yo también te quiero. - De repente se me va el volante.

- ¡Marcos cuidado! - Enderezó el coche mientras un conductor pasa por mi lado gritándome cosas, pero mi mente está nublada.

- ¿Con quién estabas hablando? - suspiro mientras vuelvo mi concentración al volante. Es una idea absurda porque confío en ella más que en mí mismo, pero no confío en los tíos que se le acercan. Que no son pocos.

-Con... con mi amigo Polo. ¿Estás bien Marcos? -la miro, su pecho sube y baja con rapidez- Por un momento he pensado que nos íbamos a estrellar.

-Estoy bien, cálmate. Te dije que conmigo no te iba a pasar nada y no ha pasado- sin ni siquiera pretenderlo estoy realmente de mal humor.

-Casi... morimos, Marcos. Casi, morimos. - su manera de contestarme no hace más que ponerme nervioso.

-No me vuelvas a contestar así Mía. ¿Quién narices es ese tipo?

-Ya te he dicho que es mi amigo, Marcos. Es mi mejor amigo de toda la vida.

- Ya. -Suspiro- ¿Por qué no sabía que ese tipo existía? ¿Desde cuándo le dices te quiero a tus amigos? - Ella se empieza a reír. Lo que faltaba. Qué Dios me diga en que la he cagado ahora.

- Polo es mi mejor amigo desde que me acuerdo cielo. Mis padres y los suyos son íntimos amigos y por eso hemos pasado mucho tiempo juntos durante toda nuestra vida.

-Nena, eso no ayuda- ella me mira conducir mientras me sonríe con dulzura. Nunca voy a entender el porqué de sus miradas, yo no soy dulce ni nada por el estilo.

-Cielo, Polo es gay. - Venga ya. ¿Es que el destino pretende hacerme quedar como un idiota siempre ante ella? - Lo ha sido toda su vida. A medida que mis padres decidían que teníamos que mudarnos, Polo siempre estaba ahí. Su padre y el mío son como hermanos. Cuando cumplí los doce y di mi primer beso se enfadó conmigo porque él llevaba años collado por el chico que me besó.

-Perdóname, me ciegan los celos cuando se trata de ti. - Ella asiente.

-No que va, ya verás cómo me voy a poner yo cuando Polo te conozca. Eres su prototipo totalmente. - Me mantengo tenso. No será el primer tío que vaya tras de mí, pero desde luego que a este no le voy a poder decir dos cosas a la cara. Mía me mataría.

- No te preocupes por eso. No tengo el más mínimo interés.

-Lo sé cielo, créeme que lo sé. Y me alegra que hayamos hablado de esto porque va a venir el fin de semana que viene para pasarlo conmigo... bueno, con nosotros.

- ¿Qué? ¿Y dónde se va a quedar? - Ni de coña con ella.

-Pues en mi habitación, donde más si no. La cama es lo suficientemente grande para los dos, no le voy hacer quedarse solo en un hotel por mucho que pueda permitírselo. Es como mi hermano.

- Que sea gay no significa que no tenga polla Mía, sabes perfectamente lo que le supone a un tío estar contigo en pijama- me arde la sangre de solo pensar en cualquier otro hombre durmiendo con ella, viéndola en esos ceñidos pijamas que se pone, durmiendo sin sujetador.

-No es la primera vez que dormimos juntos cielo. Llevamos haciéndolo desde los tres años. Es como si fuera mi hermano.

-Más le vale- digo firmemente.

Saludo al guarda del parking de la universidad y me dirijo hacia la zona de la residencia, espero que nadie me haya quitado mi jodido sitio. Todos saben que es mío desde que ingresé en esta residencia.
Cuando salimos del coche veo a Ryan pasar, apostaría cien euros a que viene de hacerle algún favor a Toni. Es sábado de carreras, esta noche le toca a él pelear y yo estaré ahí para ver a mi hermano ganar. Como siempre.

-No te lo he dicho campeón, pero estás extremadamente sexy cuando te pones celoso...- Cojo sus brazos que están rodeándome desde atrás y doy la vuelta dando un paso hacia atrás, ahora su espalda está pegada a la fría ventana del coche, pero estoy seguro de que eso es lo que menos le importa en este momento.

-Si querías sexo en el coche solo tenías que pedirlo nena, ya lo sabes- le dijo mientras me aprieto más a ella y le echo el pelo hacia detrás.

-Lo quiero Marcos- esos ojos felinos tan desafiantes me traerán un problema cualquier día.

ERES MÍA, PRECIOSA. (I)Where stories live. Discover now