Es un capullo.

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#Mía

Me despierta el sonido de llamada de mi móvil, por lo que intento cogerlo lo antes posible para no despertar a mi novio. Espera, ¿Dónde está Marcos? ¿Había dormido conmigo o ha sido todo un sueño? ¿Qué hora es? Ni siquiera ha amanecido y estoy segura de que lo que pasó anoche con Marcos fue totalmente real, o eso es lo que me dice las sábanas mal puestas de la cama.

Será mejor que deje de darle tantas vueltas al asunto y conteste la llamada.

-Por fin me coges amiga. - Miro la pantalla de mi móvil, son las cuatro de la mañana.

- ¿Lili? ¿Estás borracha? - ¿Qué está pasando? ¿Dónde se ha metido Marcos a estas horas?... Me levanto para ver si está en el baño mientras que escucho a Lili hablarme de fondo.

-Me he peleado con Ry y ahora no sé cómo volver a casa- dice casi llorando. Yo suspiro, esta chica me va a matar cualquier día de un disgusto.

- ¿Dónde estás Li?

-En la "L"- responde.

- ¿La "L"? - Me suena, creo que he escuchado a los chicos hablar de eso antes. Necesito hacer memoria.

-Sí, donde se ha hecho la fiesta. Ven a por mí amiga, por favor. Aquí ya ha habido demasiadas peleas hoy. - Todavía no estoy espabilada del todo pero el tono de Lili me hace ponerme alerta, tengo que buscarla.

-Me visto y voy Lili, no te muevas de ahí. - Le cuelgo rápidamente, me pongo unos pantalones de tiro alto negros ceñidos y unos botines del mismo color, y me dejo el sujetador de encaje negro bajo mi chaqueta de cuero, tampoco quiero llamar la atención. Me miro al espejo, me veo bien. Me peino un poco y me quito rápidamente los restos del maquillaje que me puse para Marcos. Marcos, donde estará, espero que no tenga nada que ver con él la fiesta. Realmente lo espero.
Me escabullo a hurtadillas fuera del campus y pido un taxi mientras que le agradezco a Dios la de veces que me he escabullido de mi casa para irme a de fiesta, cualquier otra persona ya se habría partido un pie al salir por la ventana con estos tacones.

- ¿A dónde señorita? –me sonríe el anciano conductor.

-A la "L" por favor- se me queda mirando por unos largos segundos. He sido educada para mantener la compostura, pero su gesto solo me hace querer salir corriendo.

- Permítame que le diga que ese es un sitio muy peligroso para que vaya usted sola a las cinco de la mañana señorita. - Yo suspiro. ¿Cuándo va a parar todo el mundo de decirme lo peligroso que es ese sitio? ¿Por qué está mi amiga allí entonces?

-Lo sé, pero mi amiga me necesita. - Él asiente y comienza a comienza a conducir mientras que yo aprovecho para ponerme rímel y pintalabios por el camino, intentando disimular mi cara de cansancio. Todavía tengo los labios hinchados de besar a Marcos. Y aunque la imagen de nosotros dos no abandona mi cabeza, la imagen de Lili llorando hace que no deje de darle vueltas durante todo el trayecto, cuarenta minutos después me deja el taxista en la entrada de un callejón.

-Aquí es señorita. Yo no puedo entrar con el taxi, solo pueden entrar los coches que ellos quieran, así que tenga mucho cuidado y siga recto el callejón, no escuche ni conteste a nadie y llévese a su amiga de aquí en cuanto tenga la oportunidad. Tengo una hija de su edad, no me gustaría verla en su situación.

-Muchas gracias- le doy el dinero mientras le dedico mi mejor sonrisa y salgo del taxi, aunque por dentro estoy mucho más que asustada. Paso el callejón con el móvil en la mano intentando llamar a mi amiga, pero como no, esta no me responde la llamada. A medida que avanzo me entretengo observando las siluetas que se reflejan en la pared antes de salir del callejón, casi pego un chillido, si no fuese porque lo que veo es a una pareja besándose me habría echado a correr en ese mismo momento.

- ¡Eh! Preciosa, deja de mirar y únete –dice el chico cuando deja de besar a la chica. Me estremezco. Esto es repugnante. Este sitio es repugnante.

-Sí guapa, únete –responde la chica.

Entonces ellos vuelven a besarse mientras que la chica me mira intensamente, yo a duras penas consigo acelerar el paso intentando dejar de mirarlos y pasar desapercibida ante ellos.
Nada más salir del callejón me encuentro con un montón de chicos y chicas bailando, otros tantos gritando mientras que dos tipos se pelean, otros bebiendo alcohol mientras que escuchan la música que sale a todo volumen de los altavoces y se ríen entre ellos. No está mal, yo vendría acompañada, pero sola como ahora seguro que no, lo que me hace recordar que he venido hasta aquí buscando a mi amiga. La busco recorriendo a cada grupo de adolescentes con la mirada hasta que la encuentro hablando con Ryan mientras llora. Él no para de gritarle mientras levanta los brazos, si no fuera porque la música de este sitio me va a reventar los tímpanos podría escucharlos.
Como si intuyera mi llegada, Lili levanta su cabeza y en cuanto me ve deja a un Ryan enfurecido totalmente solo para venir corriendo a abrazarme. Yo le respondo el abrazo viendo como Ryan se gira confundido para ver hacia dónde se ha ido su novia.

- ¡Estás aquí! - dice Lili mientras observo a Ryan que parece que ha visto a un fantasma, supongo que ha tenido que ser muy fuerte la discusión con Lili.

- ¿Qué haces aquí Mía? – de un momento a otro me siento ofendida por la pregunta de Ryan.

- Recoger a mi amiga porque se ha enfadado contigo y no para de llorar- él me lanza una mirada fulminante y se marcha por donde ha venido dejándonos solas a ambas. No sé qué mosca le ha picado a este, como si yo le hubiese hecho algo.

-Venga Lili, vayámonos de este sitio de una vez. - Ella asiente y yo me giro para ver hacia donde se ha ido Ryan. Pero lo que veo hace que me pare en seco. Me giro por completo. No me lo puedo creer, Marcos está con una chica echada sobre él y unos cuantos tíos más, Ryan todavía no ha llegado hasta él, pero va apresurado. Y ahora es cuando lo entiendo, va a contarle que estoy aquí. Observo desde mi lugar como la chica le habla a Marcos al oído y este le sonríe, es un capullo.

ERES MÍA, PRECIOSA. (I)Where stories live. Discover now